Los Montblanc.

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Nunca había conocido la casa de sus padres, tampoco había conocido nunca al señor Louis excepto cuando por arte de magia apareció con Adonis en la empresa, conocía a Adelia, su madre, ya que ella se había ido a vivir con él a Italia mientras Romeo estaba con su padre; Adonis amaba a sus hermanos como a nadie, el dios griego era el menor de tres, pero como dijo, era el más responsable y parecía el mayor.

La casa de los Montblanc era un terreno grande con un jardín bien distribuido y muy bien cuidado, la casa tenía un diseño más bien vintage, pero se veía muy bien cuidada, se veía cálida y acogedora, como ese tipo de casas que te dan ganas de quedarte horas porque tienen un ambiente de hogar, era una casa de dos pisos y una puerta roja muy bonita, era el detalle más llamativo, normalmente las puertas son negras o cafés, pero la de ellos no, ¿acaso esta familia podría ser más única?

Cuando estuvimos frente a esta puerta Adonis parecía estar por tener un ataque, parecía muy nervioso y le daba la razón, seguro su padre le cortaría la cabeza si se ganaran un problema con Vladimir si me hacía sufrir, pero, por Dios, tengo veintisiete años, sé distinguir entre el trabajo y las relaciones interpersonales. Si las cosas no salieran con Adonis, no los echaría de la empresa, todo continuaría igual, pero así son los padres.

— Mi papá cree que te conocí en la empresa, que llevamos saliendo un tiempo y que vamos muy bien — me explicó viéndome

— ¿Por qué estás tan nervioso? — le pregunté tomándolo de la mano mientras sonreía

— Mi padre me mata si tenemos problemas laborales por nuestra relación tan cercana, sumado a que, adoro a Julia, pero es una fastidiosa y cree el mismo cuento que le dije a mi papá — expresó peinándose el cabello hacia atrás sin mucho éxito ya que se le deslizaba hacia los lados, se veía sexy con todo el maldito

Aproveché para poner mis brazos sobre sus hombros rodeando su cuello, él tomó aire poniendo sus manos en mi cintura mientras me miraba a los ojos, me acerqué a darle besos en la boca mientras él aprovechaba para darme dos nalgadas para luego apretarme, típico de él.

— Relájate, dios griego — murmuré en su boca

— Ella siempre es muy hiriente con las palabras, una vez hizo llorar a una novia de Romeo, que según ella se veía muy interesaba en mí, Julia le preguntó algo como: "¿Entonces viniste por Adonis o por Romeo?" La destrozó con ello, porque se sintió muy culpable e insegura con aquella pregunta — narró él y suspiró negando con la cabeza

— Pobre chica... ¿y tú caes en su juego? — le pregunté

— Solo una vez caí y fue mortal. Ella es la única que aún es virgen de los tres porque no se ha casado y bueno, sigue las reglas de mi papá, sus reglas con extremistas, dice que que seamos vírgenes hasta casarnos para evitar problemas con hijos sueltos, pero nadie le hace caso. Julia empezó a sospechar que yo no era virgen cuando nuestro entrenador nos puso unos ejercicios de la cadera y claro, se notaba que no se me dificultaba moverla, sumado a que llegaba con las mejillas rojas de una supuesta despedida rápida con mis novias cuando se iban de la casa — sonrió al decirlo —. Un día estábamos comiendo con mis papás después de que yo volviera de estar con Paula y me preguntó si no había dicho que iba a comer con Paula, cosa que por obvias razones era mentira; en ese momento no lo pensé bien y respondí con un sí despreocupado, Romeo se dio cuenta del juego y le recordó que amo comer salvándome — narró

— ¿Y tu papá nunca sospechó? — le pregunté

— Nunca, ni siquiera sé por qué, creo que una vez le encontró unos condones a mi hermano y pensó que los compraba para sus amigos — manifestó y se rio

— Tal vez se negaba a creer que sus hijos ya andaban cogiéndose a sus novias bajo el mismo techo — apunté y sonreí

— Es mi deporte favorito — expuso soltándome mientras me guiñaba el ojo

Crímenes De Verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora