XII. DRÍADA

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Nevra había hecho una fogata, Shaitán y Krima habían ido a buscar comida dejándonos solos, me senté cruzada de piernas mirando la llama extenderse y contraerse como en una danza majestuosa.

Luego de unos minutos me apoye aburrida sobre mis rodillas y él me miro con la boca entreabierta.

-Para pasar el rato, cuéntame alguna anécdota graciosa-dijo balanceando sus manos.

-Mmm, déjame pensar-frote mi barbilla-Ya se-reí recordándolo-Una vez estábamos en la fiesta de cumpleaños de un amigo, estábamos en la terraza todos y yo había ido con unas amigas y el novio de una de ellas. De un momento a otro él desapareció y la loca comenzó a buscarlo por todas partes, bajamos a la calle y desde la otra esquina venia caminando con un grupo de nuestros amigos y entre ellos una de las chicas con reputación dudosa-asintió bebiendo un trago de su cantimplora-La cosa es que mi amiga se paro en el medio de la calle a gritarle infiel y traidor, cuando la chica de reputación dudosa se acercó para explicarle que habían ido a comprar más alcohol la loca comenzó a gritarle de todo. La fiesta acabo con una pelea de ella y su novio, para al otro día enterarnos que él se fue molesto y por su ebriedad se quedó dormido en un árbol.

-Tus amigas si que están locas-asintió pensativo.

-Bien, no fue tan graciosa como lo recordaba-frote mi barbilla-Qué quieres saber y yo te cuento algo.

-Mmmm, cuéntame de tu primera gran vergüenza-sonrió.
-Habíamos ido a la fiesta de un amigo de mi primo, entre ellos estaba el chico que me gustaba y como contigo utilice mis encantos femeninos para ligármelo. Pasé casi toda la noche besándolo en la parte trasera del salón-reí de lado- Cuando volvimos a entrar el humo del cigarro me mareó y jale a mi amiga rápido del brazo para salir a vomitar. Todo culminó en el chico llegando hasta mí preocupado y yo señalándole un chupete que me había hecho en el cuello con todo el rostro vomitado-Nevra comenzó a reír-Esa noche también le vomite a un amigo en la mano. Hasta el día de hoy me lo recuerda.

-Eso fue una mezcla entre desagradable y divertido-rasco su mejilla-Imagino que no te volvió a hablar.

-Hace unos años volvimos a encontrarnos-sonreí-Sigue besando igual de bien que en ese entonces.

-Ese sujeto es de acero-elevo las cejas-Si me hubiese hecho esa escena, en mi vida te vuelvo a hablar.

-Es por eso que contigo nunca haría eso-me cruce de brazos.

-Entonces, dime ¿cómo fue que comenzaste a dibujar?-Pregunto entrelazando sus manos.

-Fue cuando tenia cinco años, mi primo un año más grande que yo dibujaba lo que yo consideraba excelente-sonreí- entonces para también tener la atención de mi familia comencé a copiarle. Cuando cumplí diez me consideraron la mejor dibujante de la clase y con el tiempo-respiré hondo-comencé a utilizarlo como un medio de desahogo.

Él me escuchaba atento, una leve brisa corrió por la copa de los árboles trayendo un mechón de cabello hacia adelante, lo aparté de mi cara colocándolo  detrás de mi oreja y volví a mirarlo sonriente.

-Cada vez que me sentía triste, dibujaba, cuando me sentía feliz, dibujaba y cuando soñaba algo extraño lo dibujaba-reí- y mis sueños son muy raros.

-Entonces eso fue lo que te comenzó a apasionar.

-Si, hablar de ello en estos momentos me lo recuerda-sonreí mirando mis manos.

-Lo siento.

-No tienes por qué-la miré de reojo-Él era como mi hermano mayor, incluso vivimos la infancia juntos.

-Debe ser lindo tener una familia tan grande y unida-asintió sin quitarme la vista de encima.

-A veces las familias grandes no son tan unidas como parece, los humanos somos estúpidos y somos capaces de no hablarnos por años por un malentendido-lo mire apretando mis labios.

-También-asintió-eso es algo que no contemplé.

-Hay muchas cosas que no contemplaste-reí-Pero ya es tarde y debemos dormir. Aunque siendo sincera no me maravilla dormir en el suelo.

-No te va a pasar nada-negó.

-¿Qué te parece si vemos un rato las estrellas?-lo mire palmeando la tierra a mi lado.

Ambos nos recostamos el uno al lado del otro y miramos el cielo, la noche estaba calmada y las estrellas brillaban perfectas desde lo alto, coloque una mano en mi vientre respirando hondo el aire tan puro que corría sobre nosotros.

-Ojalá tuvieses la oportunidad de ver cosas de la tierra-reí rompiendo el silencio-Estoy segura que amarías comer hamburguesas.

-Suena delicioso-me miro de reojo.

-Lo es-asentí-Es la combinación perfecta de carne, pan, queso cheddar, lechuga y tomate.

-Ya me dio hambre de nuevo-murmuró.

-A mi también-reí codeándolo.

-Si pudiese ver cosas de tu mundo lo primero que haría sería ir a comer eso.

-Y yo te acompañaría. Es lo que más extraño.

Luego de eso mis ojos comenzaron a cerrarse lentamente, sentí la llegada de Krima, quien se colocaba a mi lado para dormir abrazada a mi torso como siempre.

El día llegó como una patada voladora a mi cara, abrí los ojos molesta por la luz encontrándome que los hermosos arboles que anoche nos cubrían hoy estaban sin hojas y secos completamente. Me paré apoyándome sobre mis codos y mire a nuestro alrededor, mientras dormíamos la muerte había avanzado, destruyendo esa zona.

Balancee a Nevra que dormía abrazando a su familiar, en cuanto abrió los ojos se enderezo alarmado mirando lo mismo que yo.

-Lo se-asentí-Tenemos que descubrir qué es lo que sucedió aquí.

-Yo no oí nada por la noche-se paro de inmediato-Nadie ha pasado por aquí.

-Algo esta sucediéndole a la isla-asentí comenzando a guardar nuestras cosas.

Ambos guardamos todo y comenzamos a caminar analizando el terreno, no habían huellas ni fogatas cerca.

Nevra mencionó la posibilidad de que la isla esté siendo envenenada, no tengo idea de cómo eso podría ser posible pero él sabe un poco mas que yo.

Seguimos caminando buscando pistas, de repente él paro en seco, Krima y Shaitán siguieron avanzando un poco mas olisqueando los árboles.

-Deberíamos hacer un rastreador de magia-me miró sobre su hombro.

-¿Cómo se hace eso?-fruncí el ceño.

-Necesitamos un par de ingredientes, pero son fáciles de conseguir-buscó en su mochila donde sacó un cuenco y una lista-Busca esto y yo podre encargarme del resto.

Me entrego la lista que mire por un par de segundos, chasquee los dedos llamando a Krima, quien de inmediato acudió a mi.

-Bien bebé, necesito que me traigas una flor de zinerso y dos frutos de Dulgón, sea lo que sea eso-le pedí agachándome a su altura.

La perra balanceo su cola unos segundos y luego la nube violeta la cubrió desapareciéndose, me senté junto a Nevra en el suelo y lo mire atenta, Shaitán se acercó a nosotros y él le pidió otras cosas por lo que el perro también se fue en su búsqueda.

A los diez minutos el vampiro había sacado el mortero y una pequeña servilleta de tela que colocó debajo, entré su mochila sacó un frasco de agua purificada y lo dejó a su lado. Nuestros familiares aparecieron nuevamente trayéndonos lo que les pedimos, deje las cosas a su lado sobre la servilleta y me alejé con ambos.

Como estaba aburrida comencé a jugar con los familiares como había hecho ayer, corríamos en círculos y nos intentábamos atrapar, n un momento Nevra alzó la mirada hacia nosotros molesto.

-Ve un poco mas lejos a jugar, puedes arruinar algo-exclamó balanceando las manos.

Los tres comenzamos a correr entre los árboles, hasta que de un momento a otro Krima me jaló de la bota y caí sobre su mantelito perfectamente ordenado. Nevra estaba por verter un poco del agua en el mortero, pero debido a mi tropiezo tiro demás, ocasionando que alzara la mirada hacia mí más molesto que de lo normal.

-Nevae te dije que te alejaras un poco mas-exclamó.

-Sólo fue un accidente-me pare limpiando mis rodillas.

-Un accidente porque estabas actuando como una niñita otra vez-bufó.

-Cálmate, podemos volverlo a hacer.

-No, ahora el sol se esta ocultando y deberemos esperar a mañana otra vez para intentarlo-agitó su cabello molesto y frustrado-Sabía que traerte era una mala idea, sólo eres una irresponsable e inmadura.

-Cierra la boca, no hables de mi de esa forma-lo señale dolida.

-¿Qué? ¿Por qué sabes que digo la verdad?-abrió los ojos molesto-Lo único que has hecho al llegar al CG ha sido acarrear problemas-pasé saliva calmando mi furia-Ni siquiera eres buena en mi guardia.

-Pues tranquilízate que a penas lleguemos nuevamente a Eel ni me asomare por tu estúpida guardia-me aparté-sólo está llena de mujeres que te quieren ligar. No sirve para nada.

-La Guardia Sombra es la mejor de todas-me señalo apretando la mandíbula.

-¿Porque lo dices tú?-reí enarcando una ceja-Abre los ojos de una puta vez y te darás cuenta.

Comencé a caminar en sentido contrario con Krima siguiéndome el paso.

-Oh, y no te preocupes que cuando lleguemos al CG personalmente le diré a Miiko lo del mercado-exclamé sin voltear a verlo-No quiero ningún favor de tu parte.

Krima y yo nos alejamos de ellos adentrándonos entre los troncos muertos de los que fueron árboles, Nevra ni siquiera intentó llamarme, se había puesto como una histérica solo por un chorrito de agua.

En el fondo sabia que tenia razón, siempre había sido una inútil y en este lugar no era la excepción.

Pero soy la maldita alma Carmesí, si quisiera podría matarlos ahora a todos y ni siquiera sabrían que sucedió. La diferencia era que no sabía cómo hacerlo.

Luego de caminar un rato entre la oscuridad decidí parar a descansar, no sabia donde mierda estaba y además tenía hambre.

Debería haberme enojado con él luego de cenar algo.

Para no seguir pasando hambre me recosté en el suelo junto a Krima y abrazándola me quedé dormida, no se si habré dormido bien pero al despertar a penas estaba amaneciendo. Seguí con mi caminata desorientada intentando encontrar algo para al menos picar.

De repente otra vez me vi envuelta por voces, se reían, gritaban, lloraban, todas a la vez, sujete mi cabeza con ambas manos cayéndome al suelo aturdida.

-Ven-otra vez era esa voz.

Me pare sintiéndome embobada y prácticamente corrí sintiéndola cada vez más fuerte. De un momento a otro paró y frené en seco viendo a lo lejos el único árbol verde en kilómetros, Krima llegó a mi lado agitada y me hinqué en una rodilla para quedar a su altura.

-Aunque esto me pese-suspire-Ve a buscar a Nevra y tráelo hasta aquí.

La perra desapareció detrás de su humo violeta, sin saber bien qué hacer me acerqué lentamente hasta el árbol, sus hojas estaba verdes de un tono que parecía brillar, pero todo alrededor estaba muerto y seco.

Estando a solo dos pasos de él una figura femenina salió de entre su corteza, traía el cuerpo cubierto por sus hojas y su piel era de tonalidades verdes, me miró frunciendo el ceño y yo di dos pasos hacia atrás. Su aura era demasiado mala.

-¿Quién eres?

-¿Tú has estado envenenando la vegetación de la isla?-pregunte balbuceando.

-Yo tengo un nombre-gruñó-Soy Xipheria-sonrió-y tú serás mi próximo alimento.

-No te acerques-di tres pasos hacia atrás inconscientemente.

-Apestas a humana-me miro haciendo una mueca.

-¿Por qué haces esto?

-Las malditas Náyades de esta isla me dieron la espalda, y apuesto a que ni siquiera saben que eres humana porque seguro lo harían también-respiro hondo-Yo solía ser una de las dríadas más veneradas de la isla, pero Yirena manipuló a todos para que me olvidaran en esta selva mugrosa.

-Matar la isla también te hará daño-mire señalándole los alrededores.

-Me estoy alimentando bien con sus guardias-rio de lado cruzando sus brazos sobre su pecho-Ahora te toca a ti.

-No-respiré hondo-Yo no soy una humana-agache la mirada molesta.
Por culpa de esta estúpida ninfa había tenido que dormir en el suelo, aguantar a una náyade gritona y a un vampiro egocéntrico. Sobre todo tenía hambre y tener hambre me pone de muy mal humor.

-Ven, te daré la oportunidad de directamente no sufrir tanto como a esos soldados-rio chasqueando su lengua.

Del suelo comenzaron a salir una millonada de raíces delgadas que se ataron a mis tobillos con fuerza como si fuesen serpientes, ella reía mirándome, frente a mí se alzó una raíz mucho más gruesa que fue directamente a mi cuello enroscándose con fuerza.

Todas me alzaron del suelo lentamente atrayéndome hasta estar a unos centímetros de ella, en su pecho del lado izquierdo pude distinguir el brillo oscuro y apagado de uno de los fragmentos del cristal, estaba corrompido por su maldad, ella al notar mi mirada rio acariciándolo.

-Esta pequeña adquisición vino a mi hace unos días-sonrió-Me queda lindo-bajo sus brazos colocándolos en sus caderas mientras las raíces apretaban más mi cuerpo-Pero ahora tengo curiosidad, ¿qué se supone que eres? Ya que dices no ser humana-alargó balanceando su mano derecha.

-Yo…-respiré hondo.

Sentía nuevamente ese ardor estremecedor en mi vientre, luego se desplazó hasta la parte baja de mi columna subiendo hacia mi nuca, sonreí de lado sabiendo lo que significaba, de todas formas defender mi propia vida contaba como un acto de bien.

-¿Tu qué?-rio-No te oigo-de forma burlona coloco una mano en su oreja inclinándose un poco hacia mí.

-Yo soy la puta reencarnación del alma Carmesí-escupí molesta viéndola apartarse-Soy la acumulación de siglos de maldad de Eldarya, estúpida Dríada.

De un momento a otro las hojas de la copa del árbol se encendieron en llamas brillantes bajo el sol, ella soltó un chillido agudo obligándome a apretar mi mandíbula. Se cayó al suelo respirando agitada y por algún motivo abrí la palma de mi mano, volviendo el fuego aún mas intenso.

-¡Nevae!-oí la voz de Nevra a lo lejos.

Tranquilo vampiro inservible, yo ya me encargué de esto.

Las raíces seguían rodeando mi cuerpo pero con menos presión que al inicio, él corrió hasta mí cortando principalmente la de mi cuello soltando otro chillido de la dríada, se volteó a verla agonizante en el suelo mientras las llamas consumían su preciado hogar.

Terminó de cortar las raíces de mi brazo derecho, cuando se inclinó para ayudarme con el izquierdo lo empujé zafándome yo misma, se giró sin saber bien qué hacer y cuando al fin pude librarme la miré un pestañeando un par de veces calmando mi molestia.

-Esta dríada ha estado envenenando todo-señalé su cuerpo aún mas débil-Estaba resentida por algo de que le dieron la espalda.

-¿De dónde salió todo ese fuego?-miró perplejo el árbol casi consumido por las llamas.

-Sentí la voz del oráculo-suspire-supongo que ella me ayudó. Se dice que el fuego es purificante-me encogí de hombros palmeando su hombro.

Cuando el árbol termino de quemarse su cuerpo se desintegró en cenizas, dejando sobre el montículo gris el fragmento contaminado.

De un momento a otro la naturaleza del alrededor comenzó a cobrar vida, como si fuera magia el césped creció y de los árboles brotaron nuevamente las hojas. Del tronco cayeron dos placas doradas redondas que resonaron en el suelo.

Por alguna razón la tierra que rodeaba el árbol se quedo seca, como si la naturaleza estuviese avergonzada de ese lugar y no deseara brindarle su apoyo.

-Ella se comió a los guardias-señalé.

-Un fragmento del cristal-dijo corriendo a tomarlo, me miró asombrado y luego lo guardo en su bolsillo-Esto la enloqueció.

-No me interesa-negué-La misión está terminada, ahora podremos volver al CG-gire sobre mis talones volviendo a caminar en dirección al castillo con Krima a mi lado.

-Nevae, espera-exclamó. Me pare en mi lugar esperando a que continuara-Sobre lo de ayer…

-Tienes razón-lo mire sobre mi hombro-soy una irresponsable-sonreí-No me interesa oír tus disculpas.

-Hablo en serio-insistió comenzando a caminar hacia mí.

-¿Hagamos una carrera?-sonreí ignorándolo agachándome a la altura de mi familiar-A la de tres-carcajee.

-Nevae, estas volviendo a ser inmadura-suspiró agotado.

-Vamos.

Comencé a correr con la perra siguiéndome a mi lado. Estuvimos así por un buen rato hasta que ya no oí sus gritos a lo lejos llamándome, de un momento a otro Krima me empujó con su lomo tirándome al suelo, rodé por el césped riéndome mientras ella se colocaba a mi lado mordisqueando juguetonamente mis manos.

Unas botas negras aparecieron junto a nosotras obligándome a parar de reír y elevar la mirada, encontrándome a un Nevra algo hastiado mirándonos.

-No puedes evitar nuestra charla.

-Entonces eso de que los vampiros son más rápidos era verdad-asentí parándome-¿También brillas?
-Esto no es crepúsculo-bufó.

-¿Conoces crepúsculo?-abrí los ojos sonriente.

-Lo leí en la biblioteca-suspiró sobando sus sienes-tenemos que hablar, lo sabes.

-No tenemos nada de qué hablar, dijiste lo que pensabas de mí y yo dije lo que pensaba de ti-sonreí-que casualmente no fue todo. Ahora regresemos a ese maldito castillo para que pueda comer algo.

♤Inside      《Nevra/Eldarya》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora