Capítulo 51: El Rey de las Hadas y la Reina de los Gigantes 2ª Parte

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Esas palabras tan inesperadas hicieron girar a la gran mayoría hacia su dueño, impresionados y curiosos, a la vez que algo asustados. Zoba no se giró. Miraba al frente seriamente, mientras apretaba los puños y una vena aparecía en su frente, símbolo de su enfado aumentando.

Por la alfombra roja llena de pétalos por donde había desfilado Diane, cuatro pezuñas rosadas avanzaban mirando a todas partes con expectación.

 - ¿Cómo os vais a casar sin tenerme presente? - preguntó con su voz algo irritante - ¡Yo, el Capitán de las Sobras, no puede faltar a esta unión!

 - ¡Maestro! - gritó Ban con alegría levantándose de su silla.

 - Hawk, tan molesto como siempre... - se giró Meliodas a verle.

Los dos novios suspiraron aliviados con una mano en el pecho, y Zoba se levantó de su asiento, moviéndose con una increíble velocidad hacia delante del cerdo, que estaba montando escándalo. Hawk se detuvo al verla con miedo por el rostro sombrío que le mostraba, oculto tras su flequillo.

 - Esto da más miedo que todos los monstruos del Purgatorio juntos... - murmuró retrocediendo lentamente.

Zoba tendió una mano con velocidad agarrándolo de una de sus orejas y levantándolo a su altura, lo que hizo al cerdo quejarse y lagrimear con miedo.

 - Pero tú quién te crees para llegar tarde a esta boda, interrumpirla de esa manera y creerte el centro de atención - dijo lentamente ella, con cada palabra afilada como un cuchillo que hacía encoger las patas del cerdo.

 - ¡Zoba-chan, perdón! - lloriqueó - Aunque tu invitación llegó hasta el Purgatorio no pensaba que sería tan difícil salir...

 - Eso no es excusa para esto - su ira hacía que sus coletas flotaran en el aire - Ahora te vas a sentar en tu sitio y te vas a callar lo que queda de boda - ordenó.

 - Zoba-chan... una cosa más... - dijo temblando con los ojos blancos.

Y señaló con una de sus pezuñas detrás de él, donde había un gran jabalí mirándolo todo.

 - Es mi hermano Wild... no podía dejarle sólo ahí, así que lo traje...

Y sin esperar un instante y antes de que Wild pudiera saludar, Zoba se movió veloz como el rayo a por el jabalí agarrándolo de otra oreja, y en un instante estaban sentados en dos sillas, ocupando su sitio y su hermano el de Merlín. Luego volvió a su sitio mientras les advertía con la mirada de que silencio absoluto en la ceremonia. Los dos cerdos, sentados como personas, se miraron a la cara, y ninguno de ellos fue capaz de abrir el morro para nada.

 - Bien, como iba diciendo... - continuó el juez hada volviendo a tener la atención de todos - Ya que ninguno tiene ninguna razón para que este matrimonio sea aprobado, por el poder que me ha sido otorgado a lo largo de los años, el rey hada Harlequin, y la reina de los gigantes Diane, quedan unidos en sagrado matrimonio. Podéis sellar vuestro amor ahora delante de todos vuestros seres queridos.

Y cuando ambos novios se giraron para verse de frente, fue Diane la que no pudo soportarlo más, y agarrando con cariño a la pequeña hada entre sus manos, la acercó contra su cara para besar su cabeza entera con un sonrojo lleno de ternura, y King no tardó en responder, con sus orejas rojas. Todos estallaron en aplausos y en gritos de felicidad. Por fin, esas dos razas vivirían en paz con sus reyes casados por puro amor, y juntas llegarían muy lejos.

El banquete se celebró no muy lejos de ahí, en un precioso campo de flores con todos los árboles adornados, donde las mesas eran tocones de árboles cortados y las sillas eran unas graciosas setas rojas puestas alrededor. Cada mesa estaba llena de comida para que se sirvieran cuanto quisieran, y ambos reyes no habían escatimado en gastos a la hora de ofrecer un grandioso manjar a todos sus invitados.

Gowther X Reader - "¿Dónde Está Mi Corazón?" (Nanatsu No Taizai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora