Todas las miradas de los presentes se encontraban observando a ese hombre, bajo y delgado, que salía del interior del bar dentro de la montaña. No le miraban porque sus ropas fueran las de un camarero ni por nada malo, sino porque todos conocían el rostro del hombre humano que lo dio todo por vencer al Rey Demonio y así salvarlos a todos.
Para Diane, que se mordía las uñas completamente nerviosa, pareció que pasó una eternidad desde que ese hombre salió del bar hasta que sus ojos se encontraron con los de la novia, que aún no se creía lo que tenía delante.
Zoba sabía bien quien era ese hombre, pues era capaz de reconocer a Gowther en todas sus formas y transformaciones, pero esta vez, sólo esta vez, quería ver a su padre. Escanor sonrió cariñosamente y tendió las manos hacia ella.
- Mi pequeña leona... qué feliz me hace verte casada - comentó él abriendo los brazos.
- Pa-papá... - murmuró ella mirándole impresionada - Papá...
- Estás preciosa, hija... - él sonreía con toda su ternura - Ven, déjame abrazarte.
Zoba se lanzó hacia él como si fuera un proyectil, saltando y abrazando su cuello con fuerza, sorprendiendo a Escanor, que la abrazó cayendo de espaldas con ella. Mientras ella lloraba y se estremecía abrazando a su padre, él sonreía en su hombro, acariciando su espalda y frotándola.
- Estoy aquí para ti... - susurró él - No podía dañarte con mi ausencia en el día que marcará tu vida de ahora en adelante.
- Papá... - ella seguía llorando y jadeando, mientras se apegaba a él todo lo que podía.
La ropa que llevaba era la verdadera que llevó él, pues Gowther no la transformó. Quería llevar la original que conservaba el olor y el aroma verdadero de Escanor, algo que es complicado de copiar y clonar, y con eso, Zoba se sentiría mucho mejor al abrazarle.
Tras levantarse ambos con cuidado y sin que ella quisiera dejar de abrazarlo, Escanor retiró un rizo rebelde de su frente sin quitar la sonrisa. Diane, sentada junto a King, no se perdía ningún detalle, y tenía agarrado un pañuelo.
- Ay, creo que voy a emocionarme también y a llorar... - se quejó ella limpiándose.
King sonrió, apretando su mano. Meliodas y Ban, sentados ahora en la misma mesa, bebían y miraban a Escanor con una sonrisa nostálgica. Acababan de explicarle a Hawk que él no era el verdadero, pues nadie le había dicho nada al puerco y estaba llorando y moqueando de pensar que él había vuelto con ellos.
Caminando padre e hija al centro de la pista de baile sobre la suave hierba, ellos empezaron a danzar con el baile tradicional de padre e hija, el cuál Gowther estuvo aprendiendo también en el castillo del rey Bartra, ya que necesitaba a un padre que supiera bailarlo... y no había nadie más que pudiese hacerlo.
Zoba bailaba con una gran sonrisa y de sus ojos seguían saliendo lágrimas, ahora de alegría, y su maquillaje no se movía ni estropeaba, pues como sabían que lloraría como una magdalena, se lo consiguieron así para que no pareciese una novia cadáver bailando.
Escanor la miraba con una sonrisa y disfrutando. Su tacto era igual, la forma de sus manos y la forma en que la miraba, con todo ese cariño intacto que el león tenía por su cachorra. Gowther lo estaba haciendo realmente bien.
En un momento más relajado, Zoba se apoyó sobre el hombro de su padre, mientras bailaban lentamente con las manos tomadas.
- Creo que nunca te he dado las gracias... - dijo ella en voz baja con una sonrisa - Las gracias por... evitar que llevara una vida desgraciada, o que ni siquiera tuviera el derecho de vivirla.
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Gowther X Reader - "¿Dónde Está Mi Corazón?" (Nanatsu No Taizai)
Fanfiction- Mi incesante búsqueda de sentimientos en este pecho vacío... ha llegado a su fin. Gracias por haber estado ahí, siempre confiando en mí y apoyándome en todo. Siento mucho no haber podido corresponderte cuando mostrabas amor por mí, pero ahora... t...