Como un día normal.

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Bien.

¿Ya dijimos que Gon ama el chocolate, verdad?

Pues como todo un amante del mismo (y como ya antes mencionado) tenía una caja de bombones, los cuales comía al menos uno todos los días al despertar antes o después del desayuno. Era su rutina favorita.

Con un bombón en su boca, luego de desayunar estaba cambiándose la ropa para asistir hacia la entrevista que de hecho, lo tenía bastante nervioso.

Ayer estaba feliz (con una pequeña mala sensación, pero feliz a fin de cuentas) y hoy que le tocaba conseguir el trabajo definitivamente, veía todo como un desafío.

Lo gracioso era que a esta experiencia la había vivido un sin fin de veces, sin embargo, seguía sucediendo.

- Biemn, me pondré lof zapatos negros y me iré.

Finalmente terminó de masticar el dulce y se colocó el calzado.

Llevaba una camisa blanca y un traje negro encima, con una corbata verde oscura a rayas; Sumándole un pantalón a juego con el traje. El típico uniforme que dice algo como "Hey, de seguro tengo pintas de ser alguien exitoso".

Rió mentalmente por ello.

Tomó 3 chocolates para el camino; los metió en su bolsillo y abrió la puerta de su departamento para después bajar con el ascensor. Un anciano con pinta de pocos ánimos se había metido al mismo tiempo que él, y no llevaba muy buena cara.

- Tú debes ser un metalero.

Soltó el mayor de la nada. ¿Qué?

- ¿Perdone?

Dijo Gon, rezando porque el ascensor bajase a una velocidad aumentada.

- Tu cabello verde y picudo parece de metalero. En mis tiempos te hubieran cortado la cabeza, ese pelo no pasa desapercibido en la guerra.

- Gracias, tenga un buen día usted también!

Fue todo lo que dijo antes de que las puertas del ascensor se abriesen.
Salió dando pasos rapidos de allí, encaminándose hacia su auto. Uno no tan bueno, pero que serviría de momento.

Tampoco tenía el dinero como para comprar algún coche de alta gama, pero el problema estaba en que Gon nisiquiera le había dado un lavado rapido, y el auto era uno blanco.

Digamos que la suciedad podia notarse bastante más.

- ¿Por qué soy tan descuidado?

Se preguntó a si mismo, una vez dentro del transporte. Tomó uno de los 3 chocolates que tenía en su bolsillo, relajándose al momento de sentir su dulce y suave sabor. Esa cosa era terapéutica.

-Biem, ya puedo irme tranquilo hadsia donde sea.

Encendió su coche.

Aunque eran las 9 de la mañana, notaba que el día estaba algo nublado y había bastante neblina. Decidió prender sus luces.

Saliendo del lugar donde estaba estacionado, cayó en cuenta de que había olvidado la ubicación de la entrevista.

- Sé que estaba algo lejos, uhm...

Sacó su celular para revisar denuevo aquel e-mail en donde confirmaban su entrevista, releyendo la dirección que apuntaban.

Oh, no.

- Esto es del otro lado de la ciudad, cruzando la autopista! Jo...

De acuerdo, ¿cómo pudo haber pasado de largo ese dato?, ahora dudaba de si realmente podría llegar a tiempo. Se supone que aquella entrevista se realizaba a las 10:10.

Actualmente eran las 9:25.

- Bien. Tendré que conducir un poco apurado. Licencia de conducir, no me hagas quedar mal.

Mencionó, haciendo referencia a que haber conseguido esa licencia demostraba que en teoría, sabía manejar bien.

❝Debiste decirlo desde el principio❞ - KilluGon┇GonKilluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora