Capítulo Décimo Séptimo

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Helery

Al fin la noche que estaba esperando, había llegado, sentía mis manos sudar y temblar mientras Sammer arreglaba mi cabello en una cola alta con trenzas entrelazadas una con la otra, desde que el día había empezado, no había dejado de pensar en aquel chico ¿Quién era? ¿De dónde venía? ¿Qué quería? Esas y más preguntas se hacían presente en mi cabeza, esperaba que ésta noche, fuera mejor que la anterior.

Sammer había terminado mi peinado, quedé asombrada con tan hermoso trabajo, le di un abrazo en agradecimiento y salí del departamento. El tiempo había pasado muy rápido, cada momento vivido era efímero, por eso trataba de no desperdiciar ni un segundo, aunque había una parte de mi vida que no recordaba, aquella noche que seguía sin adivinar. Mientras pensaba y trataba de recordar, había llegado nuevamente a la celebración, esperé por un momento dentro del auto, tomando fuerzas para entrar, después de unos 10 minutos, me bajé y entré.

Como siempre, todo estaba alegre, divertido, la música sonaba a todo volumen, algunos bailaban, otros reían, uno que otro con sus copas pasadas y no faltaba la pareja hormonada que tuviera intimidad en plena fiesta. Busqué con la mirada a ese chico de aquella vez, pero no lograba ver a nadie con esas características.

Decidí salir del bullicio y subir a los pisos siguientes, quizá estar en el mismo lugar de la vez pasada, me ayudaría a recordar algo más que su cabello, sus ojos y su gran amigo. La Luna estaba a punto de estar en su punto más alto, era hermosa y brillante ¿Por qué siempre celebraban la Luna llena? Pues mi madre me contó, que hace más de 500 años, una joven pareja había recibido la noticia de ser estériles, la joven mujer, totalmente desesperada, le había pedido a la Luna un hijo de Carne y hueso, lo más sorprendente es que ella había quedado en embarazo y poco después, había dado a luz a un hermoso bebé, al que apodaron, el hijo de la Luna. Sonaba algo descabellado, sacado de un cuento de hadas o aún más, sacado de una canción, pero desde aquel momento, le brindaron homenaje a la hermosa Luna y si eso era verdad, significaba que la Luna era mágica y podía cumplir nuestros más grandes deseos. Si alguna vez, ves una Luna llena, pídele aquellos que tanto deseas.

—Te veo algo distraída. —giré en mi propio eje, encontrándome con la segunda persona más odiosa en éste mundo— sabía que te encontraría aquí.

—¿Acaso no entiendes? Quiero que me dejes en paz Hazza —volví a mi posición de hace unos segundos, dándole la espalda.

—Oh, mi amor —susurró acercándose a mi oído, rozando su entrepierna con mis glúteos—, la pasábamos tan bien, nadie me hace sentir lo que tú, mi chiquita.

—¡Suéltame! Ni loca volvería contigo —grité haciendo que su mirada cambiará.

—¡Estoy harto de tu rechazo Helery! —exclamó tomado mi cuello—. Serás mía una vez más, así tenga que obligarte.

No sé en qué momento me encontraba gritando que me soltara, me sentía sucia con cada beso que le daba a mi cuello, mi hermoso vestido estaba rasgado y sucio, ese idiota al que alguna vez ame, me iba a violar ¿Cómo había sido tan idiota? Amaba a ese chico más que a mi vida, estaba ciega y gracias a esa traición, me di cuenta del monstruo que yo llamaba novio.

—¡No me toques! ¡Ayuda por favor! ¡Ayuda! —sollozé al sentir como abría mis piernas.

—Eres tan hermosa, no sabes lo mucho que te voy a disfrutar, adentrándome en ti poco a poco hasta hacerte gritar de placer. —dijo con su voz excitada mientras trataba de meterse en mi interior.

Lo siguiente que vi, fue como Hazza caía al suelo de un golazo, para luego observar como aquel chico lo arrinconaba contra la pared tomándolo de la camisa, sus ojos expresaban ira y sus manos fuertes tomaban a Hazza como si en algún momento lo fuera a golpear.

—¡¿Quién te crees que eres para ponerle una mano encima a mi pequeña?! —exclamó haciendo énfasis en sus últimas palabras, yo era su pequeña.

Candy Cat (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora