7| No Shame

717 57 28
                                    

━━━━━━━ ♪  ♫  ♪ ━━━━━━━

"I only light up when cameras are flashin'
Never enough and no satisfaction
Got no shame
I love the way you're screaming my name"

No Shame – 5 Seconds Of Summer

━━━━━━━ ♪  ♫  ♪ ━━━━━━━

—¿No tienes vergüenza?   

Vergüenza.

Estaba seguro que esa palabra dejó de estar en su vocabulario por un largo tiempo. Quizá, luego de que cumpliera la mayoría de edad y su rostro (u otras partes de su cuerpo) comenzaran a aparecer en la portada de diferentes revistas.

De todas formas, no era como extrañara tenerla. Puede que, hubiera sido útil en varias situaciones. Como cuando insultó por primera vez a un camarógrafo por estar siguiéndolo por varias calles, solo esperando a que explotara. O, quizá, cuando aprovechó su fama para hacer que las personas pagaran prácticamente por el aire que respiraba. No, tuvo que ser cuando salió completamente ebrio de un club con un chico y una chica en sus brazos a los diecinueve y prácticamente admitió que haría un trío (aunque, eso no fue lo que pasó y culparía eternamente a las drogas que se metió esa noche).

Puede que la vergüenza le hubiera servido para evitar demasiadas humillaciones publicas y ser tendencia por semanas, sin que fuera necesariamente por algo bueno. Quizá, tendría una reputación que mantener, y no hubiera tenido que pasar por rehabilitación por treces veces. Pero, eso no era algo que ya pudiera cambiar. Había perdido la capacidad de tenerla, y ahora solo se encontraba caminando sobre una capa fina de hielo, esperando que no volviera a romperse con cada paso que daba.

A veces, le gustaba culpar a las personas de este mundo, por aprovecharse de una mente joven que solo quería que su música fuera escuchada, pero ellos no tenían la completa culpa. Era todo. Las cantidades de dinero en su cuenta bancaria, las fiestas lujosas, el alcohol, las drogas, la fama y las personas gritando su nombre a cada paso que daba, provocando que su ego subiera hasta las nubes y no hubiera forma de que sus pies pudieran permanecer en la tierra. De por sí, el mundo ya tenía demasiadas tenciones, pero cuando se le agregaba dinero y fama, todo empeora.

Ya había perdido la cuenta de cuantas disculpas públicas había dado, en persona y por sus propias redes. Sin contar con las constantes "cancelaciones" de parte de personas conocidas, y hasta de sus propios seguidores. Pero, ahora, creía encontrarse en un mejor.

Casi seis años después, luego de que su rostro apareciera por primera vez en una revista, con casi veinticuatro años, creía haber aprendido la lección. Además, estaba seguro que no quería pasar por rehabilitación por una cuarta vez, o tener que ser constantemente perseguido por su manager a todas partes.

Se encontraba en un buen lugar. O, eso era lo que quería creer.

—Es una pregunta que me han hecho millones de veces —respondió, acompañado de una corta risa, porque sabía que era más fácil sobrellevar estos momentos si intentaba ser carismático. Funcionó, la mujer tras el micrófono sonrió —, y si buscas una respuesta sincera, creo que todos tenemos vergüenza, aunque quizá la de las personas en este mundo "de la fama" suelen tener la barrera un poco baja.

—¿Por qué crees eso? —preguntó la mujer rubia, sentada en el sofá de enfrente. Podía sentir las cámaras apuntar en su dirección, a la expectativa de que cometiera un simple error, mientras las personas de la audiencia lo escuchaban atentos.

—Somos el centro de atención, siempre. Tenemos millones de ojos mirándonos y personas admirándonos, esperando lo mejor de nosotros. Ellos nos siguen ciegamente, y están dispuestos a defendernos sin importar qué, porque somos su centro de atención. Prácticamente, están en la palma de nuestras manos, y algunas veces, es algo de lo que muchos se pueden aprovechar —dijo, posiblemente siendo las primera palabras sinceras que dijo en una entrevista —. Nos acostumbramos a eso, a ser perdonados siempre, y no digo que sea algo malo, las personas merecen segundas oportunidades. Pero, algunas veces me pregunto, ¿cuándo será suficiente?

I want to write you a song - 20 OS | MukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora