Helery
El dolor de una traición no se olvida fácilmente, es una herida que queda marcada en tu cuerpo para siempre, quizá con el tiempo, la herida deja de causar dolor y sane, quedando una pequeña cicatriz que nos recordará aquello que nos costó tanto olvidar. No digo que sea una santa, también he cometido errores y también he despreciado a personas causándoles un gran dolor. A veces solemos ser la herida y otras veces solemos ser la cuchilla, que irónica es la vida ¿No crees? Yo creo que sí.
Me encontraba en mi habitación con el gato totalmente abrazado con mis débiles brazos, desde que Hazza se había ido, lo único a lo que me había dedicado era a llorar, trataba de hacerme la fuerte, trataba de mantener mi mente ocupada, pero eso no significaba que no me doliera verlos y saber que alguna vez, fueron mi mejor amiga y mi novio ¿Pero que hice mal? ¿Por qué me traicionaron? A lo único que me dediqué fue a quererlos, ¿En qué fallé? Es muy doloroso saber que ambos me vieron la cara, ese vacío en el pequeño que causa tanta incomodidad no me dejaba respirar, quería desaparecer por un tiempo y olvidarme de la vida.
—Mira Helery —espetó cancina mirándome seriamente—. Odio verte llorar y más por un hombre, pero no creas que te diré "Pobre Helery su novio la cambió por su mejor amiga" no seas tonta cariño, debes seguir adelante y encontrar a ese chico que inunda tus pensamientos cada día, no dejes que te vean débil, demuestra que sin ellos también puedes brillar, mi pequeña hermanita, demuestra que sola estás mejor y que su traición poco a poco va quedando en el pasado.
—Pero duele mucho Sammer, duele mucho. —susurré con lágrimas en los ojos, ella se dispuso a abrazarme y a darme su apoyo, era la mejor hermana de todas, de eso no había duda.
Después de que me relajé y decidí no volver a llorar por alguien que no valía la pena, tomé la lista y señalé al siguiente sospechoso portador de tremendo atributo, se me estaban acabando las opciones, había decidido que si no lo encontraba, el próximo mes iría nuevamente a la celebración de la Luna llena, con suerte, lo volvería a ver allí y todo éste rollo terminaría.
Iker, 25 años, ojos azules, cabello negro brillante y era un gran fanático por el básquetbol, por suerte, mañana tendrían un encuentro y podría averiguar de qué tamaño era su miembro, demonios parecía una maldita descarada mirando cada pene que se me atravesara y solo por follar borracha. La noche había llegado, me sentía cansada mental y emocionalmente, así que no tarde más de diez minutos en quedarme dormida.
A lo lejos podía escuchar la alarma que indicaba la hora de levantarme, lancé mi mano para apagar el reloj y que dejará de joder mi existencia, pero solo logré arrojarlo al suelo causando que se rompiera en mil pedazos.
—Mierda —murmuré entre dormida y como pude me levanté y me metí a la ducha.
Me bañé, desayuné y salí deprisa para la universidad, el juego era a primera hora y si no llegaba rápido, probablemente no me tocarían los primeros asientos y perdería la oportunidad de mirarle su entrepierna. Al fin había llegado más rápido de lo que pensaba, no había nadie en la cancha y solo se podía escuchar las risas de los jugadores y unos gemidos en los baños.
Caminé silenciosamente para no quedar en ridículo debido a lo que pensaba hacer, me acerqué a los baños y vi a la persona que menos creí encontrar. Ariel estaba pegada a la pared con sus jean y bragas bajadas hasta la mitad de sus muslos y un jugador de básquet penetrándola con rapidez y dureza. ¡Dios! Voy a quedar traumada con tantas escenas de sexo y ni siquiera me acordaba de cuando yo lo hice con aquel chico culpable de todas mis desgracias.
—¡Ah! Mai —gimió—, sigue así.
—Eres tan rica Ariel ¡Ah!
Sus cuerpos sonaban cada vez que se acoplaban en uno solo, asqueada me fui de ahí y sin darme cuenta choque con Iker, éste me miró sorprendido y luego alzó su vista al escuchar los gemidos fuertes de Ariel y Mai.
—¿Estabas viendo a tu amiga follar con Mai? —sentí mis mejillas arder de vergüenza, me había pillado en una escena realmente asquerosa —. Si estás caliente solo es que me busques chiquita, yo te puedo dar mejor que tu novio.
Se quitó la toalla que rodeaba su cintura y me dejó a la vista su pene ¿Su pene? Eso no era un pene, eso era una pena. Me tapé los ojos y corrí sin mirar a atrás, éste día había sido un completo fracaso.
¿Les ha gustado la historia hasta aquí mis amores? ❤️🥀
ESTÁS LEYENDO
Candy Cat (En Edición)
FantasyÉl ha vivido rodeado entre los humanos sin darse cuenta que su destino estaba pactado más allá de este hermoso cielo azul. Un camino rodeado de envidia y fuerzas némesis lo rodearán por una línea de poder. Lecuim encontrará en aquel punto una bruja...