Es mejor no jugar con fuego.

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***

Después de una excelente tarde con mi familia, entre historias, comidas, postres y sobre todo licor se nos hizo tarde para irnos y preferimos quedarnos a dormir para partir a la mañana siguiente ya que había bastante que manejar y habíamos bebido mucho como para hacerlo.

Angel se había llevado muy bien con mi familia, habíamos conversado todos haciendo caso omiso a los comentarios odiosos de Julia, sumado a que mi mamá había hecho un pie de manzana delicioso, ¿podía ser más maravillosa la noche?

Mi padre había accedido a que Angel durmiera conmigo ya que solo había un cuarto de invitados, pero no lucía muy convencido al respecto, ese pensamiento del siglo XX de que mantenernos vírgenes evitaría que tuviéramos problemas con herederos indeseados regados por Medellín era absurdo. Por algún motivo, seguro por el café que tomamos en la tarde, no podíamos dormir, hacía por lo menos una hora estaba acostado con Angel acostada en mi pecho mientras veíamos lo que le habían enviado de la empresa ya que no habíamos asistido.

—Todo va bien, no nos necesitaron mucho — comentó bloqueando la pantalla de su celular para dejarlo a un lado.

—Todos en la empresa son muy eficientes, no me extraña — respondí acariciando su cabello.

—Me enorgullezco de eso. ¿Tienes sueño? — indagó acariciando mi abdomen, ambos estábamos en ropa interior ya que nuestra ropa era incómoda para dormir.

—No, aún no.

—Yo tampoco. Ojalá estuviéramos como Romeo, nunca había visto a alguien dormir de forma tan placentera — expuso, mi hermano se había quedado dormido en el sofá mientras terminábamos de cenar, se levantó después de un rato y continuó durmiendo.

—Siempre ha dormido así de bien — comenté viéndola girar para verme —. ¿Julia te molestó mucho?

—No, vivir con Vladimir me entrenó para personas así, me gusta defenderme, pero no me siento afectada por lo que me digan — contestó acercándose para acariciar mi rostro mientras apoyaba su mentón en mi pecho

—Ella es...la más problemática de la familia — expuse suspirando.

—Todas las personas que son demasiado amargadas tienen una razón, ¿no? Puede que la falta de sexo cause amargura — anunció, ambos reímos.

—En realidad no es eso...— expresé acariciando su cabello —. Su piedra en el zapato soy yo.

—¿Eres tú? ¿En qué aspecto? — indagó sin entender.

—Resulta que mis papás tenían como meta tener dos hijos, de preferencia varones y muy cercanos en edad. Planearon a mi hermano de forma incansable: médicos, ginecólogos y clínicas de fertilidad para tenerlo y cuando lo lograron fue una felicidad enorme. Romeo tenía tres años, cuando mis papás viajaron a Bora Bora de vacaciones y ahí quedó mi mamá embarazada de Julia. A mí también me planearon mucho, pues querían el tercer hijo y que ojalá fuera varón. Julia cuenta que cuando ella tenía cuatro años veía la felicidad de mis papás porque yo venía en camino y que dejaron de darle todo su amor y afecto. Ella dice que me ama, pero su rencor es tan grande que cuando era pequeño, me hacía muchas travesuras, me empujaba, me pegaba, entre otras cosas que no recuerdo, mi mamá me lo contó. Ella se aprovechaba, porque mientras yo tenía cuatro años, ella tenía ocho y era más consciente de las cosas. Y bueno, ese es el odio eterno de Julia hacia mí — narré y encogí los hombros.

Aunque para Julia yo siempre iba a ser "el que sí desearon" para mí era algo normal, pues desde que crecí fui muy consciente de que a todos nos daban las mismas cosas, según nuestra edad, ella no podría pretender que la trataran como a hija única si tenía dos hermanos.

Crímenes De Verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora