Dos horas más tarde, sentado en el sofá de mi casa, ya había vaciado una botella de whisky y la sonrisa que sentí tirando de mis labios era una señal de que estaba entrando en un estado
de embriaguez. Aun así, me sentí lúcido y, sobre todo, seguro de que no estaba sonriendo por la borrachera, conocía mis
límites y para estar borracho una sola botella no era suficiente.Estaba sonriendo porque después de doce años sentía algo.
La adrenalina corría por mis venas, llevando mi ritmo cardíaco a una velocidad acelerada. El dolor de cabeza
oscureció mi visión y cada músculo estaba en estado de alerta.Estaba cabreado. Cabreado mal. Tan cabreado como para
sentir cada jodida emoción.
Me levanté y tomé otra botella del minibar que guardaba en
la sala de estar. Giré la tapa con los dientes y me serví otro vaso.Sakura Haruno.
La perra, viciosa Sakura Haruno.
Si lo que dijo Hinata era cierto. Si ella estuvo involucrada en aquellos delitos atroces, haría todo lo que estuviera en mi poder para encerrarla en una prisión de máxima seguridad de por vida.Ella me odiaba me acordé de cada estúpida mirada. Para ella yo era
insignificante, un muchacho de bajos recursos que no valía el amor de su hermana.Maldito el día que entraste en la vida de mi hermana.
Volví a pensar en sus últimas palabras.
Lo había perdido todo aquel día. Había dejado de vivir. Y ella me dio el golpe de gracia.Regresé con la mente a esos momentos que deberían de
haber sido los más hermosos de mi vida.
Vi la mirada de Sakura, llena de ira y odio.No, no pudo haber hecho aquel acto. Ella nunca lo habría
hecho.
¡Era su hermana, carajo!
¡Sangre de su sangre y además ella era mujer!
Era dos años mayor que Sarada, aunque eran completamente diferentes tanto en apariencia física como en los modos. El
cabello Rubio de sara contrastaba con su cabello rosa,
al igual que sus ojos marrones y verde . Sara era dulce, humilde, tenía un alma noble. Sakura, sin embargo, era la
clásica niña rica caprichosa, en una ciudad donde la mayoría de la población vivía en la pobreza.No obstante, aunque no estuviera implicada en la muerte de
su hermana y Sofía, se había casado con un hijo de puta.Un hijo de puta que escondía algo. Y lo descubriría.
No estaba preparado para regresar a Ciudad de México, lo sabía. Lo sabía porque cada vez que lo pensaba sentía un nudo en la garganta que me impedía respirar. Pero tenía que hacerlo.
Hinata me había asegurado que no había sido la única.¿Debía creerle?
Me acerqué a la cristalera, miré hacia abajo, las calles de Nueva York teñidas de blanco, las avenidas llenas de gente me
hicieron sentir inadaptado. Si el mundo dependiera de mí, el cielo siempre sería gris, las luces apagadas y las calles vacías.Realmente era un maldito hombre triste. ¿Qué habría pensado Forbes si conociera esa parte oculta? ¿Seguiría
escribiendo igual sobre aquel hombre brillante y fiestero? No, se lavaría las manos como la mayoría de las personas que conozco.Un gimoteo de Dark me trajo de vuelta a la realidad. Me di la vuelta y lo encontré en el centro de la habitación con las patas en alto, la posición clásica de cuando quería llamar mi
atención.Me acerqué, doblé las rodillas y acaricié su suave pecho.
—¿Estás listo para un viajecito? —el can alzó las orejas.
—Te llevaré a ver dónde crecí. Te llevaré a descubrir el lugar
donde realmente viví.
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ELLA ME PERTENECE
RomanceUna a una las noches, entre nuestras ciudades separadas, se suman a la noche que nos une. (Pablo Neruda) Esta historia no es mía ni los personajes me pertenecen ACLARACIÓN: Sasuke estaba casado con Sarada Pero no es Sarada su hija le puse este nombr...