Micaela Maxwell Alston, una adolescente que usa vestidos rosas encima de un corazón lastimado y una mente atormentada. Ella sabe lo que es el dolor, ella sabe lo que es sufrir y sobretodo sabe ocultarlo detrás de una sonrisa.
Adrien Baumann Carey, u...
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Capítulo 5: Alta velocidad.
Micaela Maxwell Alston.
—Llegamos.
Abrí los ojos cuando escuché la voz de Gabriel a mi lado. Me senté correctamente y salí del coche con cuidado de no caerme al suelo. Una de las ventanillas de los asientos traseros se bajó y salió la cabeza de un ojeroso Samuel, él sonrió en mi dirección y dijo:
—Entramos al instituto en dos horas. Paso por ti en unos minutos.
Asentí y sin decir palabra me di la vuelta para caminar sigilosamente en dirección a mi casa. Con cuidado escalé por el árbol que ayer utilicé como escalera para bajar y al llegar a mi ventana abierta me colé por ésta en un rápido movimiento. Desordené mi cama para que parezca que dormí en ella y quité el seguro de la puerta para que no sospechen nada. Corrí hacia el baño mientras me quitaba la ropa por el camino y luego de esconderla me di una rápida ducha helada para alejar el sueño de mi cuerpo y el olor del alcohol.
Entré al armario casi resbalando por no secar bien mi cuerpo por el apuro y me puse el uniforme casi en un segundo dejando el nudo de la corbata flojo. Me puse unos botines de tacón y volví a la habitación escuchando mi móvil sonar.
Samu. Estoy esperando fuera de tu casa.
Dame un segundo.
Dejé el celular a un lado y frente al espejo de mi tocador me arreglé el cabello para que no se vea tan desordenado y me maquillé, disimulando la cara de sueño que cargo. Tomé mi mochila ya ordenada y con mi móvil en mano y unas gafas de sol sobre el tabique de mi nariz salí con rapidez de la habitación para dirigirme al comedor donde afortunadamente mi madre se encuentra sola. Lo último que quiero con este sueño y resaca es ver a Mila. Besé la mejilla de mamá y recibí de su parte una genuina sonrisa.
—¿Desayunarás?
Negué con la cabeza.
—Voy tarde y una nueva amiga vino por mí. Te veo después.
—Nada más terminar ven a casa.
Asentí y salí de la casa prácticamente corriendo hasta llegar al jeep gris. Me subí al copiloto y besé la mejilla de Samuel antes de que arrancara el coche.
[...]
—Voy al baño. Nos vemos luego.
Le dije al chico y luego de despedirme con un movimiento de manos me alejé de él.
