Perdido.

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- Bueno, pasa tu primero.

Invitó Killua.

Ambos estaban parados en la puerta principal luego de mover el coche de Gon (Quien por cierto, no creyó que el interior de una cabaña pudiese ser tan agradable; todo tenia estética a juego con el color de la madera).

- Woa, que bonito lugar.

- ¿Lo ves?

Killua cerró la puerta tras haber ingresado. Hizo señas a Gon para que dejara sus zapatos en la entrada al igual que él para así no ensuciar el piso. Luego se encargaría de lavar los pares.

- Ahora deberías de cambiar tu ropa, te mostraré en donde esta mi habitación y puedes elegir las prendas que quieras. Deja tu ropa mojada en cualquier lugar, la lavaré despues. Espera.

Dejó la bolsa con papas, aceite y huevos sobre la mesa mas cercana.

- Oye.

- ¿Si?

El aludido miró al mayor, apartando su vista de las decoraciones del sitio. Hasta ahora, estaba de acuerdo con lo que el albino proponía, pero no dejaba de ser incómodo el hecho de cambiarse en un lugar que no conocía.

Mientras tanto Killua pensaba que quizás, Gon querría comer algo distinto a su menú original, despues de todo no era nada muy elaborado o saludable.

- ¿Eres vegano o algo? ¿Que deberíamos de almorzar?

Le daba el total derecho a elegir. Si le preguntaban, estaba siendo bastante amable para su gusto.

- Oh, no lo soy. Tampoco vegetariano. Umm...

Con un puchero en sus labios, pensó en que le gustaría comer un enorme festín. Tenía que aprovechar si era el invitado, ¿no? podía elegir cualquier cosa para comer.

- Un gran pescado con salteado de verduras, arroz, salsa blanca y champiñones suena bien!

...El contrario lo miro con el ceño fruncido.

¿Pensaba que Killua participaba en masterchef?

- ¿Hablas en serio?

- ¡Claro que sí! ¿No suena delicioso?

Ahora el chico de traje estaba sonriente. ¿La comida tenía ese efecto en él? El peliblanco quiso sonreír tambien.

- Bien, pero no tengo nada de eso en mi nevera.

Tendría que salir a buscarlo, y de hecho también tenía que comprarle sus chocolates al niño.

- Saldré en un santiamén luego de cambiar mi ropa. Esperaré a que termines de hacerlo tú primero y luego lo haré yo.

El contrario asintió. Killua le enseñó donde quedaba su pieza, dandole la completa libertad de ponerse lo que quiera. Al cabo de unos 10 minutos cuando el pelinegro de mechas verdes salió de la habitación le tocaba cambiarse a él. Gon había elegido llevar una camiseta mangas largas color blanca con un chaleco marroncito a cuadros encima; le quedaba bastante bien.

- Mucho mejor.

Dijo Gon, sintiendose aliviado de por fin haberse cambiado la ropa mojada, se había estado aguantando el frío con ella.

- Ahora voy yo.

Y así, Killua también cambió sus prendas de vestir, preparándose para salir a comprar los alimentos por segunda vez en el día.



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- ¿Es aquí la dirección?

- No lo sé, estamos en donde indicó ese sujeto. Se escuchaba un poco inquieto, no creo que haya sido en broma.

El remolcador de autos estaba justo en el lugar en donde Leorio le había indicado que fuese.

Sin embargo no habia nadie allí. Todo corría normal.

- Pues yo no veo ningún auto varado.

- El chico dijo que podía estar aquí en la calle o en algún sitio de costado, pero no veo nada tampoco...

El conductor y el copiloto miraban a sus alrededores.

- ¿Dices que esperemos un rato? No hay nadie a quien preguntarle si ocurrió algo o no.

- Creo que tal vez algún compañero nuestro pudo haber venido antes. ¿Tienes anotado la patente del auto, verdad? Pues preguntaremos en la agencia. No hay nada que hacer aquí.

- Tienes razón.

Ambos suspiraron para luego poner en marcha su camioneta con gancho de remolque.

❝Debiste decirlo desde el principio❞ - KilluGon┇GonKilluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora