Veintiocho años y un Maserati Grancabrio MC.

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Adoro con locura los cumpleaños. Desde pequeño me caracterizaba por contar los días meses antes, hacer los preparativos con emoción, preparar cada minuto y considero que por ello mis hermanos no podrían decir que han tenido algún mal cumpleaños.

Habían transcurrido dos semanas y ahora faltaba un día para el cumpleaños de Angel, la verdad, desde que la conocí sus cumpleaños no eran algo relevante para ella, era más bien como una fecha donde ganaba un año más, un año menos de vida; sin embargo en Italia habíamos pasado de mil maravillas juntos, podría decirse que le enseñé que su día de nacimiento puede ser algo especial, algo más especial que solo ganar un año más.

En su cumpleaños cuando era mi novia, pasó toda la semana como una reina en un hotel de Italia llamado Hassler y en mi cumpleaños, que es prácticamente cerca al suyo nos hospedamos en una suite por una noche que daba la vista a toda Italia, fue una experiencia inigualable hacer el amor con esa vista de fondo, la infinidad de postres llenos de chocolate, el simple hecho de estar juntos: lo hacía una buena experiencia.

Este año podría darle un buen tiempo en un hotel cinco estrellas de Medellín, pero preferí darle un regalo diferente, algo que ella no se esperara y que le fascinara. Por otro lado, ambos estábamos muy bien de salud, las costillas rotas habían vuelto a su lugar, celebramos que ya estaba sano con unos cuantos polvos, pero bueno, todo sea por celebrar la salud, ¿cierto?

Angel ya no estaba enojada conmigo por el tema de Julia, no me contó de qué hablaron, pero, cada vez que tocaba el tema, ella se ponía seria y trataba de evadir el asunto, me parecía extraño, pero de seguro era por lo que pasó conmigo; Julia por su lado estaba yendo al psiquiatra, casi todos los días tenía terapias y Romeo había decidido quedarse hasta un mes después de mi cumpleaños en Colombia. Lo cual era maravilloso, mi hermano es el idiota que más amo y tenerlo cerca siempre es bueno.

Estaba en mi casa terminando de organizar todo para el regalo de Angel, ella adoraba los carros e iba a regalarle, nada más y nada menos que un Maserati Grancabrio MC de color negro, era un carro envidiable, seguro se lo pediría prestado algún día, adentro del carro le había puesto un vestido rojo que había visto en una tienda y que le quería ver puesto, conocía sus medidas y de seguro le iba a quedar genial. Terminé de organizar todo y dejé el carro en el garaje, por si llovía no se hiciera un desastre. Entré a mi casa de nuevo a lo que recibí una llamada de Romeo.

— Romeo, Romeo, ¿dónde estás que no te veo? — lo saludé tras contestar caminando hacia mi casa

— ¿Qué tal, idiota? ¿Todo bien? — me preguntó alegre

— Todo muy bien, mañana cumple años Angel y estoy más emocionado que ella — le comenté sonriendo

— Te encantan los cumpleaños desde pequeño. Te llamaba para informarte que Paula vino a la casa.

Me sorprendí mucho al escuchar que de repente ella entraba al tema, ¿qué hacía en la casa de mis padres? Me senté en el sillón de mi casa tratando de descifrar porqué estaba allí, ojalá no me trajera problemas, un día antes del cumpleaños de mi diosa.

— ¿Y qué quería? — le pregunté restándole interés al asunto

— Quería hablar con mamá — contestó

— ¿Y sobre qué hablaron? — indagué con algo de desesperación

— Hablaron un buen rato en el estudio...mamá salió muy preocupada diciendo que ella le había contado que ustedes dos se habían encontrado y que acabaron haciendo algo más que hablar y que Paula tiene miedo de estar embarazada— relató Romeo

Crímenes De Verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora