Final del segundo arco

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En las pistas de carrera de Palacio de Cristal, Esperanza paseaba con Plata Corredora de la mano. De vez en cuando se abrazaba al cuello de la yegua y murmuraba sus penas. Pocas personas encontrarían consuelo en ello, pero para la joven era lo único que la mantenía en pie. En su pecho todavía quemaban la culpa, la añoranza y el dolor. Las palabras de la hermana de James actuaban como mitigante, pero no lo hacían desaparecer. Enterró el rostro entre las crines de la yegua y sollozó. El animal emitió un relincho bajo y mordisqueó suavemente los cabellos de su ama. Pese al dolor, la joven no pudo evitar una sonrisita triste.

__ De verdad que eres más inteligente. que muchos de estos idiotas.

La intuición de los animales era lo que conseguía que se sintiera más cómoda con ellos que con las demás personas. Aunque tenía que reconocer que la yegua les adelantaba con mucho a los demás. Subió de un salto a la grupa, ajena a las miradas que descansaban sobre ella.

Desde las ventanas de su oficina, Tryannen vigilaba como un águila sus dominios y a la joven amazona. Sus facciones se endurecieron y su voz salió tensa.

__Ya se que me advertiste de esto. Pero no es prueba concluyente.

Giró sobre su que para enfrentar al joven a su espalda. No le pasó desapercibida la manera en que tensaba los puños y contraía los hombros.

__Pudo ser cualquiera.

__Cualquiera vinculado a Edelweiss  _contraatacó el hombre.

El nombre hizo que la mujer se contrajera. Y cualquiera con un mínimo de conocimiento y sentido común, evaluó la vicedirectora. La Flor de las Nieves, era el peor episodio en la historia de la humanidad.

__No hay pruebas si lo vinculen a ella -terció Tryannen -. Al menos no nos las has brindado.

Dejó caer el cebo evaluando la reacción de su interlocutor. Necesitaba que reaccionará con algo. Cualquier cosa que lo hiciera compartir la información que tenía. Sin embargo, como venía sucediendo desde que comenzaron a tocar el tema, todo lo que consiguió fue que se volviera más hermético.

__ Morirán más personas -sentenció él-. Puede que incluso ella.

Una pequeña sonrisa llegó los labios de Tryannen. Aún se preguntaba como era que este chico, a pesar de su edad y su inteligencia de había vuelto tan ciego. Mejor y más intrigante, como había conseguido esa muchachita, envolverlo alrededor de su dedo.

__En realidad creo que eso te preocupa más a ti que a mí. Aunque quieras ocultarlo.

Por toda respuesta su interlocutor compuso una mueca despectiva. Estaba perdiendo el tiempo y si había algo que odiaba era eso. Molesto se dio media vuelta para marcharse. La voz cascada de Tryannen lo detuvo.

__ Se su guardián -eso lo hizo detenerse en seco-. Si las cosas son como dices, va a necesitarlo. Yo estoy atada por las reglas de la magia a esta escuela. Tu te niegas a darme la información que me liberaría. Si tanto te preocupa, entonces actúa en consecuencia.

El reto estaba lanzado. Ambos pares de ojos se econtraron. Ninguno dispuesto a dejarse intimidar.

Recostada al capó del auto, Victoria obsevaba la silueta de Espe. Su padre estaba todavía en el interior, reunido con el director de la institución. La muchacha apretó contra su pecho la última de las cartas de su hermano. Una vez más releyó el último párrafo.

"Se que te parecerá una locura pero ella lo merece. Es el ser más puro que ha pisado esta tierra, y la mujer más valiente que he conocido. La quiero con todas mis fuerzas porque representa todo lo que ya nunca seré. Protegeré su humanidad como me gustaría que alguien hubiese protegido la mía. No me odies por corbarde hermanita. Y por favor no la odies a ella. Se que tengo pocas posibilidades de sobrevivir pero no me importa. Su humanidad y su sonrisa vale mi vida. Se que no piensas igual y se que ella tampoco. Sino sobrevivo, estará destrozada y se culpará, aún sin saber mis motivos. Sólo te pido que la des tu afecto y tu consejo como me lo darías a mi. Se que padre no lo entenderá, no me importa. Mantenlo alejado de ella, pero por favor, protégela como sabes. Es sólo una humana metida en un mundo que le queda demasiado grande.
Que la chica fuera sólo una humana, estaba descartado. Puede que Victoria no tuviera sentidos super humanos, pero su intuición no fallaba, así como tampoco la pulcera de su madre. Distraidamente acarició las pequeñas imágenes talladas. Un secreto muy bien guardado, incluso de James o a la inquieta Beth, era el origen de su madre. Gracielle Van Claude, antes Gracielle McBurney, descendía de una larga línea de gitanos por vía materna. Pertenecía a los cazadores, pero no tenía miedo a jugar con la magia, y afortunadamente, había conseguido enseñarle un par de cosas a su hija mayor.
Esperanza no era humana, al menos no del todo, pero tampoco era una asesina. Su hermano la había querido lo suficiente como para exponerse por ella, y por el resto del mundo, si había interpretado bien las auras que estaba leyendo. Se acarició las sienes tratando de disipar la migraña. Esperanza necesitaba ayuda, y ella estaba dispuesta a brindarla. Aunque debía ser muy cuidadosa. Por otro lado, por algún lugar de esa escuela, rondaba un sobrenatural, que se había metido con su familia. Alguien tenía que aprender un par de lecciones. El sonido de pasos apresurados la sacaron de sus cavilaciones. Levantó la mirada para ver a su padre acercarse con su habitual paso decidido.

__Sube al auto -ordenó sin miramientos

Sin mucha ceremonia le entregó una urna plateada. El corazón de Victoria se apretó. Las cenizas de su hermano. Bajó la mirada centrándola en el objeto. Conteniendo a  duras penas sus emociones. El dolor agudo y atroz de saber a su hermanito reducido a eso. El odio inconmensurable hacia su padre. Ese monstruo, más asesino de su hijo, que el propio vampiro que lo apuñaló.

__ ¿Qué pasa con esa mirada?

Los ojos castaños la miraban desde el asiento del frente. Victoria de secó una lágrima y relajó su expresión. Sobrado bien sabía que un paso en falso y su padre la golpearía con brutalidad.

__ Otra vez han tocado a nuestra familia -respondió

__No -respondió el hombre-. Las bestias siempre se atacan entre ellas.

Sólo los años de práctica pudieron frenar las respuestas de Victoria. Apretó los puños hasta que los nudillos le quedaron blancos. La última palabra no estaba dicha.

Desde lo alto de la torre oeste, el vampiro observaba a Esperanza. La punta roja de su lengua cepilló contra sus colmillos. Desesperaba imaginando el momento en que clavara sus dientes en ese cuello. Soñaba imaginando el gusto de su sangre.
"Si te apresuras fracasarás"
La voz, femenina y de ultratumba, resuena en su mente. Su señora. Su ama.
"No lo haré"
Respondió utilizando el mismo enlace mental. Todas las piezas estaban en el juego. Al eliminar al novio pulgoso, eliminaba dos pájaros de un tiro. Por un lado, los cazadores de quedaban sin carta ni autoridad en el colegio. Por el otro, la chica perdía a su protector más fuerte.
Aunque bien mirado, no había sido más que un patético obstáculo. Lo había disfrutado, sin duda. No había mayor emoción para los condenados como él. Tomar una vida. Ver la sangre correr. Sentir el dolor de su presa. Aunque volvía a repetirlo. Patético. El cazador había muerto sin siquiera saber el porqué. Y no había ofrecido una batalla real.

"En otras ocasiones lo ha hecho" -recordó la voz en su mente- "Y él no es tu enemigo más fuerte"

"Ella no es más que un mocosa perdida"

"Tal vez ahora" "Pero no lo será siempre"

Estaba a punto de responder cuando sintió un violento ramalazo de dolor. Se encorbó bajo el peso del dolor. Sabía lo que sentía. Un castigo de su señora. La siguiente vez que la voz habló en su cabeza lo hizo con una advertencia violenta.

"No lo arruinen. Si te confías pierdes. Si pierdes, yo sigo encerrada y te lo haré pagar"

"No lo haré "

Hola mis lectores. Siento la demora. Mi compu sigue descompuesta. Así que no he escrito todo desde el móvil. Lo que es un incordio, de verdad. Pero por ustedes lo vale. Entonces...., con este capi cerramos el segundo arco. ¿Qué les ha parecido? Ya se que tengo un par de lectorea avezados. Me gustaría escuchar sus opiniones de este capi y sus teorías de la historia en general. Besos.

Palacio de Cristal #PGP2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora