EL INICIO

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Capitulo I: El inicio

Había pasado tres años desde la muerte del rey de los piratas, y todos los que integraban esa banda se fueron separando, cada uno, siguiendo su camino.

En un pequeño bote se encontraban dos jóvenes, listos para empezar una nueva vida, ambos jóvenes años. Hablaban sobre trivialidades. Uno de ellos era un pelirrojo con un inusual sombrero de paja, el cual nunca se quitaba, y el otro, era un joven alto, de ojos verdes de un tono esmeralda, con cabello negro. Ambos se dirigían a una isla, no muy lejana, que era el hogar del último joven.

—¡Anda! ¡Vamos Mutsuki! ¡Únete a mi tripulación y sé mi primer oficial! ¡Vamos a poner el mundo de cabeza!—Dijo riéndose el joven pelirrojo intentando convencer a su amigo mientras se encargaba de dirigir la barca.

—Shanks, gracias amigo por pedirme esto... pero ahora lo que deseo es regresar a mi isla, como te dije, quiero tener una vida tranquila, además, alguien me espera, ya tuve las aventuras que quise y ahora deseo tener mi propia familia—Dijo rascándose la nuca en señal de cansancio, ya que no era la primera vez que se lo pedía.

—Ah... bueno... está bien, siempre mencionabas a tu novia cuando estábamos en el barco del capital Roger. De la forma en la que hablas de ella realmente la debes de amar para elegirla a ella sobre tu vida de pirata—Resignado, continuaba dirigiendo el pequeño bote—Además amigo, eres un romántico sin remedio—Se rió burlándose un poco de su amigo y haciéndolo enojar.

—¿Cuántas veces te tengo que decir que no soy nada romántico? ¡Y que sea la última vez que lo dices!—Dijo enfadado tirándose encima de él para golpearlo, como había pasado muchas otras veces—Vaya, no puede ser que esta sea la última pelea que tenemos, ¡solo falta el NARIZOTAS!—Rió—Éramos el trío desastre, si no éramos los tres los que nos poníamos a discutir eras tú con buggy, en ese caso era yo quien os tenía que separar, o sino Rayleigh y él encima os castigaba—Siguió riendo.

—Amigo mío, mejor no te rías, que a ti también te ponían con nosotros a limpiar la cubierta con cepillos de dientes—Rió mientras de fondo escuchaba los reclamos de su amigo por sus injustos castigos.

A lo lejos pudo observar, por fin, después de tanto tiempo, la isla que era el hogar de su nakama y gran amigo Mutsuki.

—¡Ey Mutsuki!—Exclamó—¿esa no es tu isla?—Preguntó levantándose y señalando la isla.

—Sí amigo, esa es, ¡apresúrate! ¡Quiero llegar cuanto antes! Además de que tengo ham...—No terminó de decir la frase ya que a los dos comenzó a rugirles el estómago debido a que el viaje los había dejado hambrientos—Veo que no soy el único que tiene hambre amigo, anda, cuando lleguemos comeremos algo. Seguro que Akana nos dará algo de comer—Volvió a reír.

—¡Sí! Y por cierto... con que así se llama tu novia...—Susurró con una sonrisilla pícara y al mismo tiempo burlona que provocó la ira de su amigo.

—¡Claro que no! ¡Akane es la señora encargada del restaurante! y mi novia se llama Makoto ¡idiota!—Gritó totalmente enojado y dándole un golpe en la cabeza que dejó un rato inconsciente al pobre Shanks

Mutsuki siguió dirigiéndose hacia la isla con el inconsciente totalmente fuera de juego en el bote.

Al llegar, Mutsuki amarró el bote al muelle y cargó a Shanks como un saco de patatas colocándolo al lado de una casa. Justo al lado consiguió distinguir una cubeta, la llenó de agua y se la arrojó para despertarlo.

—¡Mutsuki! ¿Por qué me despiertas así? ¡Mírame! ¡Estoy empapado!—Se levantó tomándolo de la camisa y empezó a sacudirlo comenzando otra pelea.

EL TRUENO Y EL FUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora