CAP. 23. LA ÚLTIMA VEZ

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Dejé un beso largo y lento en su hombro desnudo, pasando mis brazos por su cintura cada vez más definida y suspirando sobre su piel suave, acariciando la zona expuesta delante mía con mi mejilla. 

—No vayas a trabajar hoy, Harry… 

—No puedo hacer eso, tengo que ir. 

—Por favor… No me apetece quedarme solo hoy… 

Harry soltó una carcajada terminando su recogido, girando mientras se apoyaba contra el lavabo sin soltarme, mirando mis ojos con algo de diversión escondida en el brillo de los suyos. 

—¿Y qué le digo a Liam? 

—No has faltado ni un solo día desde que estoy aquí, solo cuando estuviste enfermo. Mereces un descanso, merecemos un descanso. 

—Un descanso suena genial, pero Liam nunca me dejará. 

—Tú eres el jefe, tú mandas. 

Harry comenzó a reír dejándose llevar por mis empujones leves, sacándolo del baño y tirándolo sobre la cama deshecha con mucha facilidad debido a su falta de resistencia en todos los aspectos. 

Me subí encima de él besando sus labios, rodeando con mi cuerpo su cuerpo desnudo y inclinandome un poco para rozar su miembro con mi trasero, un gemido saliendo de sus labios hasta acabar en los míos. 

—Astuto, mi pequeña y bonita flor.

Me escondí en su cuello respirando su aroma a limpio, a lejanas flores preciosas y dulces, mientras él pasaba la mano por mi espalda acariciando mi piel desnuda. 

Harry suspiró antes de abrazarme con fuerza, una sorpresa que consiguió acelerar mi corazón salvajemente antes de corresponder de igual manera mientras besaba su mejilla con delicadeza. 

—Significas tanto, Louis… Siempre brillarás como el sol que eres, adornando mi firmamento como la más bonita estrella. 

Junté mi frente con la suya mientras levantaba mi mano hacia su mejilla, acariciando con mi pulgar sus suaves labios y cerrando los ojos obligándome a tragar la acumulación de saliva que se había formado en mi boca. 

—Harry… Créeme cuando digo que no hay cosa en este mundo que se pueda comparar a tí. Te admiro tanto… Cuando pienso en todo lo que has hecho por todos con esa mente brillante que tienes y recuerdo que yo estuve aquí para verlo, no puedo estar más orgulloso de ti… 

Harry sonrió bajo mi tacto, sus labios curvados debajo de mis dedos y enseguida una sonrisa situándose en mi boca de igual manera, nuestros corazones impactando con velocidad contra el cuerpo del contrario y un brillo desfigurado creciendo en los ojos de los dos. 

—Solo tienes que abrir la boca y soltar algo tierno para derretirme y hacerme creer que la bronca de Liam valdrá la pena por no ir a trabajar. 

Solté una carcajada asintiendo con mi cabeza, besando sus labios rápidamente mientras sentía sus manos bajar por mi espalda.

—Valdrá la pena… 

Abracé sus labios con delicadeza, separándome para verlo sonreír después, mirando el brillo escandaloso de sus ojos mirándome e incluso confundiendome un poco cuando creí que en realidad eran lágrimas. 

Aparté el pelo de su frente todavía mirándolo, sus manos acariciando con delicadeza y práctica mis muslos, pasando sus dedos por la parte interna de ellos, provocando un cosquilleo en la parte baja de mi abdomen. 

La puerta sonó y suspiré profundo rozando mi nariz con la suya en un beso esquimal, sus labios besando los míos con delicadeza y mi mente dejando de funcionar. 

Última Respiración || Larry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora