❝Debiste decirlo desde el principio❞ - KilluGon┇GonKillu

¿Esa cabaña?

Para cuando Gon notó que su teléfono se había quedado sin batería, al menos reconoció que tuvo suerte en haber podido contactar con Leorio a tiempo. Si no, probablemente tendría que pedir ayuda a gente que pasaba por la autopista. Aquello le llevaría quién sabe cuanto tiempo, sin mencionar que estaría afuera mas horas con el mal tiempo.

Dejó su teléfono apagado en el asiento del copiloto. Dobló el volante hacia la derecha para que las ruedas apuntaran hacia esa dirección, el plan era el siguiente: bajar del auto, empujarlo y hacer que este baje por la inclinación que estaba en el costado de la calle. Dejando el auto en el césped mojado y dando paso libre a los vehículos.

- Brrr... demonios.

Se abrazó con ambos brazos una vez fuera. Hacía frío y la lluvia no tardó en mojarlo.

- Tengo que intentar mover esta cosa al menos un poco.

Estando en la parte trasera del auto puso sus manos contra este; empujando con todas sus fuerzas. Su expresión demostraba que estaba intentándolo, sin embargo, el auto no parecía moverse mucho.

"Ha".

"Ha".

Esos eran sus suspiros.

Volvió a intentarlo.

Tampoco logró mucho.

Necesitaba al menos que una persona más lo ayudase. Gon sabía que la ayuda que Leorio llamó no llegaría en al menos unos 50 minutos o más.

- Puedo esperar en el auto.

Susurró.

Un camión tocó bocina con todo lo que pudo, asustando muchísimo a Gon.

Por suerte el vehículo pasó a su lado siguiendo de largo. Quería irse a casa lo antes posible, comer bombones y darse un baño calentito, cambiarse a su pijama y dormir lo que no pudo.

Observó al costado de la calle, en dirección a esa misma cabaña que le había mencionado a Leorio. ¿Podría ser acaso eso que se estaba acercando, una persona que provenía del mismo lugar?

A lo lejos parecía venir un señor mayor, dando pasos entre el césped húmedo y el barro. ¡Gracias al cielo! ¿Estaba viniendo hacia él? ¿Podría ser?

- ¡Oyeeeeee!

¡Sí, le estaba gritando a él!

- ¿¡Necesitas ayudaa!? ¿¡Qué haces en la ruta parado y quieto con esta lluvia y neblinaa!? ¡Además hace fríoo!

Gon le agradecía al mundo. Realmente, y no sabía porqué, alguien había notado que necesitaba ayuda.

- ¡S-Sí, por favor, señor! ¡Ayuda por favor!

Le gritó a modo de respuesta. Aquel tipo aceleró un poco más sus pasos.

Una vez estuvo mucho más cerca, Gon pudo notar que llevaba una bolsa que parecía contener algunos víveres.

- Chico, ¿qué sucedió?

Escuchó mejor la voz del desconocido. Levantó la mirada para verle mejor, y tal parece que en realidad no era alguien "viejo".

- Verá, me quedé atascado aquí, no tengo gasolina y quise mover mi auto hacia un sitio donde no interrumpa el paso. Intenté pero no pude solo, asi que le agradecería un montón si me ayudase a moverlo.

El sujeto aceptó la petición, comprendiendo la situación.

- A la cuenta de 3, empujémoslo. Aunque ten cuidado, no queremos hacerlo tan fuerte, puede que por la inclinación y el barro el auto no termine muy bien si lo hacemos de manera tan abrupta. Vayamos despacio.

Gon asintió, colocando sus manos en la parte trasera del auto denuevo, preparado para recibir las órdenes.

- Uno... Dos... ¡Tres, empuja!

Ambos lo hicieron, dando pasos lentos para no hacerlo tan de golpe; el auto finalmente se movió hacia la derecha y bajó por el lugar con césped. No hacía falta mencionar que los dos chicos estaban empapados por el agua y con sus zapatos embarrados.

Unos 10 pasos más y el auto ya estaba lo suficientemente alejado de la autopista. Lo malo era que sus ruedas, si antes estaban sucias, ahora lo estaban peor.

- Huh, dios, muchas gracias, no sabe cuánto le estoy agradecido.

- Eh, de nada. ¿Qué vas a hacer ahora?

Le preguntó el sujeto. Gon lo miró.

- Creo que voy a esperar. Le dije a un amigo que llamara por ayuda. No sé si lo habrá hecho o que porque mi teléfono se quedó sin batería. De todas formas no tengo otra alternativa, me encerraré en el auto a esperar lo que haga falta.

Definitivamente había descartado por completo la idea de asistir a la entrevista, y se lamentaba porque al entrar a su vehículo, inevitablemente llenaría las alformas de barro y mojaría el asiento.

Tampoco sabía con exactitud cuanto tiempo tendría que esperar allí.

- ¿Cuál es tu nombre?

Preguntó el desconocido de repente. Gon iba a hacerle la misma pregunta antes de despedirse.

- Soy Gon. Gon Freecss. ¿Usted?

El aludido rió un poco.

- Soy Killua. No me trates como un hombre tan mayor.