Bon Scott

1.3K 51 3
                                    

La cita de Cassie resulta ser un desastre pero cuando se cierra una puerta, se abre una ventana

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La cita de Cassie resulta ser un desastre pero cuando se cierra una puerta, se abre una ventana.

—¿Y ahora qué?—me senté en la acera mirando a mi acompañante.
—Pensé que las había traído. Lo siento—suspiró dejándose caer a mi lado.
—Definitivamente la mejor primera cita de mi vida—dije sarcásticamente mirando al cielo.
—Las había metido en el bolsillo, de verdad—volvió a mirar en todos los compartimentos de su chaqueta—. Nada, no están—suspiró.
—Da igual, Jacob. Me voy a casa.
—Podríamos quedarnos y escuchar el concierto desde aquí—propuso y lo miré mal—. Vale, ya veo que no—asintió levantándose.

Me abracé a mí misma cuando la brisa nocturna hizo que un escalofrío recorriera mi espalda.

—¿Tienes frío?—se quitó el abrigo y me lo puso sobre los hombros. En ese momento, ambos vinos como dos tickets amarillos salían de uno de los bolsillos interiores hasta acabar en un charco del suelo, totalmente empapados.
Lo dije todo con la mirada y suspiré devolviéndole la prenda.
—Hasta pronto—me alejé.

Empecé a hacer autostop para intentar volver a casa, Jacob seguía intentando convencerme de volver con él en autobús. De repente, en un coche se detuvo frente a mí.

—Hola, nena ¿necesitas transporte?—pude ver a Malcolm Young mirarme desde el asiento del copiloto.

Intenté aguantar la emoción.

—¡ACDC!—exclamó el chico a mi espalda.
—Vamos al concierto pero podemos llevarte con nosotros—sonrió el vocalista.
—Me apunto—decidí y no tardaron en abrir la puerta para que pudiese entrar. Cuando arrancaron, vi a Angus junto a mí.
—¿Quién era ese?—preguntó.
—Supuestamente, mi cita pero ha resultado ser un desastre.

Entramos por la puerta que daba al backstage y nos recibió un hombre que, sorprendentemente, al verme no hizo preguntas.

—¿Cómo vamos de tiempo?—entraron al camerino y fui tras ellos.
—Justos, como siempre—respondió la chica que se encargaba de prepararlos—. Ven.

El guitarrista se sentó y ella empezó a arreglarle el cabello.

—¿Y tienes nombre?—sonrió el vocalista desde un sillón.
—Cassie—ocupé un lugar a su lado.
—Es casi tan bonito como tú—dijo haciéndome sonreír—. Bueno, pues creo que vas a pasar la noche con nosotros—se dio cuenta del sobre sentido al ver mi cara y rió—. Me refiero al concierto, la noche en sí puedes pasarla con quien quieras. Aunque en caso de que fuera yo, no me molestaría.
—Bon, eres el siguiente—lo llamó la peluquera—. Deja a la chica tranquila.
—Sabes que a ti te queremos mucho, nena, pero ella es mi invitada—sonrió sentándose.
—Claro—rió sarcásticamente.
—Soy VIP—me encogí de hombros.
—Exacto—me miró el chico por el espejo.

Cuando acabó el concierto, volví al backstage.

—¿Te ha gustado?—se acercó Bon.
—¡Ha sido increíble!—lo abracé—¡Gracias por traerme!

Sonrió.

—¿Te llevo a casa o prefieres venir a celebrarlo con nosotros?
—Creo que debería irme, aún vivo con mis padres—dije algo avergonzada ya que no era común que teniendo mi edad aún viviese con ellos.
—De acuerdo, vamos. Oye ¿cuántos años tienes?
—Veinticinco—empezamos a caminar hacia la salida.
—¡Cass!—me llamó.
—¿Qué quieres ahora?—suspiré.
—Que vengas conmigo—arrastraba las palabras.
—¿Jacob, has bebido?
—Solo un poco—rió.
—Vete a casa, por favor.
—¡No me iré sin ti!—me tomó del brazo.
—¡Te ha dicho que no quiere ir!—Bon rompió el agarre y tiró de mí, dejándome detrás de él.
—¿Y tú qué sabes? ¡Era mi cita!
—Tú lo has dicho, era. Así que déjala en paz, no quiere nada contigo.

El chico intentó darle un puñetazo pero lo esquivó y Jason cayó al suelo.
 
—Chico, creo que ya has hecho el ridículo demasiado.
—¡Cállate!—se levantó con dificultad.
—Está bien...—suspiró el vocalista antes de agarrarlo del cuello de la chaqueta—Escucha, vas a irte a casa ahora mismo. Ella se va a quedar conmigo y vas a evitar molestarla si no quieres tener problemas ¿entendido?
—S-Sí—lo miró con los ojos muy abiertos.
—Pues corre—lo soltó y se fue—. Listo, vamos.
—Gracias—besé su mejilla.
—No es nada—sonrió.

[...]

Lo guié hasta mi casa y se detuvo frente al jardín.

—Gracias otra vez—lo miré.
—De nada, espero poder volver a verte.
—Claro, llámame cuando quieras—le dí mi  número.
—Lo haré—asintió y me bajé del coche.
—Hasta pronto.
—Hasta pronto—sonrió.

Entré a casa y al par de segundos sonó el teléfono.

—¿Diga?
—¿Me das un beso?—reconocí su voz y reí negando.
—¿Dónde estás?
—En la cabina frente a tu casa.

Colgué, volví a salir y me acerqué para juntar nuestros labios.

El siguiente será Axl Rose, ¿a quién más quieren ver?

PD: Perdón por tardar tanto.

Rock One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora