Stacy se cree la reina del instituto pero nunca de sabe cuándo una de tus víctimas puede volverse contra ti.
Volvía del instituto abrazando la carpeta, acababa de dejar a Katie en casa y me dirigía a la mía. Con la mirada fija en el suelo, no me di cuenta en el momento en que choqué con alguien.
—¿Qué haces, inútil?—me gritó y la miré.
—Lo siento, Stacy—bajé la cabeza intentando pasar a su lado pero me bloqueó el paso.
—¿A dónde te crees que vas?
—A casa, déjame—intenté seguir andando.
—De eso nada.
—Da igual, no ha sido para tanto—dijo su novio que la rodeaba con un brazo.
—Hazme los deberes de ciencias y te perdono.
—¿Qué? ¿Me ves cara de criada?—fruncí el ceño.
—Pues la verdad es que sí—rió—. Escúcha, enana. Más te vale hacerme caso porque, créeme que no quieres tenerme en tu contra.Suspiré pensando que alargar aquello era estúpido.
—De acuerdo—miré al chico y suspiró mientras ella sonreía.
—Así me gusta—me entregó una libreta y cuando me dispuse a seguir mi camino, caí al suelo. Me había puesto la zancadilla y se estaba riendo en voz alta.Fruncí los labios para no llorar frente a ella, me incorporé un poco.
—¡Eso no ha estado bien!—el chico la soltó y se acercó a ayudarme—¿Te has hecho daño?
—Me he raspado las rodillas pero nada más—dije con la voz quebrada.
—¿Por qué eres así?—miró a su novia.
—Tengo que darme a respetar, Jason.
—No te ha hecho nada—me señaló.
—¿Tú de qué lado estás?—puso los brazos en jarra.
—Definitivamente no del de alguien que abusa de los demás.
—¡Eres idiota, no mereces estar conmigo!—gritó antes de recoger su cuaderno del suelo.
—Ya entiendo por qué tus parejas duran tan poco, ¡es que nadie te soporta!
—¡Que te den, no vas a encontrar a nadie como yo!—se alejó.
—¡Esa es la idea!No recibió respuesta y suspiró mirándome.
—Lo siento—me dio un papel que se me había caído.
—Gracias—sonreí—. Perdón por hacerlos pelear.
—No te preocupes, llevábamos solos dos días así que me alegro de haber visto su verdadera personalidad tan pronto. ¿Cómo te llamas?
—Alison, me llaman Ali.
—¿Puedo acompañarte a casa?—sonrió.
—Claro.
—Deja que te ayude—me quitó la carpeta y empezó a caminar a mi lado.
—Gracias—observé su cabello largo moverse con el viento.
—Suelen molestarte, ¿verdad?Asentí encogiéndome de hombros.
—Hay gente muy estúpida por ahí, tienes pinta de ser interesante.
—¿Tú crees?—me extrañé.
—Sí—sonrió.[...]
Peinaba su melena rubia en el backstage.
—¿No crees que ya está bien?—rió con las manos en mi trasero.
—No, solo un poco más—retocaba la parte de delante, sentada sobre sus piernas—. Me gusta tu cabello.
—A mí me gustas tú—sonrió mirándome y detuve mi ocupación por un momento para darle un beso corto—. Dentro de una semana hace un año que te pedí salir—sonrió y lo miré.
—Lo sé.
—Fue la mejor decisión de mi vida.Solté el peine antes de observar sus ojos detenidamente.
—Eres precioso—sonreí abrazándolo por el cuello antes de unir sus labios con los míos, esta vez por más tiempo.
El siguiente será Malcolm Young, ¿a quién más quieren ver?