¿Nadie se ha preguntado cómo sería el futuro?... Bueno aquí está la respuesta; después del siglo XXII, el mundo colapsó, las guerras, la contaminación y las enfermedades estaban llevando a los humanos a la extinción, claro que el defecto de nosotros...
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Parte 3
Todo pareció detenerse, en un segundo volvimos a ser solo el y yo, en el mundo. Nadie más.
Pude disfrutarlo más tiempo, saborear sus labios por unos segundos más, pero estaba distraído y eso me daba ventaja.
Cayó en la trampa, y casi caí yo también.
Pero no pasó.
Tan solo cerró sus ojos, hice un simple movimiento con mi mano en su cuello. Un solo golpe que lo hizo reaccionar, pero demaciado tarde.
Já, pendejo.
Cayó al suelo, adolorido.
Esto me lo había enseñado mi papá, si algún día alguien te agrede por delante, solo golpealo en un punto sensible, entre el cuello y el hombro, en la parte central derecha de este, y con eso, tu oponente caerá al suelo, permitiendote huir.
O en este caso, ganar.
Si el se vuelve a poner de pie en menos de diez segundos, no importará, pues aún asi ganaré.
Los murmullos llegaron de nuevo, trayendome a la realidad.
—Parece que alguien acaba de perder contra la novata —dije en tono burlón.
—F... Fue suerte —se levantó poco a poco- Aún no me he rendido.
—Yo no lo decía por eso.
Señale detrás de él. Confundido, miró hacia atrás en el momento que todos copiaba su acción y comenzaban a aplaudir, felicitandome.
—Gane la apuesta.
—¿Có... Como lo...? —le di unas palmaditas, reconfortandolo.
—Suerte para la próxima, campeón.
Y con eso, salí de ahí hacia los camerinos.
—¡Eso. Fue. Genial! —el grito de Rex me hizo pegar un brinco— lo hiciste, lo humillaste.
Reímos.
—Le dije que no me subestimara —me encogí de hombros.
—Dejame decirte —se unió Samay— que eso no me lo esperaba.
—Dijeron sin reglas ¿no?
—Me sorprendes, Cam, no esperaba que eso fuera tu arma secreta.
