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I hate that I saw you again last night
You were with somebody and so was I
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We can never friendswhy are you here – Machine Gun Kelly
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Era él.
Claro que tenía que ser él.
No importaba cuánto intentara escapar de su presencia, de su intensa mirada o su molesta voz que se filtraba por sus oídos como el sonido más insufrible que pudiera haber escuchado, siempre terminaba encontrándose con él. A veces, creía que se trataba de una molesta broma del destino. Solo porque algunas veces podía comportase como un completo idiota y esto se tratara de algo como el karma o tontas energías. Pero, nada de eso importaba. No importaba cuando sus miradas volvían a encontrarse.
La habitación era oscura. Lo único que lo hacía sentirse seguro de no estar pisando un lugar equivocado eran las luces coloridas que la iluminaban, molestando a sus ojos, y parpadeando constantemente al ritmo de la alta música que se escuchaba de fondo. Pero, sin importar todo eso, podía verlo. Él era lo primero que sus ojos vieron en la habitación, como si algo dentro suyo ya supiera que se encontraba ahí. Como si lo estuviera buscando.
Sacudió la cabeza rápidamente, negándose a creer por completo en esa posibilidad. No había forma que lo estuviera buscando. No a él. No podía estar buscando a una persona que siempre lo trató como su enemigo sin si quiera darse la oportunidad de conocerlo. Alguien quien amaba hacer chistes sobre su persona, callarlo en cada ocasión que tenía o mostrar una expresión de desagrado cada vez que era invitado a un evento debido a los amigos que tenían en común. No podía buscar a alguien que lo odiaba.
Odiar era una palabra fuerte. O eso era lo que las personas decían. Se supone que el odio es malo, porque daña a tu corazón y tu alma. Pero, el problema era que, jamás lo tomó de esa manera. El odio podía ser un sentimiento, algo que podía ser pasajero. Algo como la felicidad, que una emoción vaga que puede estar presente por pocos o largos momentos. Odiar a alguien no tenía que significar pasar cada momento del día pensando en esa persona. Podría significar despreciar su presencia o estar inconforme con si quiera imaginar su rostro. Podía ser algo que no tenía que destruirlo, solo estar ahí presente en cada momento que recordaba a esa persona.
Pero no. No lo odiaba.
Tampoco estaba seguro si él lo odiaba. Quizá, solo lo despreciaba. Puede que su rostro no le gustara o le disgustara el sonido de su voz cada vez que abría la boca. Tal vez, solo no le agradaba. Eso era algo con lo que podía vivir. O era lo que intentaba convencerse cada día que lo veía y él blanqueaba los ojos como un acto completamente inconsciente y programado específicamente para su persona.
No era de la clase de personas que le gustara desagradarle a los demás. Era bueno. O, al menos, eso era lo que le gustaba creer. Es decir, podía ser algo molesto algunas veces. Le gustaba ser el centro de atención, pero suponía que eso era algo normal en todas las personas. Le gustaba agradar a la gente, puede que demasiado. A veces, dejaba que la atención lo nublara y dejara salir a la luz esa actitud engreída que casi siempre intentaba mantener oculta. Solía venir con ser el menor de dos hermanos. Ser el centro de atención y estar acostumbrado a agradarle a los demás.
Quizá, fuera por eso que le disgustara tanto saber que alguien odiaba- no soportara su presencia. Que una persona fuera capaz de no querer estar cerca suyo o si quiera respirar su mismo aire. Era molesto. Y puede que lo suficiente molesto como para que el desagrado del uno por el otro se volviera reciproco.
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I want to write you a song - 20 OS | Muke
Storie breviDonde escribo diferentes historias de Michael y Luke relacionadas con canciones de mi playlist. O, donde fui retada a hacer 20 One Shots basados en canciones. 19.08.20 - 17.12.20