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Vivir en lo alto de una montaña no era tan agradable como lo pintaban, sobre todo en el invierno, el frío era insoportable y las grandes cantidades de nieve dificultaban muchas cosas.

El pueblo más alejado de la cima era donde vivía una escasa cantidad de personas, estas se negaban a dejar sus tierras, podrían soportar toda la nieve del mundo por mantenerse en sus hogares. Incluso los animales salvajes que bajaban del bosque cuando buscaban comida no eran razón para cambiar de pueblo o irse a la ciudad, no importa, la mayoría de familias eran cazadores expertos y valientes, pero había una familia en especial que era la más admirada y envidiada de todo el pueblo.

La familia Joseph era reconocida por todos, en ella también se encontraba la señora Kelly que administraba y manejaba el único local de calzado de alta categoría del pueblo. Chris Joseph pertenecía a la descendencia familiar de famosos cazadores de muchos años atrás, era digno de su título, mostrando los animales que cazaba en su hogar, colgados en las paredes o disecandolos para mostrarlos ante todos.

El señor Joseph también era dueño de la más grande armería en el pequeño pueblo, sus productos eran de alta calidad y efectividad, siendo el principal y único distribuidor de las armas que los cazadores utilizaban.

Y de ese matrimonio se engendraron una bella mujeres y tres hombres, Madison era el nombre de la única heredera mujer, se encontraba siendo aprendiz de su madre a la vez que terminaba sus estudios como enfermera, a pesar de que sus padres se opusiera a eso.

Zack era el mayor, Jay el de en medio y el más joven de llamaba Tyler, los dos primeros siguieron los pasos de su padre, cazando animales para la carnicería del pueblo, mientras tanto Tyler apenas estaba siendo instruido para seguir con la tradición familia, pero a pesar de que sus hermanos mayores parecían haber heredado el talento de su padre, el menor era bastante torpe si se trataba de sostener aunque sea una simple resortera.

En defensa propia, Tyler solo se excusaba diciendo que necesitaba practicar más, pero muy en el fondo sentía que era torpe a propósito. Lo mantenía oculto para no ocasionar un drama, pero odiaba la simple idea de matar a un ser vivo por mera diversión, no le gustaba la sensación del metal del arma en sus manos y lo aturdida aquel sonido pesado y violento que causaba al ser proyectado.

Sabía que si lo contaba, su padre lo odiaría y su familia estaría decepcionado de él, tal vez su hermana Madison no, pero no tenia la confianza suficiente para decirlo todavía.

Aún así, era la vergüenza de la familia y eso que apenas iba a cumplir 21 años, los otros chicos del pueblo se burlaban de él y de su ineptitud. A Tyler no le importaba en lo más mínimo, la mayoría de las veces solo los ignoraba, y cuando los enfrentaba terminaba con un ojo morado o un labio partido. No le gustaba estar en casa, por lo que se la pasaba afuera, adentrado en el bosque, dibujando la naturaleza y a los animales que encontraba, a veces llevándoles comida, en especial a los ciervos, eran sus animales favoritos.

-Buen chico-decía Tyler palmeando suavemente la cabeza del animal mientras le daba algo de comida.

El castaño sonrió, se santo sobre un tronco, apartando la nieve antes, y comenzó a dibujar al animal mientras comía. Era feliz de esa forma, dibujando, no en su hogar lleno de cabezas de animales muertos o la armería llenada de objetos letales y peligrosos.

A veces soñaba con irse lejos, incluso estaba pensando en pedírselo a su hermana Madison quien tenia planeado irse a la ciudad en cuanto terminaba sus estudios, quería ir con ella, intentar ser algo más que un frío cazador, aunque rompiera la línea familiar, ese no era su destino, no era lo que Tyler quería para su vida.

Pero su melancólica ensoñación fue interrumpida por una bola de nieve que golpeó su cara con fuerza. Tyler cayó sobre la nieve, tirando su cuaderno y ahuyentando al ciervo, agitó su cabeza provocando que su gorro se cayera, iba a tomarlo pero fue pisado antes de que pudiera hacerlo, el castaño suspiró y levantó la mirada.

-¿Puedes quitar tu pie de mi gorro?-pidió el castaño, mirando de forma indiferente al pelirrojo arrogante frente a él.

-¿Tienes miedo de que se enfríe la cabeza?, tranquilo, Tyler, está tan hueco ahí dentro que dudo que te pase algo-se burló el pelirrojo, riendo de él y pateando la nieve para que esta golpeara el rostro de Tyler.

Sin responder, tomó su gorro para colocarselo, luego iba a tomar su cuaderno pero este le fue arrebatado. Tyler apretó los puños y encaró al musculoso pelirrojo, dirigiendole una mirada molesta.

-Dame mi cuaderno, Blake-dijo Tyler con voz firme.

-¿Otra vez con tus cosas de mujercitas, Joseph?-preguntó haciendo una mueca de disgusto-¿Estás seguro de que hay un pene y testículos entre esas piernas tuyas?.

-¿Quieres verlo para comprobar?-Tyler alzó una ceja, mostrándose burlón.

Blake se mostró furioso ante la respuesta, tomó el cuaderno y lo arrojó al suelo, empuñando su arma y disparando incontables veces para destruirlos. Tyler solo cubrió sus oídos, permaneciendo temblando y asustado cuando escuchó los pasos acercarse.

-No quieras pasarte de listo, Tyler-dijo entredientes-¿Te quieres burlar de mí?, ¿crees que pertenecer a los Joseph te hace inmune?, sigues siendo un niño estúpido que no puede ni darle frente a su destino, te escondes en el bosque como la vil liebre que eres, eres una vergüenza no solo para tu familia, sino para todo el pueblo, no mereces tu apellido.

-...no es mi culpa que yo sea parte de los Joseph y que tu solo vengas de una familia de apostadores perdedores-murmuró Tyler.

El golpe en su estómago no fue una sorpresa para Tyler, pero aún así no pudo evitarlo, todo el aire en sus pulmones salió de forma violenta, haciéndole jadear. El castaño apretó los dientes, respirando con dificultad, Blake lo sujeto del cuello para mirarlo a la cara, su pálido rostro estaba rojo de furia, Tyler se mantuvo con un semblante firme y hasta valiente, cosa que hizo enfurecer aún más al pelirrojo.

-¿Por qué mejor no te das un tiro en la cabeza, Joseph?, nadie va a extrañarte, ni siquiera tu familia-escupió cada palabra con desprecio-Cuando le preguntan a tu padre y a tus hermanos sobre ti, ¿haz visto la expresión en sus rostros?, ¿la vergüenza y decepción que sientes de solo escuchar tu nombre?.

Lentamente, el rostro de Tyler cambió, la expresión dura cayó, mostrando una profunda tristeza.

-Lo sabes, porque la vez todos lo días al volver a casa, te miran como un estorbo, como alguien que no encaja, alguien que no pertenece a ellos-siguió hablando, gustoso de ver como hería al castaño con cada palabra-Me das tanta lástima, Tyler, eres un mediocre que seguramente no logrará nada en su vida, arruinando el apellido Joseph y a tu familia.

Blake acercó su boca a la oreja de Tyler, dejando que pudiera sentir el odio en su voz.

-Me das asco, puto marica-su voz tembló de furia-Hazle un favor a todos, en especial a tu familia y mátate de una buena vez.

-¿Y hacerte ese favor?, no gracias-respondió Tyler, mirándolo con frialdad.

Una escalofriante risa salió desde el fondo de la garganta de Blake, soltó a Tyler, dándose la vuelta para irse, haciendo creer al castaño que sería todo, pero de inmediato volvió a girarse hacia él, dándole un puñetazo directo en la mejilla, tirándolo a la fría nieve. No se detuvo ahí, pateó varias veces su estómago con fuerza, haciendo a Tyler gritar de dolor, solo se detuvo hasta que logró hacerlo vomitar, el cuerpo tembloroso y lastimado del castaño se movía queriendo ponerse de pie, haciendo reír aún más al pelirrojo.

-Te ves patético, Tyler, pero esta imagen de ti es la más acertada de lo que eres-dijo, escupiendo en el rostro del castaño para después irse.

Tyler apretó los puños con fuerza, un amargo y desagradable sabor llenaba su boca, le faltaba el aire y el cuerpo le dolía intensamente, no importaba cuan valiente se mostrara ante los que lo molestaban, siempre terminaba de la misma forma, tirando en el suelo como basura.

Se negó a derramar alguna lágrima y se puso de pie con mucha dificultad. Tyler soltó un largo suspiro, tendría que conseguir otro cuaderno, y con ese último pensamiento se encaminó a casa.

Beast        {joshler} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora