SyL: Scorpius y Lily

Castigo

El día anterior al partido de Slytherin contra Gryffindor que era el partido que cerraba la temporada, Hugo, Lily y Alan estaban en las mazmorras con el profesor Slughorn, él les había mandado a llamar, a lo lejos vio que estaban Albus, Rose y Scorpius en la clase de pociones hablando sobre quien podría ganar a quien en una mesa apartada, al parecer nadie se había dado cuenta de su presencia. Rose apoyaba indudablemente a la casa de los leones y daba todas las razones que encontraba para decir que esta vez como las demás iban a ganar.

-Sé que James ya no está en Hogwarts y que tampoco es el capitán del equipo pero los dejo muy bien entrenados cuando se fue y he visto los entrenamientos, créanme cuando les digo que les van a dar una paliza -dijo Rose observando su poción de Euforia.

- Rossi- dijo Albus mirándola por encima del libro de pociones avanzadas-, gracias por tus ánimos pero que no se te olvide quien es el nuevo capitán...

-¡Oh! ¿Eres tú? –dijo ella confundida

-No pero espero serlo el año que viene... –Rose y Scorpius se rieron a lo que Albus se limitó a mirarlos feo.

-Lily –la llamó el profesor Slughorn-, me temo que tengo malas noticias, debido al desastre que provocaron el señor Sinclair y tu esta semana tendrán que cumplir su castigo mañana, sábado por la mañana, por mí no tendría que hacer esto pero la directora McGonagall me dijo que tendría que poner cartas en el asunto, lo siento en verdad, sé que es el mejor partido del año pero el castigo se llevara a cabo.

-Profesor pero ella y yo no hicimos…

-lo siento señor Sinclair pero todo dice lo contrario, usted como Lily estaban en este mismo salón preparando la misma poción, la cual hicieron que cayera al suelo pegando a todos sus compañeros al piso y para acabarla al señor Weasley se le ocurrió la brillante idea de tirar papelitos de colores.

-él no los tiro a propósito –dijo Lily defendiendo a Hugo-, solo se le olvido sacar un artículo de Sortilegios Weasley de su mochila que accidentalmente se prendió e hizo que todos esos papelitos cayeran al suelo.

-Si –dijo Slughorn-, pero aun así no debía traer eso en la mochila, así que cumplirán su castigo mañana por la mañana, nadie los estará observando pero deben saber que la profesora McGonagall se entera de todo lo que ocurre en los terrenos del colegio. Les hare llegar su castigo más tarde, pueden retirarse.

Los tres antes de salir pensaban en reclamar pero no lo hicieron y se quedaron parados un momento enfrente del escritorio.

-Todo es tu culpa –le dijo Lily a Alan-, si no hubieras estado insistiendo en saber ya-sabes-que enfrente de todos yo no me hubiera puesto así de nerviosa.

-Como siempre échame la culpa señorita perfecta, yo solo quiero que no te lastime ¿sí? Auch… ¿Por qué me pisas? –dijo Alan, Lily le mandaba una mirada que decía sin palabras “te cayas o veras”

-Yo no he hecho nada, al parecer ya estas paranoico, deberías ir a la enfermería para que te revisen…

-¿pero que les sucede? –Dijo Hugo-, hace días que se tratan como perros y gatos.

-Nada, solo que tu primita esta deschavetada.

-¿a quién llamaste deschavetada? Repítelo paranoico insensible.

-A ti, no puedo creer que te haya lavado el cerebro tan rápido, tú me decías antes de vacaciones que nada, absolutamente nada iba a cambiar respecto a…

-¿quieres ser al menos un poco más discreto?

-es que Lily me sorprende mucho que en unas simples dos semanas TODO haya cambiado.

-pues lo ha hecho y no me arrepiento de nada, si quieres saber lo que ocurrió, adelante, te contare todo lo que quieras saber pero espero contar contigo como en todo lo demás.

-pero él es un…

-¿UN QUE? –lo desafío Lily pero Alan ya no respondió, sin darse cuenta habia atraído la mirada de muchas personas pero ella no observo a nadie más que no fuera Alan-, y tu –dijo dirigiéndose a Hugo-, esta platica queda entre nosotros tres, nadie más ¿entendido?

-si –murmuró Hugo. Lily se dio la vuelta y se fue, Alan parecía debatirse entre alcanzarla o no pero al final salió corriendo detrás de ella dejando atrás, sentado en una mesa apartada, a una persona muy celosa.