CAP. 32. MI DIAMANTE EN BRUTO

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Encendí el interruptor del baño varias veces viendo como ahora sí que funcionaba, Harry bajándose de la banqueta en la que había subido y mirando la luz sin problemas de cegarse en el acto. 

—¿Ves? Te dije que sabría arreglarlo. 

—Ya, ¿Hay algo que no sepas hacer?— Pregunté frunciendo un poco el ceño, él sonriendo con picardía mientras guardaba todas las herramientas que había utilizado, extendiendo hacia mí el maletín de herramientas donde había dejado todo para que después yo saliera de ahí y lo guardara donde lo había encontrado. 

Volví al baño donde Harry y yo— aunque yo me estuviera incluyendo por simplemente encender el interruptor cuando me lo pedía— arreglamos la luz que Charlotte había roto, siendo éste el baño de su habitación, por lo que no me sorprendió verlos a los dos hablar. 

—¿Entonces dónde vas a ir ahora?— Le preguntó ella con una concentración superior, haciéndome sonreír mientras pasaba por su lado, recogiendo la ropa que habíamos tirado al suelo sin querer. 

—Se supone que tengo una concentración pasado mañana en Londres, debería estar ahí ya pero Louis me dejó llamar a Liam para contarle que me retrasaría un poco. Venir aquí no era una opción, pero encontrarme con tu hermano hoy sin duda ha sido algo que no estaba previsto tampoco. 

—¿Y después de eso? 

—Lottie…— Dije en un comentario global escuchando como ella bufaba, necesitada de más información innecesaria. 

—Después de eso tengo que salir del Estado— Contestó Harry haciendo caso omiso a mis segundas intenciones para que permaneciera en silencio— Así que seguramente tardaré un poco más hasta estar completamente seguro de que estoy fuera. 

—¿Ves?— Dijo Lottie mirándome ahora— Sin ninguna duda Harry es una mejor opción que la hija del Señor Wilson, hiciste bien en rechazarla, Lou. 

—¿Te han ofrecido mujeres?— Preguntó Harry mirándome también, ahora con sus ojos más abiertos de lo normal y una indignación notoria en el tono de su voz. 

—Demasiadas— Contestó Lottie cuando fui a negar, sentándose en la cama y cruzando sus piernas en una posición de majestuosidad y superioridad— Eso es lo que ocurre cuando pasas nueve meses fuera, querido, la vida continúa aquí. Por suerte o por desgracia mi hermano está lo suficientemente enamorado de tí para negar hasta el diamante, así que puedes relajarte de momento. 

—¡Charlotte!— Me quejé tirándole uno de sus vestidos a la cara. 

—Mami…— Dijo de repente Corey entrando a la habitación, restregando su ojito con su puño mientras en su otra mano sujetaba con fuerza su peluche favorito— ¿Podemos dormir ya? 

—Claro amor, ven aquí.

Corey acudió con su madre, ella mirándonos como una despedida mientras nosotros salíamos de esa habitación en completo silencio, mis manos cerrando las puertas a mi espalda mientras lo seguía mirando a él y a su seriedad.

—¿Cuándo pensabas contármelo? 

—No pensaba hacerlo— Contesté encogiendo mis hombros, restándole importancia— No es algo importante.

—Pero… Podrías haberte casado, podrías haberte olvidado de mí… ¿Por qué no lo hiciste? Hubiera sido más fácil intentar hacerte el heterosexual, Louis…

Evité soltar una carcajada mientras me acercaba a él, besando sus labios con lentitud y negando con mi cabeza mientras comenzaba a caminar lejos de ahí de nuevo, sintiendo sus pasos pisarme los talones. 

Última Respiración || Larry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora