Capítulo Vigésimo Tercero

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Helery

Bajaba las escaleras lentamente tras el llamado de mi hermana, ya era bastante tarde y yo solo quería ir a dormir. Cuando llegué al lugar donde se encontraba, sólo se despidió de mí y se dirigió a su habitación; eso fue mucho mejor, ya que podría ir a dormir en éste mismo instante. Al llegar a mi habitación saqué al gato de la jaula y se acostó conmigo en la cama, estaba bastante cansada y no tardé mucho en conciliar el sueño.

- Debes salvarte - Susurró en su último aliento - Sigue con tu vida.

- ¡No! Saldremos los dos - Musité entre llantos mientras el agua nos tapaba casi por completo - ¡Lecuim!

Salté de la cama mientras tosía exageradamente, aún podía sentir la falta de aire y mis pulmones totalmente llenos de agua, aunque había sido un simple sueño; Mi cuerpo se lo había tomado demasiado en serio, incluso sentía un presentimiento en mi pecho de esos donde sabes que algo malo está a punto de ocurrir ¿Pero qué era? Y lo más importante ¿Quién es Lecuim? Los rayos del sol entraban por la ventana dándome a entender que el día ya había llegado; Me levanté de la cama y me dirigí a la ventana, tomé un libro y me dispuse a leer.

- El tiempo se va yendo a una velocidad que no te imaginas ¿Sabés qué es lo peor de todo? Qué son: Segundos, minutos y horas que jamás volverán ¿Y tú lo pierdes leyendo? La realidad es ésta, no un libro de fantasía - Musitó con seguridad.

- Tal vez no sea real - Susurré con una ardiente voz - Pero a veces es necesario salir de la realidad y adentrarte en un verdadero mago de letras; Esos a los que le llamamos escritor.

Podía notar en su mirada; Como trataba de digerir mis palabras, pero por más que buscó, no encontró argumento alguno para atacar dicha confesión. Tal vez las letras de un libro no eras reales, quizá nada sea verdad en la historia. Pero joder, cuanto desearía vivir en un libro y ser irreal. La mirada estupefacta de mi hermana me causaba gracia ¿Acaso nunca había oído hablar a un amante de letras? Debería leer más, se enojaría menos; Después de todo, los libros son amor.

- Cambiando de tema ¿Vas a ir a la Celebración de la Luna llena éste mes? - Masculló desviando el tema del libro.

- ¿Estás loca? - Chille con desagrado - Nunca volveré a ir: No quiero ver ni a Hazza, ni a Ariel, ni mucho menos a ese chico.

- Tranquila, no te estoy obligando, sólo fue una pregunta - Musitó mirándome como si tratara de descifrar algo en mí - ¿Estás bien?

- ¿Por qué preguntas?

- Te notó rara.

- Sólo fue una pesadilla - Sonreí débilmente - Sólo eso.

Candy Cat (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora