Estoy teniendo una experiencia fuera del cuerpo. Es como si cada fantasía que hubiera tenido durante los pasados cuatro meses se hubiera hecho realidad completamente de la nada. En un minuto, estoy con Sean... el dulce, aburrido Sean, y al minuto siguiente, estoy siendo arrastrada al apartamento de Harry y sujeta contra una pared, y siendo besada como si fuéramos las últimas dos personas en la tierra y me necesitara para respirar. No peleo; tal vez es estúpido, tal vez debería pelear contra ello, pero este es Harry. Oh. Mi. Dios. Este es Harry... ¡¡¡BESÁNDOME!!! Y es bueno. Tan, tan, bueno. Después de todos estos meses de estar en la zona de amigos, no podría detenerlo aunque quisiera. Cuando por fin termina el beso, de inmediato lo extraño, quiero más de él... necesito más de él. Me deja sin aliento e inmóvil; es la sensación más increíble en el mundo.
Se pasa las manos por el cabello y luego toma mi rostro y fuerza mis ojos a encontrarse con los suyos. Me gusta lo que veo allí. Si tuviera que adivinar, diría que la expresión de sus ojos refleja la mía. Poco a poco, mis manos en su camisa se aflojan y mi respiración comienza a regularizarse.
—Te voy a dar una noche para decidir.
Me fascina, pero me las arreglo para murmurar.
—¿Para decidir qué?
—Si quieres ser mía o no. —Lo miro con ojos abiertos, con la boca abierta y totalmente desprevenida. ¿Cómo fuimos de él besándome a reclamarme como suya en el lapso de cinco minutos?
—Oh, Dios mío. —Oh, Dios mío, ¿acabo de decir eso en voz alta?
Él me sonríe y me acaricia la mejilla con la yema de su dedo pulgar. Mis ojos se cierran por propia voluntad entonces, se agitan abriéndose lentamente.
—He estado alejado de ti porque eres joven. No mereces atarte a un tipo como yo, y a un bebé que no es tuyo —dice, y quiero empujarlo. ¿Cómo puede decir eso? ¿Cómo puede pensar que buscar una relación con él sería atarme? Quiero a Xander, y nunca lo podría ver como una carga. ¿Y qué quiere decir con un tipo como yo?
—Harry.
—____, tómate esta noche, ¿de acuerdo? Consúltalo con la almohada. Si deseas explorar lo que hay entre nosotros, no voy a pelear más. Si no lo haces, entonces vamos a mantener nuestra relación exactamente de la forma en que estaba antes de ese beso. Estrictamente platónica.
—Creo...
—Mañana —dice acariciando mi mejilla de nuevo.
Joder, es frustrante. Sólo quiero un poco más de besos, y está tratando de echarme para poder pensar en mierda. Reflexiono sobre esa teoría... Tal vez tiene razón, tal vez eso es exactamente lo que necesito. Esto salió de la nada, y mi cabeza da vueltas. No realmente. De hecho, me siento como una adolescente mareada. Tratar de empezar una relación con Harry lo cambiaría todo. ¿Y si sale mal, entonces qué ocurrirá con Xander? Él puede ser un verdadero idiota, por lo que el potencial de catástrofe, sin duda existe. ¿Me va a mantener lejos del bebé si pasa algo? Por otra parte, la vida es demasiado corta como para no ir tras las cosas que quieres y deseas. Lo he deseado a algún nivel desde el momento en que lo vi.
—Muy bien. Mañana —admito. Pensando que tal vez ambos necesitamos pensar esto. Hay riesgo de su parte también. Él asiente y luego me besa una vez más, más suave, más dulce esta vez. Tan bonito pero totalmente diferente.
—Mañana por la noche, la pizza —dice soltándome y alcanzando el picaporte. Asiento y salgo lo que le permite espacio para abrir la puerta—. Vete antes de que cambie de opinión —gruñe, y siento eso en todas partes.
Hago lo que dice y dejo su apartamento, caminando la corta distancia a lo largo del pasillo al mío, abro la puerta, entro y la cierro nunca miro hacia atrás a Harry; no puedo. La atracción entre nosotros fue demasiado fuerte esta noche.
—¿Qué demonios fue eso? —le pregunto a nadie. Mi cuerpo hormiguea, completamente iluminado, y no tengo ni idea de qué hacer para que se detenga. No puedo llamar a mi hermana para decirle sobre este giro increíble de acontecimientos porque son como las tres o cuatro de la mañana en Londres. Lanzo mis llaves y bolso en el sofá en mi camino a la habitación pensando que dormir es la única manera de apagar el entusiasmo de mi cuerpo. Repasando los movimientos, me cambio de mi traje y me pongo un par de pantalones de pijama sueltos y una camiseta. Una vez que termino, me recojo el cabello en un moño desordenado y voy hacia el baño para ocuparme de mis asuntos. Todavía estoy tarareando con energía para el momento que apago las luces y me meto en la cama.
¿Realmente puedo salir con Harry? La única relación de la que jamás ha hablado era la que tenía con Keri y no fue ni siquiera una relación. Estuvo lejos de ahí. Ella era su compañera de acostón y nada más hasta que se convirtió en la madre de su hijo. Incluso entonces, admitió que no la amaba. Me hace preguntarme si alguna vez tuvo una relación real. Debe haberla tenido porque, ¿cómo un hombre de treinta y dos años, va por la vida sin hacer ninguna conexión? El único amigo del que habla es su jefe, Jack. Tal vez esos son los efectos de una infancia mala. ¿Quién soy yo para hablar? La verdad es que no tengo muchos amigos tampoco. Salgo con algunas de las chicas del trabajo de vez en cuando, pero eso es todo con lo que puedo enmascarar la soledad que siento cuando no estoy con Xander y Harry. Puedo estar aquí y pensar en ello hasta que esté azul de la cara. Puedo dejarlo correr en círculos alrededor de mi mente durante toda la noche, pero en realidad, no hay ninguna decisión que tomar... ¿verdad? No. No la hay. La decisión fue tomada en el momento en que Harry me inmovilizó contra la puerta y me tomó en ese beso. Él lo sabe; Yo lo sé, y lo deseo. Catastrófico o no, lo deseo. Voy a tomar aunque sean trozos de lo que pueda conseguir y espero que sea suficiente. Espero que no sea temporal y que la promesa de él esté a la altura del sueño.
El teléfono en mi mesita de noche suena alto, despertándome de mis sueños. Sigue siendo media noche, y sé exactamente quién es. Siempre que recibí una llamada de teléfono como esa en los meses pasados, siempre lo ha sido.
—Garrett, ¿qué quieres? —Ni siquiera trato de ocultar la extrema molestia en mi voz. Esto está yendo más allá de fuera de control y ya me cansé.
—Crees que eres mucho mejor que yo. ¿Es eso? —gruñe en la línea con una amenaza innegable en su voz.
—¿De qué estás hablando?
—Puedes hacerle pensar a tu padre que puede mantenerme lejos de ti, pero estás equivocada. No he terminado contigo todavía.
Sus palabras envían un frío por mi espalda, porque le creo. No puede manejar el hecho de que alguien le diga que no. Odia que me niegue, y no va a recibir un golpe en su ego como ése. Ganar se ha arraigado en su psique de manera que el fracaso no es una opción. Nunca.
—Bueno, yo terminé contigo. Déjame en paz o conseguiré una orden de restricción.
—Pequeña perra —escupe mientras cuelgo el teléfono y lo apago. Estoy prácticamente temblando después de su llamada y sentarme aquí en la oscuridad no está ayudando. Quito las mantas y voy a las ventanas asegurándome de que cada una está cerrada. Es algo excesivo, pero compruebo el seguro y el cerrojo de la puerta también. Sólo cuando me he asegurado que estoy encerrada a cal y canto me siento a salvo de nuevo.
Me tumbo en el sofá, enciendo la televisión, y tomo la almohada del respaldo del sofá para tirarla sobre mí. Podría decirle a mi padre que me llamó una vez más, pero dejé de hacerlo hace dos meses. ¿Qué bien haría? Garrett no se preocupa por las amenazas de mi padre; sólo va a seguir llamando. Además, decírselo a mi padre significa que sólo pondrá en mi espalda a mi madre y luego tendré que escuchar su sesgada opinión al respecto. Me ha exasperado oír de ella tres veces en los cuatro meses que he estado aquí, y no quiero añadirle más combustible a su siempre ardiente fuego. Voy a manejar esto por mi cuenta. Con suerte, Garrett se aburrirá y me dejará en paz, pero si no lo hace, cumpliré mi amenaza y conseguiré una orden de restricción. Pase lo que pase, nunca voy a dejar que me toque de nuevo.
