SyL: Scorpius y Lily

¿Dentro de la luz o... la oscuridad?

En los siguientes días al partido de quidditch, Scorpius y Evolet junto con Astoria y Draco, se trasladaron a Estados Unidos para la celebración de fin de curso de la Academia de Aurores.

Antes de salir de Hogwarts, Albus había decidido recorrer distintos lugares en donde se ubicaban magos y brujas especializados en elaborar pociones con distintas técnicas antes de conseguir un empleo. Y así lo hizo. Vale la pena decir que encontró trabajo casi de inmediato por su esfuerzo y buena labor durante aquellos años que estuvo fuera en Sortilegios Weasley y el Boticario J. Pippin, además de que aún tenía una propuesta que dudaba aceptar en Pociones para embellecer de Madame Primpernelle. Esto significaba que se mantendría en los alrededores de Londres al lado de su novia Alice.

En la que respectaba a Rose Weasley, ella se inclinó hacia la ley mágica internacional y sus planes de viajar constantemente a distintos lugares para obtener mayor experiencia los había llevado a cabo, por lo cual, su madre estaba muy orgullosa. Incluso en una de sus visitas al Ministerio de Magia Irlandés conoció a Riordan Kavanagh, un delegado de la Confederación Internacional de Magos con el que ahora salía.

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Agosto, 2027
Lower East Side, Nueva York

En una bulliciosa calle dentro del barrio con puestos a ambos lados estaba escondida una cafetería con un letrero que rezaba "El Hipocampo Garzo".

La comunidad mágica no se tomaba molestias en tomar precauciones a la hora de entrar debido a que los no-majs siempre pasaban como si dicha tienda no existiera, ya que había sido encantada para ahuyentarlos.

Los mostradores exhibían a la calle pastelitos y panes de "KOWALSKI: Bienes Horneados de Calidad", dulces importados como los de Bertie Botts y snacks. La puerta tenía una campanilla que revoloteaba por todo el lugar y sonaba cada que entraba alguien, las mesas estaban repartidas del lado derecho mientras en la pared izquierda se situaba la barra.

En la esquina más retirada de la puerta, un joven de cabellera rubia ordenaba una taza de café a uno de los elfos que atendía el lugar. La campanilla sonó a los pocos minutos y Evolet entró. Scorpius le hizo una seña con la mano y se levantó de su asiento para recibirla con una sonrisa encantadora.

Después de ordenar otra bebida y algo de comer, además de conversar un poco sobre el día, ella llamó su atención con otro tema, uno más privado.

—Así que ¿regresarás esta noche? —él asintió con una pequeña sonrisa que no reflejaba alegría—. Nos la pasamos bien ¿eh? Fue estupendo que hayas sido mi compañero de clase, si no hubieras estado cerca no había dudado en mandarle un maleficio a Jay Graves de vez en cuando. ¡Es tan insoportable! —Scorpius se limitó a reír por lo bajo y asentir ante aquello. Después de unos segundos llenos de silencio en los que los buenos recuerdos los invadieron, Evolet siguió con su hablando—. ¿Podrías hacer algo por mí?

—Si está en mis manos no lo dudes y si no... haré lo que pueda.

—Por lo que he visto... causas cierta inquietud en la menor de los Potter, no me malinterpretes, pero ¿has considerado la posibilidad de reanudar la relación que mantenían años atrás? —él se la quedó mirando antes de contestar con voz áspera y ligeramente malhumorada:

—No —revolvió su cabello con una mano y se dejó caer en el respaldo de su silla—. Y no tiene caso hacerlo. Ev... no es algo de lo que me interese hablar. ¿Sabes una cosa? —dijo cambiando de conversación—, nunca te he llamado por tu segundo nombre, Mary.

—Ja, ja, eso es porque casi nadie me llama así. Pero ¡espera, espera, espera...! Aún no te he dicho lo que quería —bebió un poco de té y pensó otra vez las palabras que emplearía, debajo de una mesa cercana, donde estaban un par de magos y una bruja vestidos con un llamativo conjunto verde y morado, estaba un puffskein esférico y con un pelaje color natillas que comía las sobras que se caían al piso—. La vida es extremadamente corta como para estar esperando la aprobación de los demás y es más estúpido si ocurre cuando quieres a alguien ¿Puedes tratar de no pensar en buscar eso y sólo conquistar el corazón de aquella persona que ilumine tu vida? Quizá creerás que me meto en asuntos que no mi incumben, pero ¡Qué más da! Si no te lo digo ahora no sé cuándo volveré a tener la oportunidad.