Slash

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Desperté con el maquillaje de la noche anterior aún puesto. El reloj marcaba las seis de la tarde así que me levanté y me vestí. Mi conjunto de cuero con tachuelas brillantes le gustaría. Cerré mis botas altas y salí en dirección al concierto.

Una vez allí, pude abrirme paso hasta la primera fila y cuando lo vi salir, mi respiración se entrecortó. Su guitarra rugía y chillaba volviéndome loca, esto combinado con sus labios, sus manos, su cabello...todo. Tenía mi habitación empapelada de fotos solamente suyas, dibujos de él e incluso llevaba varios tatuajes por él. Era mi mundo y necesitaba sentirlo más cerca.

Cuando acabó el concierto, lo seguí hasta un bar de striptease que frecuentaba y me las arreglé para atraerlo.

—Hola, preciosa—se apoyó en la barra junto a mí.
—Hola—lo miré—. ¿Me invitas a una copa?—mordí levemente mi dedo índice y se acercó más.
—Claro—pidió dos Jacks Daniels—. ¿Cómo te llamas?
—Michelle—eché mi cabello hacia atrás.
—¿Fuiste al concierto?—noté su mano sobre uno de mis muslos y toqué su hombro.
—Ha sido impresionante—me acerqué un poco más—. ¿Tocas todo igual de bien?—sonreí.
—Todo—me imitó antes de dar un sorbo largo a su vaso—. ¿Eso es mío?—señaló uno de mis pechos, que tenía su nombre tatuado encima.
—Si los quieres...—dije agarrando su barbilla y bebí un poco.
—Suena bien—subió la mano hasta casi mi trasero.

De repente, una de las chicas que estaba en las barras, le agarró la muñeca.

—¿Quieres un baile privado, estrella del rock?—dijo en tono sujerente y la miré molesta.

De eso nada, guapa.

Mientras su atención estaba fija en ella, vacié un tubito de polvo blanco en su bebida. Solo para animar las cosas.

—Tengo que irme—me miró sujetando la mano de la otra.
—Genial, cariño—sonreí—. Al menos acábate la copa conmigo.

La morena barata se alejó y él se bebió medio vaso de una vez.

—¿No prefieres a las rubias?—toqué su hombro.
—Depende del día—terminó la otra mitad.
—Acompáñame—tomé su mano, ya la droga había empezado a hacer efecto porque no opuso resistencia alguna.

Lo llevé a casa, le quité la camiseta y lo até a mi cama.

Sería una noche divertida para los dos.

¿Quién será el siguiente?

Rock One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora