XLVIII. LA PISTA

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Regresé señoras! Bueno, espero que no me hayan odiado tanto, continuemos...



Nevra

Abri los ojos de golpe, mi cabeza punzaba, tenía la garganta seca y el cuerpo adormecido ligeramente, me enderecé viendo a mi alrededor en busca de Nevae.

El sol me golpeaba la cara con fuerza haciendo mas doloroso para mi encontrarme en medio del océano, en un barco y sin ella.

Me negué una y otra vez a creer que nuevamente era un sueño, la noche anterior había sentido una vibración tan alta entre nosotros y ahora no tenía ni siquiera su sombra. Miré a mi derecha intentando recordar lo último que había sucedido cuando llegó a mí cabeza el eco de su voz.

-Gracias, gracias por todo.

La situación estaba clara. Ella había utilizado sus poderes en mí, me alejo nuevamente y me había dado esa noche para que no llorara por ella. Me había pedido que la amara, no sabía que yo ya lo hacía desde hace tiempo.

Pero estaba destruido, solo, abatido por su partida nuevamente.

Sentía a mi alrededor su perfume a lavanda, que se había impregnado en mi piel, era la única certeza que tenía de que en verdad había estado conmigo, de que me había dejado amarla y recorrer cada centímetro de su ser.

Me paré con las manos en mi cadera mirando el horizonte, ni siquiera podía ver la isla a lo lejos.

Estaba siendo consumido por aquel vacío abrumador causado por su ausencia, que no hacía solo que jalarme hacia el suelo con insistencia, oprimía mi pecho y agitaba mi cabeza como si fuese un hacha cortando en pequeños pedacitos cada recuerdo de anoche. La noche que sin dudas me martirizaba y martirizaría durante un largo tiempo.

Una parte de mí gritaba que había sido traicionado, que ella solo me había utilizado y me desechó como si fuese un juguete. La otra estaba adormecida por la sensación que causaba sentir su piel.

Como un estúpido enamorado.

Como un idiota que cruzó el océano sin saber a donde ir y el destino lo llevó a ella.

Quizás por esta y un par de razones más temía enamorarme, no esperaba que ella tuviese una profecía, por supuesto, eso solo había aumentado el pesar de aceptarlo. Pero en cuanto lo aceptaba la realidad volvía y me golpeaba, se reía de mi y me decía que yo no podía amar, no tenía derecho.

Caminé con pasos arrastrados hacia el timón, buscando con la mirada a Shaitán sin hallarle, solté un suspiro y bajé la mirada a la madera de la cual sobresaltaba un trozo de papel atado a un lado. Lo jalé con las manos temblorosas y lo abrí.

¿Cuan enamorado se tiene que estar para que incluso su letra me pareciera hermosa?

Nevra:

Lamento nuestra situación, lamento si te cree una esperanza que te arrebaté de inmediato, no es mi intención herirte o causarte penurias; deseo protegerte. Lo juro.

No puedo prometerte un amor incondicional, tampoco puedo quedarme a tu lado. Traté durante mucho tiempo hacer las cosas bien para que la profecía se detuviera y sin embargo cada acción desencadenaba un mal tan poderoso que no podía controlar.

♤Inside      《Nevra/Eldarya》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora