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They say money can't buy you no love
But a diamond cheers you right up
Give me none of your affluenzaAffluenza – Conan Gray
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—Feliz cumpleaños, Luke —había una sonrisa en el rostro de ella, debajo de su perfecto labial rojo que parecía haber sido colocado sobre sus labios por un artista. Era demasiado perfecto. Todo lo era.
Las palabras no se escuchaban con cariño. Todo parecía una especie de acto retorcido, mientras unos ojos azules parecidos a los suyos lo miraban con casi ninguna clase de emoción en ellos. Pero, sabía porque lo hacían. La mirada de ella no era la única encima suyo en la habitación.
Eran millones de personas. Bueno, no exactamente millones, pero estaba seguro que las suficientes para hacerlo sentir completamente minúsculo en comparación (y, sinceramente, estaba casi seguro que era más alto que la mayoría de ellos). Todos estaban aquí, vistiendo elegantes y caros trajes, con copas del más costoso vino que se pudiera ofrecer en las manos y sonrisas igual de falsas en sus rostro. Quizá, todo fuera un acto, y era el único que no se daba cuenta que estaba en la obra.
Siempre fue demasiado consciente. Se daba cuenta de detalles que puede que la mayoría de las personas prefería ignorar. Era analizador, y quizá, algo calculador. Pensaba demasiado, hasta el punto de que su cabeza doliera y tuviera que tomar de esos medicamentos que hacían que le diera demasiado sueño. Pero, de todas formas, era algo que no podía controlar. Le gustaba darse cuenta de los detalles y unir los puntos de cada minina acción. Era bueno en eso. Tal vez, demasiado.
Quizá, por esa misma razón no podía disfrutar momentos como este. Su cabeza solo pensaba en que todos ellos no estaba aquí para celebrar su cumpleaños, sino para cumplir con las apariencias que se habían encargado de cumplir unos largos años. Siempre eran las mismas caras las que lo rodeaban, y todos ellos parecían tener algo en común. Interés.
Ellos siempre querían algo. Lo sabía. Todo el mundo siempre quería algo. Era normal, algo completamente natural en la raza humana. Si hacías algo, era demasiado probable que estuvieras esperando que el mundo te diera lo mismo. Nadie podía ser completamente puro y simplemente hacer acciones buenas sin esperar nada a cambio. O, al menos, eso era lo que siempre creyó. Eso era lo que aprendió. Lo que las personas le demostraron.
Todos ellos era amables porque querían algo. A veces, era algo simple como pasar tiempo consigo, que los saludara en los pasillos y les diera esa falsa sonrisa por la que vivían. No se consideraba importante, pero para ellos lo era. Otras, querían más. Esperaban lo mismo. Querían ser invitados a estos eventos importantes, estar en todas estas reuniones lujosas con la más alta sociedad, lujos, los cuales siempre estuvieron a su alcance con suma facilidad. Entendía, pero eso no quitaba el hecho que lo hiciera sentir un vacío por dentro.
¿Si todos esperaban algo, entonces la bondad no existía? Le gustaba creer eso, porque hacía que todo fuera más fácil. Evitaba el sentimiento de culpa cuando se aprovechaba del poder que tenía.
No era algo que hacía comúnmente, pero cuando era necesario le gustaba utilizarlo. Como cuando olvidaba hacer su tarea y alguien más se ofrecía a hacerla. O, quizá, esa vez que se quedó dormido para su clase de cálculo, ya que no fue capaz de conducir hasta el campus a tiempo, y no le tomó demasiado convencer a alguien que le regalara sus notas. Cosas pequeñas, que no involucraban acabar con la reputación de alguien o meterse directamente con ellos. Porque, no se consideraba una mala persona. No era como ellos, y cada día intentaba repetírselo aunque se le fuera difícil creerlo.
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I want to write you a song - 20 OS | Muke
Short StoryDonde escribo diferentes historias de Michael y Luke relacionadas con canciones de mi playlist. O, donde fui retada a hacer 20 One Shots basados en canciones. 19.08.20 - 17.12.20