VALIENTE ; Wos

💫Dieciocho 💫

"Ya lloraste, ya sufriste, incluso te deprimiste. Ahora volve a ser vos, volve a vivir por vos y volve a brillar."

Gina.

Con dificultad pude abrir mis ojos ya que la luz del sol entraba por mi ventana y eso hacía que mi dolor de cabeza sea más intenso. No recordaba absolutamente nada de lo que pasó en la fiesta, ni como llegué a mi casa, ni siquiera sé dónde está mi auto, mierda.

Miré hacia mi derecha y tenía a Valentín durmiendo, tan sereno, tan hermoso, tan Valentín.

Me senté en la cama y sentí un leve dolor en mis rodillas, levanté las frazadas y noté que tenía dos curitas en cada rodilla y pude recordar mi caída al piso cuando me bajé del auto, recordé a Valentín retándome por haberme golpeado de esa forma. El estaba conmigo en ese momento así que supuse que él manejó mi auto… ¿Valentín sabe manejar?.

Salí de mi habitación y caminé hacia el baño, lavé mi cara y me miré al espejo. Tenía puesto mi pijama y recordé cuando le pedí a Valen que me ayude a cambiarme de ropa, él no quería y yo básicamente lo obligué, Gina de mierda.

Mi pulso se aceleró cuando recordé mis cortes en mis costillas. Mierda, Valentín me vio, el vio mis cortes.

-No, no, no- Me dije a mi misma mientras me miraba al espejo y mis manos estaban en mi cabeza haciendo presión.

Necesitaba que la tierra me trague en ese preciso momento, nadie sabía de esos cortes, nunca lo hablé con nadie y el motivo de ellos era Federico, si, Federico.

La culpa habitaba en mí y no me dejaba en paz, esa culpa y bronca conmigo misma por todo lo que pasó esa noche, por permitir que me golpee y no defenderme, es difícil y sentía que, si lo hablaba, nadie lograría entenderme.

Una de las tantas noches en las que me encontraba sola en mi habitación llorando por el mismo motivo comencé a apretar mis brazos con fuerza causándome dolor, hasta que por mi mente pasó la idea de lastimarme más, así que busqué mi cartuchera, saqué mi sacapuntas, lo rompí y saqué la pequeña cuchilla que había en él, sabía que con eso no iba a causarme grandes cortes, pero si lo suficiente como para lastimarme y no desangrarme. Una vez que inicié, no pude parar, mi forma de descargarme conmigo fue eso, lastimarme con leves cortes en mi piel, sobre mis costillas ya que en ese lugar nadie las notaría y nadie preguntaría que me sucedió.

Pero Valentín sabía, estaba segura de que iba a preguntarme y no lo iba a poder evitar.

Regresé a mi habitación para buscar ropa y luego ir a ducharme, abrí la puerta tratando de no hacer ruido para no despertarlo, pero al ingresar me encontré con Valentín sentado en la cama mientras refregaba sus ojos.

-Buenos días Gi ¿Cómo estás?- Preguntó con la voz ronca.

-Estoy bien ¿Vos?- Dije rápido mientras buscaba mi ropa, no podía mirarlo a los ojos.

-Yo bien- Murmuró.

-Genial, voy a ducharme, ya vuelvo- Y antes de que pueda responderme salí de la habitación. La vergüenza abundaba en mí.

Tardé casi cuarenta minutos en ducharme y es que no me animaba a salir del baño y enfrentar a Valentín. Cuando ya estaba lista, salí y me encontré con Valentín sentado en el sillón del living.