¿Nadie se ha preguntado cómo sería el futuro?... Bueno aquí está la respuesta; después del siglo XXII, el mundo colapsó, las guerras, la contaminación y las enfermedades estaban llevando a los humanos a la extinción, claro que el defecto de nosotros...
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Estoy confundida.
¿En serio es él?
El chico que estuvo rondando en mi mente todo este tiempo, está aquí, mirandome fijamente. Esto no puede ser verdad. El dueño de mis sueños me está mirando a mí, y sólo a mí.
—¿Camile? —dio un paso hacia mí.
—¿Jasón?
El sonrió de oreja a oreja, se acercó, lo más rápido que pudo, quedando frente a frente.
Puso su mano en mi mejilla para acariciarla, examinando mi rostro, por inercia, cerré los ojos disfrutando del tacto. Así fue unos minutos hasta que terminó fundiendome en un abrazo de oso. Le correspondí.
—No puedo creerlo, eres tu, estás aquí — me estremeció al sentir su aliento chocar contra mi oído.
—No es sin sueño ¿cierto? —“porque si lo es no quiero despertar”.
—No cami, no lo es.
Una lagrima resbalón por mi mejilla, seguida de otra, y otra y así hasta llorar a mares.
—Lo hiciste —lo mire a los ojos, sin separarnos— cumpliste tu promesa.
—Tu igual.
Negué— No pude, Jasón, no pude, defraude a todos. No fui fuerte.
Me limpió las lágrimas con sus pulgares y beso mi frente.
—Jamás, Camile, jamás defraudarias a nadie, jamas.
Lo abrace aún más fuerte, como si tuviera miedo de que se alejara de nuevo, porque eso temía.
—Sigues siendo la busca problemas de siempre—frunci el seño— En serio Camile, ¿como es posible que en tan pocos días hayas ocasionado tantos problemas con los Sky Squad?
—¿Eh? —pregunte confundida.
—¿No lo sabes? —Lesslie interrumpe nuestra conversación— Eres buscada tanto abajo, y ahora, arriba. Hasta tu cabeza tiene precio.
Abrí mis ojos sorprendida— ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo?
Jasón río un poco (cabe destacar que aún estamos abrazados)— Sip, esta es mi Camile, la despistada.
Me sonroje al escuchar el “mi” de su parte. Pero luego recobre la compostura y me aleje de él.
—Yo no soy despistada, ni mucho menos tuya —dije seria cruzandome de brazos.
—Uyy amigo, eso dolió —di un salto al oír una grave voz a mis espaldas.
Me giré quedando frente a un... ¿cocodrilo?. Tenía apariencia de uno, con escamas por todo su cuerpo, dos ojos amarillos, orejas puntiagudas y colmillos. Me paralicé.
