Dudas.

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Los dos estaban sentados en la mesa del comedor. Agradecía que al menos el peliblanco tuviera más de una silla.

La buena noticia era que Copito por fin tenía algo de comida; Gon se había encargado de darle un buen trozo de pescado.

La mala era que en efecto, solo había un plato y un par de cubiertos.

- Come.

Le dijo Killua. Habían acordado que primero comería el pelinegro y luego el ojiazul.

- Me siento mal si tu no comes también...

Habló Gon esta vez. Era una situación un poco lamentable, despues de todo Killua era el que le estaba dado de su hospitalidad todo el tiempo. Le había prestado su ropa, había metido un gatito en su casa sin permiso y ahora estaba comiendo en el único plato que tenía.

Se metió un bocado a la boca.

- Mmh.

¡Estaba delicioso!

- Que rico edtá efto!

Y comenzó a comer mas rápido.

El contrario solo lo miraba, algo pensativo.

- Hum..

Se limpió la boca con la manga de la camiseta.

"Eso es mío", pensó el peliblanco.

- ¿Tienes un cargador de celular? Lo necesito urgentemente. No avisé nada a mis amigos de que estoy aquí y ha pasado un largo tiempo desde que hablé con uno, creo que ellos estarán preocupados...

Metió otro bocado a su boca. De verdad, eso estaba exquisito.

- No tengo un cargador.

Y por poco se atraganta.

- ¿Ah?, vamos, y con que cargas tu celular?

- No tengo uno.

Sus ojos se abrieron en sorpresa.

Bien, creía que absolutamente todo el mundo poseía un celular, o mas bien todos excepto algunos ancianitos.

- ¿De verdad?

- Ajám.

- ¿Por qué?, es decir, ¿por qué?

- No es asunto tuyo.

Y otra vez con eso. Anteriormente le había dicho exactamente lo mismo a una de sus preguntas y quiso decirle que no había problema si no quería contarle, pero bien al menos podría decirle el porqué. Claramente se convertía en asunto suyo al preguntar.

- Quiero saber, por favor cuéntame.

- No.

- ¡Cuéntame!

- ¡No!

- ¿¡Por qué no!?

- ¡Porque no!

Gon soltó un bufido. Enserio, ¿qué diablos le pasaba? No es como si fuese algo tan importante, ¿Verdad? ¿Tal vez no tenía familia ni amigos?

- Dijiste que querías almorzar y charlar pero no estas aportando nada a la charla, ¿lo sabes?

- Mh.

El chico miró hacia otro lado.

- Parece que no te enseñaron muchos modales.

Gon masticó rapidamente otro pequeño bocado.

- Escucha.

Tragó.

- Preguntaré otra cosa.

Killua volvió a mirarle.

- ¿Tienes gasolina de repuesto? Quiero irme de aquí en cuanto lave mis zapatos y recoja mi ropa, despues de todo no tengo porqué seguir estorbando ¿verdad? y no parece que alguien llegue a por mi.

La expresión del otro cambió.

Bien, era cierto. ¿Qué es lo que haría luego de comer? ¿Jugar a las escondidas? Pf. No tenía un cargador de celular y Killua seguía siendo un desconocido que además de extraño no agradaba intentar sacarle conversación. No era buena idea quedarse y preocupar aún más a sus amigos.

Se llevaría a Copito con él.

- No...

- ¿Eh?

- No... No tengo nada como eso.

Gon soltó un suspiro de cansancio.

- Pues iré a comprarlo.

- No sabes en donde queda el pueblo.

Por favor, ¿a qué estaba jugando?

- Entonces dime donde queda.

- No.

- ¿Qué?

- ¡Que no! Oye, yo te invité a que vengas para ayudarte. Si te vas te perderás del chocolate que te compré, ¿Quieres eso?

El pelinegro se quedó callado.

Aquello sonaba tan ridículo.

¿Con qué tono le estaba hablando?

Y...

Además...

...Pensaba que se había olvidado de comprarle su golosina.

- ¿Enserio?

El albino asintió.

- ¿En dónde está?

Gon se levantó en su lugar. Era como si no hubiera estado a punto de discutir hace unos segundos. Había terminado de comer la mayoría de comida en su plato y de repente se le antojaba el postre.

Killua también se paró.

- Ven.

Caminó hacia la cocina nuevamente, sacando la tercer bolsa que no había abierto antes. El menor le siguió por detrás.

Y de hecho, no era una sola barra.

Eran como 30 malditas barras, mas una paletita.

- ¿Lo ves? Te traje muchos chocolates de muchos tipos. Amargo, dulce, semi-amargo, con maní, con caramelo, con dulce de leche, chocolate blanco...

Decía el peliblanco, mientras sacaba los distintos tipos de chocolate que había traído. Estaba tan concentrado mostrándole su nueva inversión que de hecho se perdió la maravillosa mirada de Gon. Era como si estuviera viendo a un dios; el dios del chocolate.

- Oh, y la paleta es mía.

Recalcó. No lo había dicho, pero en realidad a Killua le gustaban las paletitas de colores.

- Yo...

El morenito se acercó para tomar una barra; la de chocolate con maní.

- No se que decir...

Abría lentamente la envoltura.

- Quédate un rato más.

Y Gon metió su primer bocadito de chocolate. Sentía como el sabor se le derretía en la boca, el contraste con maní dándole una textura diferente.

Estuvo un poco mas tranquilo pero no pasó por alto todo lo anterior. Comenzaba a preguntarse porqué Killua quería que se quedara un poco mas, y al mismo tiempo le daba algo de miedo.

❝Debiste decirlo desde el principio❞ - KilluGon┇GonKilluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora