Para ser sinceros Gon no sabía como sentirse.Es decir, sí, se supone que estaba en aprietos, pero justo en esos momentos sentía que podía estar mas tranquilo. Se preguntaba si Leorio realmente habia llamado a alguien para que le ayudase ya que había pasado un buen tiempo y hasta ahora no visualizó a ningún "equipo de rescate". Desde una de las ventanas de aquella cabaña podía ver a lo lejos la autopista y revisaba cada cierto tiempo.
Recordó que dejó su celular en el asiento del copiloto y salió por unos momentos para buscarlo.
Killua había salido hace unos minutos, diciendo algo como "tendrás que esperarme un rato, pues el pueblo no está tan cerca de aquí". ¿De verdad compraría las cosas que el habia pedido? Aun no podía creerlo.
Era, en cierto modo, un gesto extraño y muy bondadoso. No cualquiera lo haría.
- Aquí estás.
Le dijo a su celular, el cual estaba mas muerto que una momia. Le preguntaría luego a Killua si podía prestarle un cargador.
Salió de su auto, mirando un rato el cielo. Se había despejado por completo y el sol podía verse con suma claridad. Antes había echado un vistazo al reloj que tenía el peliblanco en su casa, se habían hecho las 11 y 54 de la mañana.
- ¿Eh? ¿hola?
Se escucharon unos arbustos crugir.
Gon fijó su vista en el lugar de donde provenía el sonido.
- ¿Mh?
- Meow.
Una cola blanca.
- Meowbrr~
Pudo apreciar como un gato blanco salía por completo de su escondite.
- ¡Oh, que tierno!
Sonrió, inclinándose hacia el animal.
- Michi michi michi michi
Le llamaba, atento a sus movimientos.
-Pspsps, minino minino minino
- Meow
¡Lo sabía! estaba accediendo a sus expertas comunicaciones gatunas. Extendió su mano y el gato se acercó a pasos lentos, maullando y moviendo levemente su cola. Pudo apreciar sus preciosos ojos azules bajo la luz del día.
- Ow...
El pequeño animal se refregó contra su mano. Definitivamente iba a llevárselo consigo, de seguro tenía hambre, frío, y no parecía tener un dueño. No llevaba collar y estaba algo sucio.
- Te llamaré Copito.
Le apodó; caminando despacio hacia la cabaña de Killua para asegurarse de que le siguiera. Abrió la puerta principal con cuidado y los dos ingresaron con exito.
- Esperame ahí.
- Meow.
Gon soltó una pequeña risita. Parecía como si de verdad se estuviese comunicando con el minino.
Buscaría algo dentro de la cabaña para darle de comer, y por eso comenzó a inspeccionar.
Primero revisaría la nevera.
- ...
Estaba vacía.
El freezer tenía una cubetera de hielo.
Buscó en la alacena.
- ...
Había un plato, un vaso, una taza, una cacerola y un pequeño paquete de galletas saladas.
- ¿Vive a base de galletitas?
Quizás habia algo en los cajones.
- ...
Un tenedor, un cuchillo y una cuchara.
- Diablos, ¿no hay nada?
Cuestionó, comenzando a buscar cualquier cosa de manera un tanto mas rápida.
Miró en el horno.
‐ Iu, es un depósito de bandejas sucias.
Pero tampoco habia tantas. Dos bandejas aparentemente sucias y una sartén.
- Fuuf...
Largó un suspiro, comenzando a creer que Killua se comia sus platos y vasos para sobrevivir.
- Mmm...
Vio a lo lejos la bolsa que tenía el peliblanco en un principio; acercándose a ella.
- Papas, huevos y aceite.
Nada que un gato pudiese comer. O eso creía, no es como si hubiese visto un gato comerse un huevo alguna vez.
- Lo siento, Copito.
Le dijo al gato; había quedado sentado en la entrada principal. Miraba hacia todos lados y parecía estar atento.
Fue ahí en donde Gon comenzó a ver con mas detalle el lugar.
Comprendía que Killua no tuviese muchas cosas pues aparentemente vivía solo pero aún así, ¿nisiquiera tenía platos o cubiertos para alguien más por si recibía visitas? quiso preguntárselo en cuanto volviese.
Observó un estante con algunos libros, un living con chimenea muy bien decorado, el reloj un tanto grande colgado en la pared, y algunas otras cosas sin relevancia. Si lo pensaba un poco más estaba seguro de que todos los muebles allí eran bastante caros y de buena calidad; Una vez había trabajado en una tienda de artículos para el hogar.
Lo despidieron por dormirse en los sillones de alta comodidad. No era su culpa que los respaldos y almohadones estuvieran hechos de plumas y espuma.
Oyó la puerta principal abrirse.
- Ya llegué.
Dijo el albino, quien a penas puso un pie en su hogar, observó a un felino de cuatro patas.
- ¿Eh?
Gon miró a Killua, y Killua miró a Gon.
- ¡Se llama Copito!
Dijo el morenito con una sonrisa. El ceño del recién llegado estaba fruncido.
- ¿De dónde lo sacaste?
Preguntó; Llevaba al menos unas 3 bolsas con alimentos y demás.
- De afuera. Es mimoso y se comunica conmigo a la perfección.
El de ojos azules cerró la puerta, estando un poco en desacuerdo con el animal.
- ¿Te lo llevarás después?
- ¡Claro!
- Entonces bien.
Caminó directamente hacia la cocina. Gon le siguió detrás.
- Estuve revisando un poco porque quería darle de comer al gato y, ¿como es que no tienes platos o cubiertos? Tampoco tienes comida en tu refrigerador. ¿Te alimentas bien?
Preguntó. Killua sacaba los víveres de la bolsa; el pelinegro observaba como sacaba pescados en bandeja, una lata de champiñones, crema de leche y cebollas para hacer la salsa, especias y un conjunto de verduras varias.
- Vivo solo, es obvio porque no tengo muchos productos en la cocina ¿no crees?
- Hum, sí, pero... ¿Qué tal cuando llegan visitas? O cuando necesitas varios cubiertos para cocinar algun plato.
El peliblanco había sacado todos los víveres de dos bolsas. Encendió una hornalla y sacó la sartén del horno.
- No me visita nadie, no es necesario. Siempre salgo a comprar lo que comeré en el día durante las mañanas, es por eso que mi nevera no está llena. ¿No hay problema con eso, verdad?
Gon dijo que no con la cabeza.
- ¿Por qué nadie te visita?
El peliblanco detuvo sus movimientos por un segundo.
- No es asunto tuyo.
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❝Debiste decirlo desde el principio❞ - KilluGon┇GonKillu
Fanfiction❧ Gon manejaba hacia su entrevista de trabajo, un día nublado mientras disfrutaba de un dulce bombón de chocolate. Por desgracia, el lugar acordado para la entrevista quedaba bastante lejos. ¿Por qué justo cuando estaba a mitad del camino, su auto d...