Sakura
Sabía que habría sido un error.
Sabía que este sería el golpe de gracia. Ya no tendría tregua, mis días habrían sido aún más difíciles de enfrentar. Pero por una noche no quería dejar de sentirme viva. Tener todo lo que siempre quise.Tenerlo a él.
Sobre mí.
Dentro de mí.
Sasuke iba despacio. Notaba su sufrida necesidad de tenerme y que se estaba conteniendo. Sus manos acariciaron
mi cuerpo ligeras como plumas. Su boca besaba la mía sin violencia. Pero su respiración profunda mostraba una
necesidad completamente diferente. Costaba contenerlo.Luchaba por aceptar que no podía ir más allá.
—No tengo miedo de ti, ni de que me toques. Hazme el amor, pero a tu manera —susurré tomando su rostro.
Me gustaba mirarlo.
Una cara de hombre había tomado el lugar del chico que una vez conocí. Aun así, sus profundos ojos marrones eran los mismos, sólo que, con más experiencia, más vividos, más maduros.
Agarró mi cabello y lo envolvió en su mano. Me abrazó aún más. Cerré los ojos en contacto con el calor de su cuerpo y la
rigidez de su erección.¡Dios, cuánto necesitaba esto!
Había congelado cada sentimiento y ahora fluían como lava incandescente.
—¿Estás segura? No quiero hacerte daño —respondió tirando del cabello y dejando mi cuello descubierto.
Mis piernas lucharon por sostenerme cuando su lengua tocó mi piel desnuda.
—¿Segura? Quiero tomarme todo lo que me puedas dar.
Sasuke levantó la cabeza y me miró. Su mirada se oscureció y por unos segundos, pensé que lo estaba pensando.
—Te daré todo, pero esto es todo lo que puedo darte.
Aquellas palabras dolieron. No esperaba nada de él, ciertamente no esperaba que nos tuviera con él. La situación era demasiado complicada. Pero sentí un apretón en el pecho que me dejó sin aliento.
—¿Estás segura de que quieres seguir?
Asentí ante la pregunta y sus hombros se relajaron.
Volvió a besar mis labios, esta vez la intensidad cambió. Era mayor, más exigente, más desesperado.
Me aferré a su cuello, me soltó el cabello, agarró mis piernas y me levantó, haciéndome ceder sobre su duro miembro.
Sasuke dio unos pasos mientras continuaba devorando mis labios. Sólo se separó de mí para posarme sobre la fría superficie de la mesa.
Seguí su silenciosa disposición y me acostó con las manos en mi cabeza. Me tocó la mejilla, la clavícula, hasta que llegó
al primer botón de mi camisa.Los abrió uno por uno sin apartar sus ojos de los míos.
—Si hay algo que no te gusta, detenme —dijo abriendo la prenda y dejando mis senos al descubierto.
—¿Podrás? —Sus labios se torcieron en una sonrisa forzada, en ese momento una chispa amenazante cruzó su mirada.
Se había detenido, pero no porque quisiera, sino porque era un hombre que difícilmente perdía el control, difícilmente dejaba de manejar sus emociones.
No era eso lo que yo quería, de todos modos.
No quería que se detuviera y tampoco quería que se entretuviera.
ESTÁS LEYENDO
ELLA ME PERTENECE
RomanceUna a una las noches, entre nuestras ciudades separadas, se suman a la noche que nos une. (Pablo Neruda) Esta historia no es mía ni los personajes me pertenecen ACLARACIÓN: Sasuke estaba casado con Sarada Pero no es Sarada su hija le puse este nombr...