Raven recibe un gran regalo de Navidad por parte de Brian, algo que le hará cambiar su forma de ver esta festividad.
Era la mañana de Navidad, desperté cuando los gritos de los niños probando sus juguetes nuevos se hicieron presentes en la calle. Respiré profundamente, estaba sola pero en seguida noté el aroma a chocolate caliente llegar desde la cocina. Bajé las escaleras para ver todos los regalos perfectamente apilados bajo el árbol, todas sus ramas salpicadas de bolas brillantes, con una estrella dorada en la punta.
—¿Brian?
—Buenos días, amor—dejó sobre la mesa una bandeja con dos tazas y varias galletas antes de darme un beso corto—. Feliz Navidad—sonrió.
—Feliz Navidad—lo imité sentándome en uno de los sillones.
—Los chicos vendrán dentro de poco para abrir los regalos juntos—dijo ilusionado.
—Genial—tomé un sorbo de chocolate—. Tengo que reconocerlo: desde que estoy contigo, la Navidad me parece maravillosa.
—Sé que siempre la has odiado—asintió riendo levemente—. Cuando teníamos diez años, cosiste a patadas al Papá Noel del centro comercial.
—Es posible que lo hiciera—reí.
—Eras una niña con mucho temperamento.
—Ya, muy borde—sonreí.
—Yo no he dicho eso—levantó el dedo índice—. Conmigo siempre fuiste adorable.
—Tú entendías al desastre—moví la cuchara.
—Y acabé enamorándome de él—curvó los labios.Cuando los demás llegaron, nos sentamos todos en el sofá y empecé a repartir los regalos.
—Freddie, este año eres el primero—le entregué una caja, rompió el papel y al levantar la tapa, sonrió ampliamente.
—¡Es preciosa!—sacó una chaqueta amarilla con varias correas por delante—Oh, también hay para mis gatos—observó varios collares de distintos colores con pequeños cascabeles—. Muchísimas gracias.
—Me alegro de que te hayan gustado—besé su mejilla—. El siguiente...John—le di una caja alargada.
—¡No puede ser verdad!—se apresuró a sacar un bajo marrón y pasar los dedos por las cuerdas—¿En serio es para mí?—me miró con la boca abierta.
—Claro—reí tocando su cabello.
—Muchas gracias, chicos, son los mejores.
—A ver...Roger—sonreí entregándole una bolsa de regalo mediana.
—¡Qué graciosos!—dijo sarcásticamente dejando un coche de juguete a su lado—Es una gran canción—señaló a Brian y este se encogió de hombros. También habían unas baquetas negras con su nombre en dorado y dos entradas para ver una carrera de coches—Gracias—sonrió—. Llevaré a Cass.Era una chica que llevaba como una semana saliendo con él, pero se le veía bastante emocionado con la relación así que creímos que el mejor regalo sería darles una cita interesante.
—Toma, amor—le di a Bri el que le había comprado y lo miré expectante.
Abrió la caja y sacó un telescopio de color azul.
—Sé que el tuyo es algo antiguo así que...
—¡Gracias!—sujetó mi barbilla antes de dejar un beso en mis labios—Ahora...—tomó mi mano para sentarme a su lado—me toca a mí.Fue hasta el árbol y sacó una caja pequeña de entre las ramas. Puso una rodilla sobre la alfombra y abrió la pequeña tapa, dejando al descubierto un anillo con varios diamantes cuidadosamente colocados. Yo me cubrí la boca con las manos, petrificada por completo.
—Raven...¿quieres casarte conmigo?
Mi corazón latía a toda velocidad, sabía la respuesta pero no podía articular palabra así que solo asentí mientras las lágrimas empezaban a brotar de mis ojos.
—Quiero oírte decirlo—sonrió—. Si no, no cuenta.
—Sí—pude decir antes de que mi voz se convirtiese en un sollozo—. ¡Sí, sí quiero!En cuanto me puso el anillo, me arrodillé frente a él, quedando a su altura para abrazarlo, los chicos aplaudían emocionados.
El siguiente será John Paul Jones, ¿a quién más quieren ver?