Sasuke
La sombra de la noche y el árbol detrás del cual me había escondido me ocultaban de ella. Desde allí pude identificar su imagen.
Dark estaba frente a Sakura y basándome en su grito, había
logrado en ella el efecto deseado. El miedo que atravesaba su cuerpo era igual al disfrute que atravesaba el mío.Había llegado justo antes de verla irse, así que la seguí hasta el piso superior y luego al exterior de la villa. No fue fácil
esconder a mi perro, pero lo había entrenado bien para responder a mis órdenes, por lo que permaneció en silencio esperando mi gesto.Vi que Dark avanzaba y Sakura retrocedía. Esperaba que su
lado dócil no saliera en este momento, mi pequeño animal era
grande pero bueno en igual medida.—Está bien cachorro, ahora sé bueno y déjame volver adentro.
Curvé mis labios al escuchar su asustada voz tratando de calmarlo.
Dark no se movió, me sentía orgulloso de él.Miré hacia ella otra vez, la vi agarrar un mechón de cabello y colocarlo detrás de su oreja. Aquel gesto me devolvió doce
años atrás, ella siempre lo hacía, cada vez que estaba nerviosa, cada vez que mi presencia la ponía nerviosa.Las palabras de Neji no se realizaron, reconocí a Sakura tan pronto como cruzó el umbral de su casa. Habría sido
imposible ignorar una mujer con el cabello rosa y los ojos Esmeralda.La odié al instante.
Su mirada real, que después de todo este tiempo lograba hacerme sentir como una nimiedad.Su belleza efímera, su risa falsa y, sobre todo, su vida mimada por el lujo y la riqueza, que acabaría destruyendo la
nuestra.En el interior de aquella enorme casa, entre tanta gente, mi vista se centró en sus dedos, entrelazados con los de su esposo.
Me preguntaba cómo lograba tocarlas, que sus manos la tocaran, las mismas que había provocado la muerte de su
hermana.En ese momento todas las palabras de Hinata se convirtieron en verdad absoluta, pues la pareja shimura eran
manipuladores crueles y yo los destruiría.Mi venganza sería mi redención.
Apreté los puños y decidí que era hora de mostrarme. Sakura a habría entendido que Dark no la lastimaría y por ello tendría vía libre para escapar.
En silencio salí de mi escondite. Mis pasos hicieron girar al Rottweiler y corrió hacia mí meneando la cola.Cuando me planté detrás de Sakura su ceño asustado se convirtió en una
expresión confusa.En el momento en que abría la boca para gritar, la cerré con la palma de mi mano.
Dark ladró rompiendo el silencio en el que estábamos envueltos. La rodeé con el brazo y acerqué aún más la mano a
sus labios.¡Estaba muy buena, carajo!
La fina tela del vestido me permitió sentir lo plano y firme
que era su vientre. La proximidad a su rostro y la luz de la luna
revelaban la perfección de su boca. Sus iris verde, apuntaban directamente a los míos, recordándome la rareza de aquella cortante mirada.El pánico que la atravesó me facilitó aún más ímpetu para apretarla contra mi pecho. Permanecimos en esa posición durante unos segundos, tan pronto como estuve dispuesto a revelar mi nombre, trató de morderme los dedos.
—No lo intente, Sra. Shimura —susurré a unos centímetros del oído. Su cuerpo comenzó a temblar.
Era hermoso…
Hermoso verlo, finalmente, entre mis manos.—Ahora te dejo, si intentas emitir un sonido por esa hermosa
boca te arrepentirás. ¿Entendiste?
Esperé una reacción que se produjo unos segundos después,
cuando su cuerpo se relajó y se rindió a mi agarre.Me dolió esa rendición. Esperaba una mujer más combativa,
feroz frente a su torturador y en cambio, me encontré viéndola
asentir.Lentamente aflojé mi agarre hasta que sus labios pudieron
abrirse y tomar aire. No hice lo mismo con su cuerpo, que
sostuve sujeto contra mí, así como para que no permitirle
escapar.—¿Qué quieres? —susurró ella casi sollozando.
A nuestro alrededor imperaba la noche más oscura, su
susurro era casi imperceptible.
La odiaba.—¿Estoy tan cerca de ti y todavía no me has reconocido? — me burlé.
La radiografía que hizo duró el mismo tiempo que le tomó recuperar fuerzas e intentar enérgicamente alejarse.
Me había reconocido. Y había perdido la actitud sumisa tan pronto como asoció mi rostro a un nombre.—El chico del sur ha vuelto. Quítame tus sucias manos de
encima —ordenó con los dientes apretados.—Seguiste siendo la gilipollas mimada habitual —le obsequié una sonrisa burlona.
—Una gilipollas que puede mandarte a la cárcel sólo por atreverte a tocarme. No sabes quién soy Uchiha, así que te repito, déjame y nunca más me toques. —Trató de empujarme sin poder liberarse.
Al final fui yo quien la liberó de mis brazos. Dio unos pasos hacia atrás, un tirante del vestido se le había resbalado del hombro y no pude evitar seguir su mano mientras lo levantaba.
Había crecido. Cambiado. Mucho. Demasiado. No es que esperara encontrar un patito feo, Sakura ya era
hermosa, pero no esperaba encontrarme frente a la mujer más
fascinante que jamás había visto.—Desprecias que te toque mientras se lo permites a un anciano que ya ni siquiera tiene la fuerza para que se le ponga
dura. Supongo que el amor es más fuerte que cualquier cosa, incluso que la edad.—¿Qué sabes sobre el amor? Dijiste que amabas a mi hermana y luego la llevaste a la muerte.
La acusación me golpeó como un puñetazo en el estómago.
Agarré su cuello hasta que nuestras narices quedaron a
centímetros de tocarse.—No te permitas hablarme así. No te permitas utilizar el nombre de Sarada sólo porque tú y tu maldita familia no
aceptabais nuestra historia. ¡No sabes un carajo de nosotros! La aparté de inmediato, sintiendo el calor que su cálida piel había pasado a la mía.—Dime qué necesitas y luego sal de mi casa Uchiha.
—Vine a buscar justicia y me ayudarás, lo quieras o no. — Hice un gesto a Dark para que se acercara a ella. El perro
obedeció y comenzó a olerla.—No sé lo que estás buscando, pero ciertamente no lo encontrarás aquí. —Lanzó una mirada asustada hacia el
animal.—En cambio, creo que estás ocultando algo y me lo vas a decir ahora.
—No puedes…
Sakura comenzó a moverse, pero Dark le puso las patas en la cintura. Emitió un gemido ahogado y me reí de su miedo
desmotivado.Sin embargo, algo se movió detrás de nosotros y fuertes pasos avanzaron hacia allí.
Crucé la mirada con Sakura ñ, un suspiro de alivio brotó de su
pecho. Con un silbido llamé a Dark y antes de desaparecer en
la oscuridad, la miré de nuevo.—No termina aquí.
Había ganado una batalla, pero la guerra apenas acababa de
comenzar.
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ELLA ME PERTENECE
RomanceUna a una las noches, entre nuestras ciudades separadas, se suman a la noche que nos une. (Pablo Neruda) Esta historia no es mía ni los personajes me pertenecen ACLARACIÓN: Sasuke estaba casado con Sarada Pero no es Sarada su hija le puse este nombr...