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—Tendrá que aceptar si o si, porque lo seduciré como garantía.

De pronto una risa sonora se escuchó dentro de aquella habitación.

—Hey, ¿De qué te ríes? —se quejó Gulf.

Bright intenta apaciguar sus carcajadas, pero le es muy difícil controlarse ante las palabras de su amigo.

—Ya para de reír, no le veo lo gracioso. —Gulf hizo una expresión de molestia mientras ve a Bright retorcerse sobre el sofá.

Luego de un tiempo, el alfa logró calmar un poco su risa.
—Realmente lo siento, pero nunca te he visto coquetear con nadie. Me resulta muy divertido imaginarte así con un alfa como Suppasit.

La sinceridad del castaño hizo que el omega se removiera un poco, después de todo tiene razón.

—Siendo serios, creo que la tendrás un poco difícil. Suppasit es un alfa de clase alta, los omegas a su alrededor suelen ser pequeños, con rostros delicados y apariencia frágil. Sumisos y con feromonas dulzonas y fuertes. No quiero parecer grosero ni hacerte sentir mal, pero tu no recopilas muchas de esas características. Ni siquiera puedes liberar feromonas. —

Gulf guardó un leve silencio y luego sonrió brillantemente.
—No por ser un omega recesivo dejo de ser bonito.

Al regresar a su apartamento, lo primero que hizo fue verse en el espejo

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Al regresar a su apartamento, lo primero que hizo fue verse en el espejo.
Se quitó la playera negra que llevaba puesta y observó su reflejo atentamente.

Definitivamente su cuerpo no tiene la estatura común en un omega. Y probablemente es un poco más corpulento.
No lo gusta hacer ejercicio, por ende tampoco tiene músculos, ese es pequeño punto a su favor.

En cuanto a su rostro, sus ojos no son tan grandes, pero tiene labios un tanto abultados. Su cabello negro puede hacerlo lucir delicado si lo peina de cierta forma.
Sólo es cuestión de trabajar un poco en su apariencia.

Recordó entonces el tiempo cuando creía ser un alfa. Sus amigos siempre eran atraídos por un estereotipo específico de omegas.
El nunca se vio en la necesidad de cortejar a uno, puesto que llegaban a él por si solos, con sus rostros delicados y cuerpos esbeltos, liberando sus dulces feromonas.

Suspiró un poco e intentó hacer una cara linda, que resultó en una mueca extraña. Rió por lo bajo ante la ridiculez que acababa de hacer.

Cambió su ropa por una más cómoda para poder dormir y se recostó en su cama a la vez que jugaba con su celular. Más tarde se quedó dormido.

Al día siguiente se encontraba saliendo de su apartamento con un huevo cosido en su boca. No le había dado tiempo de desayunar puesto que había decidió ignorar ciegamente su alarma matutina, con la excusa de que necesitaba cinco minutos más. Al final, esos cinco minutos se convirtieron en media hora.

Bajó las escaleras del edificio rápidamente, tropezando unas cuantas veces en el transcurso. Al llegar a la calle caminó una cuadra más para tomar el bus que lo llevaría a la plaza comercial.
Aún recuerda la primera vez que tomó un bus, terminó en un lugar que ni siquiera sabía que existía.

El Juego Del Destino | MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora