X. OCÉANO

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Nevra.


El sol comenzaba a salir por el horizonte, como ella había dicho que el destello se veía en los primeros rayos de luz decidí esperar a ver si volvía a suceder. En el momento trate de mantener la compostura pero no podía creer que a pesar de tantos años haber navegado jamás había prestado atención a aquello.

El traidor de Shaitán se había acostado a su lado dejándome solo en esta mañana, voltee a mirarlos a los tres sonriendo al verlo tan confiado durmiendo junto a ella.

-Dormimos igual-murmure riendo levemente.

Nevae era extraña, toda su forma de ser tan bromista y habladora a veces me dejaba sin saber qué contestarle, era demasiado ingeniosa con sus frases, y nunca se quedaba callada. La pareja perfecta para Valkyon.

Dentro de todo sentía que ella podría hacerle bien, desde que ha llegado, con sus bromas e insinuaciones mi amigo no dejaba de reír en su presencia. A veces me comentaba que le gustaba que almorzara con nosotros porque sentía que le hacia desconectarse de sus obligaciones.


Cuando le dije lo que Nevae había comentado en el entrenamiento en verdad se sonrojó demasiado, esa era una señal de que aunque sea algo le atraía de la humana.

A mi no me interesaba, más que nada le hacia esas insinuaciones para molestarla o para escuchar sus contestaciones divertidas, aunque a veces se me iba de las manos puesto que yo no podía evitar contener mi personalidad coqueta con las mujeres.

Hace unos días cuando la acorralé en la despensa o "mi oficina", como le decía Karenn, ella coloco sus manos en mi cuello y por alguna razón me vi nublado, ella sonreía maliciosa y en sus mejillas se habían formado un par de hoyuelos perfectos.

En ese momento pensé que sin dudarlo debía intentar ayudarle para conquistar a Valkyon, el grandulón necesitaba una chica así para compartir su vida y aunque no me lo dijera personalmente sabía que se sentía atraído por ella.

Ayer al estar comiendo me dijo que intentaba ayudarle a Ykhar para que saliera con él, cuando de repente se paró sobre la popa con el viento acariciando su cara y balanceando sus cabellos me miró diciéndome que no le pertenecemos a nadie. Jamás había estado tan de acuerdo con un pensamiento hasta ese momento.

Nevae era especial en verdad, quizás al ser humana pensaba de otra manera, puesto que las chicas del CG creían todo lo contrario.

Si me habré cansado de oír la frase Eres mío de los labios de las damiselas que me visitan, cosa que me ponía los nervios de punta y era la señal de retirada.

Pero ella no, ella cree que somos como el océano, una apología bastante acertada, porque en verdad éramos así de libres, nada nos ataba y nadie nos limitaba a nada.

Llegado el mediodía decidí despertarla, me hinque a su lado balanceándola ligeramente con cuidado de no molestar a los cachorros y de apoco abrió sus ojos.

-Mierda, ¿por qué arruinas mi sueño perfecto?-murmuró con voz adormilada.

-Ya es hora de comer-le dije caminando hasta la cara donde guardábamos las provisiones.

-Estaba soñando que me casaba con Valkyon-dijo estirándose despertando a los familiares-Yo creo que nuestros hijos serían hermosos.

-Probablemente-asentí sentándome frente a ella.

-Para no comer en silencio, porque odio el silencio-sonrió tomando su comida-¿qué te parece si me cuentas un par de cosillas sobre ti?

-¿Ahora qué quieres saber?

-Primero, ¿cómo te hiciste eso del parche?-señaló mi cara.

-Bueno, es sencillo. En una misión a la que fuimos, nos encontrábamos en aprietos y al salvar a Shaitán perdí la vista-torcí mi labio recordándolo- mi ojo se vació entonces esta totalmente blanco. Para no incomodar a las personas utilizo el parche.

-Entonces, luego te diste cuenta que a las chicas les gustaban los tipos misteriosos y lo usaste para conquistar-sonrió.

Ahí estaba otra de sus frases.

-Algo así-asentí.

-Bien, ahora la segunda cosa-respiró hondo acomodando sus piernas-¿Por qué ese club de estúpidas que te siguen inventan cosas de mí?

Al decir eso su sonrisa se borró de inmediato, su cara estaba seria y su ceño estaba ligeramente fruncido en el centro dándole un aire algo tenebroso.

Ladee la boca dejando mi onigiri en su lugar y me dispuse a pensar la respuesta.

-Como dijiste, las mayoría tiende a mezclar el gustar con pertenencia, y las chicas del CG no son la excepción- enarcó una ceja sin aun quitar esa mirada molesta-Eres nueva y de la nada comenzaste a sentarte en la mesa a almorzar y desayunar con los jefes de guardia, para ellas eso es sospechoso.

-Sospechoso mis nalgas-bufó molesta-¿Acaso ustedes no pueden tener amigas mujeres que no sean Miiko o tu hermana?

-Claramente si, pero a la gente le gusta inventar rumores de los demás.

-Si vuelvo a oír otra estupidez por el estilo no me interesara que me lleves con Miiko-me señaló con un aire sombrío-Nadie puede hablar de mí.

-Tranquila, cuando volvamos yo me encargare de aclarar las cosas-dicho esto su mirada se relajo en un instante volviendo a la actitud bromista de siempre.

-Sobre todo ahora vinimos de vacaciones juntos-exclamó elevando los brazos-Los rumores empezaran contigo peor.

-Es un honor ser tu primer rumor-sonreí colocando una mano en mi pecho.

-Cierra el hocico, ¿qué pensará ahora mi marido?-volteo frunciendo el ceño divertida mirando el mar.

-Yo le explicaré, tranquila-reí volviendo a comer.

Luego de comer ella se sentó nuevamente en la popa con el bolso que había traído, se cruzó de piernas y sacó un libro con una pluma, cada tanto miraba a los perros y volvía a su cuaderno. Estaba dibujando concentrada, su labio inferior estaba sobre el superior haciendo un puchero gracioso desde mi perspectiva, parecía una niña pequeña.

Cuando llegó el atardecer dejo lo que hacía prestando atención al horizonte, dejé el timón caminando hasta sentarme junto a ella con los perros y otra vez nos quedamos en silencio viendo el destello verde, poco a poco en su cara se formo una sonrisa mirando el borde del mar, luego se giró hacia mí codeándome.

-Yo sabía que te había gustado ver el destello-rio.

-Me parece bonito, pero tampoco es tan fuera de lo normal-sonreí volviendo a mi lugar-En Eldarya hay cosas más mágicas.

-Pero en la Tierra tenemos solamente momentos mágicos-dijo parándose para caminar hasta donde estaba-algo así como lo que acabamos de ver.

-Suena aburrido.

-Y lo es, por eso los humanos inventan excusas ridículas para crear guerras y jugar a los soldaditos-asintió deslizando sus dedos por el borde del barco.

Asentí volviendo a mirar el mapa y ella camino hasta su lugar hace unos momentos, me resultaba extrañamente cómodo estar en silencio con Nevae, también me parecía cómodo hablar con ella. Sus preguntas a veces eran incómodas pero al instante solía decir una de sus típicas frases graciosas y los momentos se calmaban.

Ese día que la encontré en su cuarto llorando que había decidido dejar de existir en su mundo recuerdo sentirme tan acongojado, sentía su dolor como si fuese el mío, como si yo mismo estuviera dejando de existir para Karenn y los demás. Después de todo su hermana tenía la misma edad que la mía y no podía evitar asociarlas.

A la mañana siguiente el elfo nos contó que ya tenía la autorización, al instante se formó un nudo en mi pecho y con Valkyon quisimos buscarla, sabíamos que se sentía mal y necesitaba amigos en este nuevo lugar que ahora sería su hogar. Ella se había sentado llorando en el kiosco mirando el horizonte, justo como ahora, tenía uno de esos cigarros que decía ella que le calmaban los nervios. Cuando llegó el momento y bebió la poción la abrazamos compadeciendo su dolor, pero entonces volvió a subir a flote esa personalidad divertida y juguetona que tenía y la invite a desayunar con nosotros. Hasta el momento no la había visto así de mal.

Entonces supuse que era como yo, prefería guardarse sus emociones y aparentar, en su caso, estar feliz y divertida todo el tiempo.

Pero si de algo estoy seguro es que eso es malo a la larga.

Llegada la hora de cenar camine con nuestras raciones hasta la popa sentándome a su lado, Shaitán y Krima se habían ido a comer también, dejándonos solos bajo las estrellas.

-Que bueno, ya me había dado hambre y se marcharon mis escoltas-sonrió tomando su tazón.

-Como siempre me preguntas a mi, ha llegado mi momento-inicie abriendo la cantimplora.

-¿Qué quieres saber? Soy un libro abierto-se inclinó levemente hacia mí masticando.

-¿Tienes algún novio en tu mundo?

-No me interesa tener novio-se encogió de hombros-A los chicos le atraigo físicamente pero cuando los comienzo a conocer todos me aburren-suspiró mirando sus manos-Nadie me llama la atención.

-¿Qué quieres decir con eso?-fruncí el ceño.

-Si, yo siento como que no necesito de alguien para sentirme plena-miró el agua apoyándose sobre sus palmas-Soy feliz estando sola-me miro.

-Entiendo-asentí-¿Y por que te peleaste con tus amigas? Si se puede saber, si no quieres decirme no hace falta.

-No hay problema-sonrió respirando hondo-Ellas están de novias y bueno, no todas las personas pensamos igual-asentí mirándola fijamente-Yo, como siempre, abrí mi bocota y le dije al novio de una de ellas que era un idiota por no dejarla salir con nosotras y desencadené una pelea entre todas. Claramente yo perdí.

-¿Por qué si son tus amigas no se pusieron de tu parte?-Nevae me miro suspirando mientras agachaba su mirada al suelo.

-El amor es complicado-comenzó-Muchas veces nos ciega y nos vuelve idiotas-no puedo creer la razón que ella tiene en este momento-A una de ellas su novio la engaña con otras chicas, y ella lo sabe pero no hace nada.

-Es un enorme imbécil-fruncí el ceño viéndola asentir aun pensativa.

-Si, pero ¿qué te puedo decir? Muchas personas confunden lo que es el amor, Nevra, y los humanos encabezan la lista-volvió su vista al mar suspirando nuevamente- Pero aún así, sin saber nada...O muy poco, sé que quién ama no engaña, quien ama no busca otros besos, quien ama sabe que ama. Porque quien ama sabe, en su totalidad, que ama la totalidad de la otra persona. Y no solo partes.

Asentí mirando en la misma dirección que ella, jamás había pensado en eso y oír a una persona que tenía una idea tan clara de lo que era amar me había dejado pensativo. Si yo alguna vez llego a amar a alguien desearía que pensara de esa forma, incluso yo deseo pensar así al enamorarme, si es que en algún momento sucedía, las chicas del CG solo eran para pasar mi tiempo y por más egoísta que suene no esperaba enamorarme de ninguna. Ahora, escuchando sus palabras, he pensado que quizás sea porque no me he detenido a buscar a esa persona, vivo todo demasiado rápido y no busco nada más allá de mi placer personal, pero también era porque nadie había despertado algo así en mi.

Nevae volteo a mirarme sonriendo ampliamente y no pude evitar imitar su acción, sentía curiosidad por saber más sobre una persona que pensaba de esa forma.

-¿Tú te has enamorado?-enarque una ceja.

-Una vez-asintió volviendo a comer-Él era mas grande que yo y fue mi primer novio-rio masticando-Pero yo fui tan estúpida que me deje que me golpeara.

Abrí los ojos sorprendido.

-Luego comprendí-aguardó unos segundos tragando-que el amor no te maltrata, ni te manipula, yo había leído tantos libros sobre amor verdadero y puro que no me había dado cuenta que no era así. Yo buscaba algo real, sorprendente y maravilloso y él no lo era.

-¿Y luego de él no te has vuelto a enamorar de esa forma con otros novios?

-No he tenido más después de él-se encogió de hombros-No es que tenga miedo a enamorarme, soy muy enamoradiza-rio rascando su mejilla-pero luego de eso decidí concentrarme en mí misma.

-Me gusta como piensas-dije de repente sin pensarlo.

Ella me miro curiosa y no pude evitar sonrojarme al saber que había abierto la boca, la mire sonriente y decidí continuar.

-Quiero decir, no es tan normal encontrar personas que piensen así. Muchos creen que para ser felices se debe tener una pareja-ella asintio comiendo otro poco-Pero he de decir que me ha sorprendido ver a una persona que sabe tanto sobre el amor.

-Oh, no. Yo no considero que se del amor-negó colocando una mano sobre su pecho-De hecho, creo que se muy poco sobre eso y por eso evito hablar del tema. Todo lo que digo es lo que he concluido a base de muchos libros.

-Aun así me parece una conclusión fabulosa-señale bebiendo agua.

-Gracias-me miro de reojo sonriendo-me agrada hablar contigo, cuando no intentas hacerte el galán.

-Soy un galán-reí abriendo las manos.

-Como digas-negó dejando su tazón a un lado.

Ella se recostó en la popa con los brazos sobre su vientre y me miró sonriente.

-Ven conmigo-palmeo la madera a su lado.

Dejé mi tazón y el suyo un poco mas allá de nosotros haciéndome espacio y me recosté a su lado, estiré mi brazo izquierdo colocándolo en mi nuca esperando a que siguiera hablando.

-Naïma y yo solíamos mirar las estrellas cuando nos íbamos de viaje-comenzó a narrar alzando la mano hacia el cielo-Cuando íbamos por la carretera sin luces, mirábamos el cielo y decíamos que parecía una bola de cristal-giré mi cabeza mirándola mientras me explicaba-Era como ver el cielo desde adentro de una bola de cristal...

Bajó su mano volviendo a colocarla sobre su estómago.

Miré su rostro de perfil notando unas pequeñas pecas que se esparcían por sus mejillas y su nariz, que eran visibles levemente bajo la luz de la luna, su cabello caía por todas partes viéndose de un tono casi morado por la oscuridad, sonreía con los labios cerrados sin dejar de mirar el cielo. Se veía...

-Nevae...-la llamé de repente.

Ella giró su rostro volviendo a mirarme quedándonos a pocos centímetros de distancia, la miré sin saber que hacer, su nombre había salido de mi boca de forma repentina y ni siquiera sabía por qué.

Con la poca luz lunar que se posaba sobre nosotros sus ojos color esmeralda se habían quedado sobre mi cara curiosos y algo adormilados. Estiré mi mano derecha colocándola en su antebrazo repentinamente.

Entonces, otra vez volví a sentir lo que sentía cada vez que ella me tocaba, un piqueteo extraño en esa zona donde hiciera contacto con su piel, era más bien como un cosquilleo curioso. Las veces que me había derribado, habían sido por causa de esta sensación, algo que me desconcertaba haciendo que ella pudiese aprovecharse y tirarme, incluso cuando en la cantina me había colocado las manos sobre las mías. En ese momento recuerdo haber mirado nuestras manos al instante porque había vuelto a suceder, cosa que quizás ella tomó como incomodidad haciendo que las quitara enseguida.

Pero parecía que a ella no le sucedía lo mismo, cada vez que nos tocábamos en su mente había claridad y no una confusión extraña como en la mía.

Respire hondo dándome cuenta que llevaba mirándola alrededor de cinco minutos sin decirle nada, cosa que no me molestaba pero sería incomodo para ella. Me enderece de repente tomando el reloj de arena y entregándoselo, Nevae se apoyó sobre la palma de sus manos recibiéndolo confundida y me miró.

-Me voy a dormir, ya sabes que debes despertarme cuando el último granito caiga, note duermas-señalé caminando nuevamente junto al timón.

-Esa es una de las señales de que estas envejeciendo-exclamó desde su lugar.

Reí levemente acomodándome en mi lugar, me quité el parche y coloqué una mano en mi vientre quedándome dormido, ahora me encontraba confundido en sobremanera, no tenía explicaciones para lo que cruzaba mi mente y hablar con ella me confundía más.

Luego de dar vueltas en mi cabeza una y otra vez, al fin me quede dormido, esta vez procurando pegar mi trasero al suelo para evitar que volviera a despertarme manoseado, aunque quizás sea más divertido.


♤Inside      《Nevra/Eldarya》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora