VIII. ASÚSTALOS.

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El día comenzaba de nuevo, esta ves bajo la esperanza de hacer las cosas totalmente bien, anoche me había dormido sin cenar debido a los acontecimientos recientemente revelados, por lo que tenía un hambre descomunal e inhumano.

Krima ya no estaba en la habitación por lo que solo me cambié dispuesta a salir a desayunar algo, desenrede mi cabello armándome un rodete a duras penas, después de todo al terminar teníamos entrenamiento y por como iban las cosas soy pésima en esta guardia.

Había pensado al menos intentarlo durante esta semana y si no funcionaba pedirle a Nevra que entregue un informe adelantado.

Caminé hasta la cantina encontrándome por primera vez sola, parece que los chicos se habían levantado antes o yo me había quedado dormida. Comí en solitario observando a la gente ir y venir entre charlas y risas.

Mi soledad nunca me había parecido mala, de hecho resultaba confortante, muchas veces tenía los clásicos cambios de humor intensos que me dejaban a la deriva totalmente, en esos días sentía mi ser tan carente de emociones. No hablaba con mis amigos, comía por necesidad y dormía todo el tiempo, incluso me dormía en las noches llorando por sentirme así, a veces ni siquiera podía llorar. La falta constante de ese algo me abrumaba tanto que solo me dejaba tirada rodeada de una melancolía invisible para todos.

Pero al día siguiente debía despertar, debía sonreír a mis padres, debía seguir en la universidad.

Entonces describí que mi vida era un constante deber de fingir estar bien, cuando no lo estaba. Soy propensa a flaquear en cuanto a mis emociones, por cosas pequeñas podía llorar o reír y no dependía de mi.

Mi emoción era Eldarya, jugando me sentía tan viva y aunque parecía absurdo, lo había considerado mi vía de escape. Estando aquí me siento en casa, pero ser la persona que lo destruiría todo me desmotivaba.

Por lo que me había propuesto cambiarlo todo, girar el asunto y reconstruir las cosas, el alma carmesí puede cambiar y estoy segura de ello.

Al terminar de comer deje el tazón con Karuto y me dirigí con Ykhar, debía preguntar si había algunas misión sencilla que pudiera cumplir para ser útil y comenzar a probar mi bondad.

Subí las escaleras y abrí la puerta encontrándola parada junto a la ventana mirando hacia afuera, el enorme ventanal daba hacia los patios del este donde entrenaba la guardia Obsidiana, caminé en silencio hasta ella y me coloqué a su lado asustándola un poco.

-¡Por el Oráculo! Casi se me cae el corazón-suspiró colocando una mano en su pecho-No vuelvas a hacer eso Nevae.

-Perdona, solo no quería molestarte-sonreí de lado mirando por la ventana para intentar descubrir qué veía-¿Por qué miras los entrenamientos?

-Por nada-negó volviendo a su escritorio con sus mejillas rojas.

Miré nuevamente a los reclutas practicando con sus armas y al segundo apareció Valkyon caminando desde la izquierda con unos costales sobre sus hombros, los dejó en el suelo junto a dos de sus soldados que parecían ser los más fornidos y comenzó a hablar con ellos, al instante voltee a mirar a Ykhar alzando las cejas sonriente.

-Estabas espiando a Valki, traviesa.

-No, no es eso, yo ammm-balbuceó rápidamente mirando la ventana y mi rostro-Bueno, si.

-No es necesario que me lo ocultes, no soy una loca posesiva-sonreí caminando hacia ella-El sujeto es sexy e interesante, pero no es mío y no andaré por ahí molesta porque también te guste.

-Me siento aliviada en cierta forma por eso-suspiró-En serio me agradas Nevae, no desearía que fueses mi rival.

-¿Rival?-enarque una ceja.

-Nevae eres linda, graciosa e incluso le hablas mucho más de lo que yo le he hablado en cinco años, sin duda te escogería.

-Me suena a competencia-reí apoyándome en su escritorio-y no lo es.

-Me alegra oír eso.

-Haremos esto, tú intentaras hablarle-la señale- y yo trataré de hablarle de ti-le guiñé un ojo.

-No hagas eso-negó frenéticamente-No puedo hablar con él sin mencionar el trabajo, seria agotador e inútil.

-Siempre se empieza por algo. Y esta es la manera más sutil, una charla casual, no te estoy diciendo que lo invites a una cita ahora, es muy apresurado, solo háblale.

Ella asintió y en mi interior supe que estaba comenzando desde el principio a cambiar la profecía con esta pequeña acción.

-Bueno, ¿qué te trae por mi morada?-sonrió cambiándome el tema.

-Oh, si. Buscaba alguna misión.

-Una chica acaba de llevarse la última, deberías ir a tu guardia para averiguar si necesitan algún recado. He sabido que Nevra estaba ocupado esta mañana con una nueva misión.

-Gracias, ahora mismo voy-asentí marchándome.

Lo que menos quería era volver a ese lugar de torturas, bufé agotada y bajé nuevamente esas escaleras dirigiéndome al patio trasero, para mi sorpresa esta ve no estaba Karenn y tampoco su hermano, esquive a un par de personas entrenando y entré en la puerta junto a los baños, según Karenn ahí guardaban un par de artefactos y era donde solía estar Nevra mientras los demás hacían sus cosas.

Abri la puerta sin tocar, lo primero que vi fue al vampiro besando a una chica, ambos se separaron sorprendidos y sonreí de lado cruzando las manos sobre mi pecho.

-Necesitaba hablar contigo pero veo que estas ocupado-reí saliendo.

Me senté en la sombra a unos metros de la puerta mirándolos a todos entrenar, me sorprendía no ver a la vampiresa aquí y dado que no quería entrenar con un desconocido que me destrozaría me quedé descansando a un lado.

A los minutos vi a la chica saliendo sonriente junto a Nevra, ella le giñó el ojo colocando una mano en su hombro.

-Anda, vuelve a tu guardia, preciosa-alargó mientras ellas se marchaba.

Giró su mirada hasta donde estaba haciéndome un ademán para que lo siguiera, me pare agotada y entré detrás de él al supuesto despacho que parecía más bien una despensa, él se apoyó sobre un pequeño escritorio de madera oscura mirándome a espera de que le dijera lo que necesitaba.

-¿Y bien?

-Había ido esta mañana por una misión con Ykhar y como no había ninguna me dijo que te preguntara por si necesitabas algo por tu ultima misión asignada, dijo que quizás estarías ocupado-reí de lado-pero creo que no era esa clase de ocupación.

-Vaya-sonrió suspirando-si, necesito que me consigas unas cosas, iba a mandar a Karenn pero hoy decidió faltar por un asunto de Alajea, por lo que hoy serás mi chica de los mandados.

-Mierda, ¿Por qué mejor no sigues ocupándote de la chica de recién y me dejas libre? Tampoco soy un alma tan bondadosa-dije balanceando las manos.

-Oh, eso es nuevo-abrió los ojos sorprendido.

-¿El qué? ¿Mi frase? Las renuevo cada tanto-asentí.

-¿Noto un pequeño tono de celos?-achino la vista inclinándose levemente en mi dirección.

-Ush, bueno sí. O sea, se supone que soy la única “preciosa”-cruce los brazos sobre mi pecho-No pueden haber dos, habría un desequilibrio.

-Bien, eso fue sorpresivo-asintió sonriente-Pensé que te gustaba Valkyon.

-Adoro a Valkyon, pero las mujeres somos un ser extraño. Nos gusta tener a alguien detrás cubriéndonos de halagos-suspire-Y para mí, ese alguien eres tú.

-¿Entonces yo no te intereso?-se apartó del escritorio caminando en mi dirección.

-Preferiría dejar esa incógnita sin resolver-sonreí enarcando una ceja.

-Vamos, ¿ni un poquito?-se acercó aun mas deteniéndose a unos centímetros-A todas las chicas les gusto.

-Exacto-asentí-no me gustan la clase de chicos codiciados, suelen ser arrogantes.

-Pero aun así noto tus celos-alargó su mano colocándola en mi mentón para elevarlo ligeramente.

Me quedé en ese lugar mirándolo a como yo consideraba que era desafiante, no me agradaba la cercanía extrema, pero en este momento tampoco me disgustaba, era una sensación un tanto extraña. Combinada a lo que sentía cada vez que lo tocaba o viceversa, me quedé unos segundos eternos mirando su ojo visible y  contemplé un detalle del cual no me había percatado.

-Lavanda-murmuré para mi misma.

Su mirada era de color lavanda.

-¿Qué dices?-sonrió de lado frunciendo el ceño.

-Que odio que la gente invada mi espacio personal-lo empuje tratando de recobrar la compostura-Como sea, volviendo al tema, no me gustas ni me disgustas. Tus fans son extrañas y no me agradan los clubes. En resumen, no.-suspiré-Sólo vine aquí para ayudarte con unos recados por si lo necesitabas.

-Vaya, que amable-se rio.

-Me considero una persona de bien-sonreí balanceando mi torso-Además, no quiero entrenar y estoy aburrida. ¿Algo más?

-Ve al mercado y consígueme un kit de navegación, una brújula y provisiones, esta última tarea ya se la comente a Karuto, por lo que solo le dices y te la dará.

-Bien, ¿algo más?-asentí volviendo a mirarlo.

-Si, una cosa-dio un par de zancadas quedando en la misma posición de hace unos minutos pero esta vez apoyando sus manos a ambos lados de mi-Te prometo que de ahora en más serás la única preciosa en mi vida-sonrió coqueto.

-Que adorable, les informare a las demás chicas a las que les dijiste eso-señalé la puerta.

-¿En algún momento dejas de ser sarcástica?-ladeo su cabeza poniéndose un poco mas serio-¿Quién sabe? Quizás lo que yo este diciéndote sea totalmente en serio.

-En ese caso…

Estire las manos colocándolas rodeando su cuello, él se había quedado estático por lo que estaba haciendo y aproveché nuevamente el poder de mis encantos femeninos para acercarme hasta la altura de su oído soltando una risilla al ver su estremecimiento.

-Gracias Nevra.

Entonces con rapidez presioné la parte trasera de sus rodillas haciendo que sus piernas flaquearan logrando que cayera al suelo de rodillas y con mis manos aun alrededor de su cuello me posicioné detrás presionando a ambos lados  mientras reía.

-Esta es la propuesta más linda que me han dado-alargué soltándolo.

-Eres ágil-asintió molesto parándose-No se juega de esa forma con los sentimientos de un hombre.

-¿Tú tienes eso? Caray, entonces no me había percatado-coloque una mano en mi pecho fingiendo desconcierto-En todo caso, esta es un arma que podré utilizar algún día en una misión.

-Tsk, algún día caerás, preciosa-dijo sonriente pasando su pulgar por su labio inferior de forma “sensual.

¿A quien engaño? De forma muy sensual.

-Ush, no digas eso. Ahora suena vulgar-negué-Como sea, iré por lo que me pediste y volveré en una hora exactamente-pasé por su lado dirigiéndome hasta la puerta-Te aviso el tiempo por si debes “ocuparte” de algo en ese momento, para evitarme ver cosas repugnantes más que nada.
Y guiñándole un ojo salí directo hacia el mercado, las raciones y el kit fueron fáciles de obtener, entre ambos recados solo me había demorado unos treinta minutos, pero la brújula era lo que me estaba costando encontrar. A cada puesto en el que preguntaba me decían que no tenían de esas, por lo que comenzaba a pensar que ese bastardo lo había hecho para joderme.

Ya cansada caminaba arrastrando los pies por la última fila del mercado, la bolsa donde llevaba las cosas era pesada y comenzaba a marcar mis hombros, al cambiarlo de lugar golpee a un chico junto a mí en el hombro.
-¿Podrías tener un poco más de cuidado?-bufó molesto.

De su frente sobresalían dos cuernos extraños, su piel era de color un poco roja y su nariz parecía más la de un toro, por lo que deduje que era un minotauro.

-Fue sin querer -me disculpe subiendo un poco más el bolso golpeándole nuevamente.

-¿Lo haces a propósito?-enarco una ceja.

-Oye, tranquilízate, ¿si? Fue un accidente.

-Kiron, ten cuidado o te llevarán al calabozo-acotó una chica a su lado-¿No vez que ella es la humana?

-¿Cómo no lo noté antes? Apestas a mortal-escupió mirándome de arriba abajo.

-Ten cuidado con lo que dices, hace a penas unos días que llegó y ya está de trepadora con los jefes para conseguir ascender mas rápido- carcajeó ella.

-¿Y se puede saber quién carajo te dijo eso, estúpida?-pregunté ya molesta mirándola.

Su cabello caía largo sobre su espalda de un tono verdoso con un par de flores, su piel era de un color grisáceo casi transparente y sus dedos eran largos y delgados. Ella claramente era una ninfa.

-No le hables así a mi novia-se interpuso empujándome el hombro.

-Me importa un cuerno quién es, fíjate-coloqué mis manos en mis caderas-Lárguense de aquí par de ignorantes.

-Que humana tan insolente-me sujetó de la muñeca alzándola y apretando con fuerza.

-Según decían tenía un BlackDog de familiar, pero yo no veo a nada junto a ti-se rio ella a un lado del armario que sujetaba mi mano.

La gente a nuestros alrededores comenzaba a pararse para mirar la escena, lo único que necesitaba ahora era llamar la atención y meterme en problemas. Mire a mis lados en busca de mi familiar y al no encontrarla decidí la forma más fácil de actuar.

-¡Krima!-exclamé ante los rostros confundidos de ambos.

La nube violeta se formo a mi alrededor, mostrando al fin a mi familiar frente a todos, el sujeto me soltó dando dos pasos hacia atrás tomando a su novia por los hombros, las personas a nuestros alrededores comenzaron a huir entre gritos.

-Por hoy, sólo asústalos-sonreí mirándola.

Ella se giró hacia ellos comenzando a gruñirles, sus ojos se encendieron en un purpura vibrante, su tamaño comenzó a crecer hasta casi llegarme al busto y su cola humeante se balanceaba ansiosa. Ante esto el caos fue aun más grande y ambos se quedaron petrificados ante los gritos, di dos pasos hasta quedar a su lado donde la miré colocando la mano derecha sobre su lomo.

-Lo repetiré una vez más porque tienes pinta de ser algo lenta-sonreí mirando a la ninfa-¿Quién te dijo eso?

Dentro de mí sentía un ardor, pero a diferencia de cuando me despedía de mi vida este me era agradable, era un fuego interno que se expandía desde mi vientre hasta mi nuca.

-Es un rumor que corre por las chicas de la guardia Sombra y Absenta-balbuceó sin quitar la vista de Krima.

-Lárguense antes de que me arrepienta-alargué la mano desinteresada.

Volví a ver a la gente del mercado encontrándome con todo el lugar vacío, a lo lejos logré divisar la silueta de Nevra caminar enfadado hacia mí junto a un soldado, mordí mi labio inferior nerviosa, sabía lo que eso significaba. También sabia lo que significaba la sensación de hace unos momentos y deberé fijarme al volver a mi cuarto.

El vampiro le ordeno a su compañero que se quedara a unos metros y caminó decidido hacia mí, su mirada estaba molesta y su aura lo demostraba con facilidad.

-¿Se puede saber qué es lo que acabas de hacer?-dijo estando ya frente a mi.

-No puedo darte explicaciones-negué agachando la mirada-yo, creo que perdí el control, jefe.

-Se nota que lo perdiste-bufó mirando a Krima-Deberé informarle a Miiko de esto-negó dándose media vuelta.

-No, espera-lo tomé de su brazo- Te suplico que no lo hagas, querrán llevársela.

-Acabas de mostrar tu familiar en publico espantando a todo el refugio-señaló quedando frente a mi nuevamente.

-Nevra, por favor-sujeté sus brazos mirándolo-No quiero que nos separen.

-Krima es un peligro.

-Porque yo se lo pedí, solo los asustaba-suspiré-Fue todo mi culpa. Esa ninfa decía que yo buscaba ascender rápido y por eso estaba de trepadora con ustedes tres.

-Nevae ella no es un familiar normal-apartó mis manos sujetándolas.

-Pero yo tampoco soy normal-elevé mi voz agotada.

-¿De qué hablas?-frunció el ceño confundido.

Abri mis ojos notando la gravedad de lo que acababa de decir sin darme cuenta, el miedo que tenía por que la profecía se cumpla me estaba haciendo decir estupideces y cometer estupideces. Si ellos lo sabían yo iría a directamente al pozo.

-Soy una humana que apareció de repente y sobre todo el Oráculo me habla-dije exaltada-no soy normal.
-Nevae…-agachó su cabeza-sé que lo que te dijeron estuvo mal pero no puedes hacer esto.

-Te prometo que no sucederá otra vez, haré lo que me pidas. Porque si le dices a Miiko nos separarán y a ella le harán daño.

Me miró unos segundos pensativo, quizás se debatía sobre qué hacer y no lo culpaba, pero dentro de todo sabia que lo que yo le decía era verdad, Krima no era normal y para ellos era peligrosa.

-Alista tus cosas, irás conmigo a la isla Dihera-suspiró soltando mis manos.

-¿Eso es un si?-sonreí de lado.

-Nos vamos mañana-contestó apartándose.

De inmediato me colgué de su cuello parándome de puntitas para alcanzarlo, lo apreté contra mi emocionada por poder liberarme de esta situación, besé su mejilla un par de veces aliviada dejándolo algo perplejo.

Estaba muy aliviada, más que nada de un informe y una larga charla.

Lo había manipulado, claro está, sabía que Krima no se dejaría atrapar por ellos y tampoco le harían mucho daño, pero en este momento no sentía las ganas de dar explicaciones y oír sus quejas.

-Ya puedes volver al entrenamiento Irev-exclamó apartándose de mí sonrojado-Te aviso que no son vacaciones.

-Me voy de vacaciones con mi jefe-sonreí emocionada-¿Llevas bloqueador solar?

-Nevae, hablo en serio-suspiro agotado.

-Nevra, yo también lo hago-lo miré-No querrás arruinar esa hermosa piel por los rayos del sol-sonreí acariciando su mejilla.

-¿Siempre eres así?-negó sonriente.
-Casi siempre-coloqué una mano en mi cadera-No suelo ser muy seria, para seria está la vida-le guiñé un ojo.

-Tienes razón-asintió-¿Conseguiste lo que te pedí?

-No encontré la brújula, pero lo demás esta listo-asentí entregándole el bolso.

-Ya encontré una, no es necesario, puedes ir a almorzar.

-¿No vienes?

-Si me invitas, puede que si-sonrió.
-Nevra, querido Nevra. ¿Me harías el honor de almorzar conmigo hoy?-tomé su mano mirándolo exagerada.

-Mmm, no me gustó el tono sarcástico de tu voz, pero acepto-asintió comenzando a caminar.

-Krima, puedes seguir con lo que hacías-la miré sobre mi hombro-o también puedes ir a dormir al cuarto, lo que prefieras.

-¿Vendrás o harás que me arrepienta?-exclamó ya a unos metros de mí.

-Jamás me perdería mis vacaciones-sonreí apresurándome.

-Que no son vacaciones-suspiró exasperado.

-¡Nos iremos de vacaciones!-exclamé molestándolo aun más.

♤Inside      《Nevra/Eldarya》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora