Once años más tarde.
He estado luchando contra las lágrimas durante todo el día. No estoy ganando la pelea, pero lucho de todos modos.
Harry se está vistiendo en el dormitorio de la casa que construyó para nosotros hace tantos años. No puedo decir cuántas veces me ha ofrecido construir una casa nueva, una casa más grande, pero me parece que no puedo salir de este lugar y dejarlo atrás. Empezamos nuestra vida juntos en esta casa. Criamos a nuestros hijos en esta casa y no puedo dejarla ir. Actualizamos cada pocos años las cosas para poderla mantener y que se vea limpia y nueva, la cocina fue remodelada el año pasado. Incluso hemos estado jugando con la idea de una adición para que sea más cómoda cuando tengamos invitados en casa. En concreto, Hannah y su familia y mi mamá y papá. Me tomó mucho tiempo hacer las paces con mi madre después de todo lo de Garrett. Harry y ella todavía se odian, pero se toleran por mí. Ella ha aprendiendo a ser menos snob en su vejez.
Golpeo la puerta de Xander y él grita que entre. La habitación del niño está impecable, siempre lo ha estado. Es un maniático del orden, absolutamente nada como yo.
—Hey, nene. Solo quería comprobarte y ver si querías alguna ayuda.
—Estoy bien, mamá. Me estoy preparando para irme. Tengo que ir a la escuela pronto. Todavía está bien si uso tu auto, ¿verdad?
—Sí, está bien. Solo quería darte esto —le digo y le doy una pequeña caja—. Es de papá y de mí.
—Gracias. —Mira hacia abajo la caja en sus manos y la va a abrir, pero pongo una mano en la suya, deteniéndolo. Sus ojos vienen a encontrarse con los míos y cuando miro en ellos, todavía puedo ver al bebé del que me enamoré hace todos esos años. Hubiera hecho cualquier cosa por él en ese entonces y sigue siendo válido hoy en día.
—Antes de que abras eso, solo quería decirte algo.
—¿Está bien? —Ladea la cabeza hacia el lado viéndose confundido.
—Solo quería decirte lo orgullosos que papá y yo estamos de ti.
—Gracias, mamá. —Me sonríe y me vuelvo a alejar, pero antes de pensarlo mejor, giro hacia atrás.
—Sabes, el día que conocí a tu padre y a ti... fue el mejor día de mi vida —le digo incapaz de contener las lágrimas.
—Mamá —dice en voz baja.
—No podría haber pedido un hijo mejor, ni en un millón de años. —Cierro la distancia entre nosotros y levanto una mano para tocar su mejilla—. Has hecho que cada día valga la pena vivirlo, me has traído tanta alegría y sé que no soy tu madre biológica...
—Eres mi madre —interrumpe—. Siempre has sido mi madre. La biología no importa.
—Sé que ella estará contigo, hoy... todos los días y está bien. Siempre debes llevar esos pedazos de ella contigo. —Inclino mi barbilla en la dirección de la fotografía de Keri y Harry que puse en la mesita de noche hace años—. Ella estaría muy orgullosa de ti. De lo que eres, del hombre increíble que te has vuelto y yo también.
—Eso significa mucho para mí.
—Voy a echarte mucho de menos cuando te vayas. —Lloro, perdiendo toda compostura.
—Iré a una escuela a menos de una hora de distancia. Vendré a casa algunos fines de semana y tendremos todo el verano juntos. Madre, tienes que relajarte.
—Okay, okay, lo sé —digo, secándome las lágrimas de la mejilla—. Estoy tan emocional hoy. Abre tu regalo y dame un respiro, ¿está bien?
Él se ríe de mí, me tira a un abrazo y pone un beso en mi frente. Cuando me aparto, sé que Harry está aquí. Miro hacia atrás y él está inclinado en el umbral con los brazos cruzados sobre el pecho, con las piernas cruzadas en los tobillos. Sexy como siempre. Xander se deja caer en su cama y desenvuelve la caja que le di.
—Mamá y yo pensamos que deberías conducir tu propio auto a la graduación, amigo —dice Harry detrás de mí mientras Xander saca las llaves de su nuevo auto.
—¿En serio? —dice, mirando atrás y adelante entre nosotros maravillado.
Harry le da una lenta inclinación de cabeza, la comisura de su boca está movida hacia arriba, luchando con claridad con una sonrisa.
—Has demostrado que se puede confiar en ti, así que sí, hablamos en serio.
—Mierda —susurra luego salta y corre hacia su ventana. Le diría que no maldijera, pero tiene dieciocho y con Harry hablando en un lenguaje grosero todo el tiempo, sería simplemente dejarlo caer en oídos sordos—. ¿Me compraron un auto? —pregunta, aunque ya sabía la respuesta a la pregunta.
Le habíamos dicho que no íbamos a comprarle un auto nuevo, que tendría que trabajar para ello y ahorrar su propio dinero. Es evidente que le mentimos.
—No puedo creerlo chicos —dice, dirigiéndose de nuevo a mí y me envuelve en sus brazos no tan pequeños.
No voy a llorar, no voy a llorar, canto.
Me besa en la mejilla y va a su padre, dándole un abrazo también.
—Voy a irme. ¿Está bien si me voy? —pregunta con entusiasmo.
—Sí —dice Harry, dándole una palmada en la espalda—. Maneja cuidado, ¿está bien? Un auto nuevo no te da permiso para conducir como un idiota.
—Está bien, papá —grita mientras desaparece al final del pasillo. Escucho sus pasos corriendo por las escaleras y su voz mientras le dice, hasta luego, a Sophie su hermana.
—¿Estás a punto de llorar, ____? —pregunta Harry con una sonrisa en su rostro.
—Oh, como si no te hubieras puesto emocional esta mañana cuando te dijo que se especializaría en negocios para poder ayudarte a dirigir la empresa un día.
—Lo que sea. —Me atrae hacia él, poniendo un mechón de cabello detrás de mi oreja, susurra—: Todavía puedo ponerte sobre mi rodilla si sigues siendo una listilla, sabes.
Siento sus palabras en todas partes. Dios, es bueno en excitarme, lo ha sido siempre y no tengo ninguna duda de que siempre lo será.
—Vamos, viejo, tienes una graduación a la cual llegar.
Terminamos de prepararnos y Harry, Sophie y yo subimos al auto para ir y ver a nuestro chico graduarse de la secundaria. Este es un momento agridulce para mí. Puedo tener orgullo en el hecho de que tuve una parte en la crianza de este hermoso bebé a un hombre guapo. Hace mucho tiempo, le dije a Harry que quería asegurarme de que Xander creciera para ser el niño más feliz del mundo. Se suponía que iba a ser lo que haríamos por él pero también por Keri. Hemos hecho eso y sé que ella está mirando hacia abajo a nosotros y que está contenta por la forma en que criamos a su niño pequeño.
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