❝Debiste decirlo desde el principio❞ - KilluGon┇GonKillu

En estos lugares. [Pt.2]

Al pasar de las horas, llegó el horario indicado para lo que sería "tener una cita" o una salida casual.

Fue por ello que para las 4:30 de la tarde, Gon se despedía de Copito dandole un besito en la nariz. Posiblemente volverían en unas horas o por la noche, asi que no tenia nada de que preocuparse.

- Me sorprende que el gato no te arranque la mitad de la cara cada vez que te le acercas, antes creía que todos los gatos eran ariscos pero con Copito pude ver que no.

- ¿Lo ves? ¡Es una bolita de amor! Y siempre quise tener un gatito. Me siento con mucha suerte de haberle encontrado, aunque mejor dicho él me encontró a mí.

Killua también se despidió de Copito con un ademán, animando a Gon que por fin partieran rumbo al pueblo tal y como habían acordado. Debía admitir que estaba algo emocionado.

- Tendremos que caminar por un rato largo pero cuando lleguemos podré enseñarte los buenos sitios. El pueblo no es muy grande por supuesto, sin embargo es bastante bonito.

- Oh, de acuerdo! Estoy ansioso por ver todo lo que haremos.

Y con eso pudieron iniciar el camino hacia su "cita".

Killua pudo hablarle de una excelente tienda de ropa que había por el lugar y que probablemente allí encontrarían cualquier tipo de prenda que Gon buscase. Aún si no quería comprar un traje nuevo, podría escoger cualquier otra cosa que le gustara.

El morenito se sentía un poco avergonzado de todo esto; era como si fuesen padre e hijo yendo de compras (ya que Killua pagaría todas y cada una de las cosas que comprasen). Quería decirle que nada de eso era necesario realmente y que no gastara en él, pero el albino insistía en que no tenía problemas y que quería hacerlo de todas formas.

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Y, finalmente, pudieron llegar al tan aclamado pueblo.

La primera acción de Gon fue mirar las casas tan bonitas que había, admirando el contraste que hacían con el cielo gris azulado. Nada mal para un pueblo de pocos habitantes.

Por otra parte, lo primero que el albino notó al llegar fueron las miradas de algunas personas; los observaron raro, como juzgando continuamente. No hubiera tenido problema con ello de no ser porque las otras veces que él había ido, casi que lo tomaban por un fantasma. Eran rostros que Killua juraba haber visto antes.

- Bien, Gon

El ojiazul se adelantó unos pasos para quedar frente al moreno.

- Primero vayamos a una heladería. Los helados de un lugar que conozco son geniales, estoy seguro de que te gustarán.

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- Tiene que ser una broma.

- ¿Qué ocurre? A mi me gusta, y además...

- ¡Creí que cuando vendríamos aquí te pedirías helado de chocolate o algo así! ¿Pero menta granizada? ¿De verdad?

- ¡Sí! ¿¡Qué tiene!?

Eran las dos únicas personas elevando la voz en esa heladería. Tampoco había mucha gente, tal vez unas siete u ocho; pero claro que ahora estaban atentas a esos dos jovencitos que estaban casi gritando.