II.¿ES UN SUEÑO?

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Entonces, recapitulando este es el mejor sueño que he tenido desde lejos.
Jamón dio fuertes pisadas hacia donde estábamos, el Perro Negro que supondré sería mi familiar comenzó a gruñirle molesto, miré a todas partes viendo como poco a poco la guardia se dispersaba desbloqueando la salida.
Comencé a correr divertida hacia la salida esquivando a Jamón gracias a mi familiar que amenazaba con morderle, la salida me llamaba insistente, por más que allí estuviese mi amado Valkyon no correría el riesgo de que sucediera lo mismo que en el juego y ser encerrada en los calabozos.
Crucé la puerta con los gritos insistentes de Miiko detrás, el Perro Negro salió detrás de mí apresurado por seguirme el paso.
Jamás había tenido esta clase de sueños, se veían tan vívidos todos, incluso diría que irreales. Es la primera vez que podría decir que mi inconsciente se había puesto a estudiar.
Una mano me jaló con fuerza hacia atrás aprovechando mi descuido por pensar en mí misma otra vez, me vi acorralada junto a las paredes del pasillo con mi familiar a unos pasos de mí molesto dispuesto a atacar, lo miré de reojo balanceando la mano para despreocuparlo. Solo era Nevra.
-¿A dónde crees que vas?-sonrió de lado apretando mis hombros contra la pared.
Suponiendo que es mi propio sueño y este es el mismo Nevra del juego, es tan fácil de manipular como a un niño de quince años.
Sonreí de lado alzando las manos hacia su cara, al instante de rozar sus mejillas sentí un piqueteo extraño, como una especie de cosquilleo en mis dedos al momento en que acunaba su cara entre mis manos y lo besaba. Le resté importancia puesto que lo que yo necesitaba en este momento sólo era escapar de allí.
Al instante sentí como sus manos se relajaban mientras él me seguía el beso, abrí mis ojos levemente viendo al resto de la guardia caminando hacia nosotros enfadados. Deslice lentamente mi pierna derecha entre las suyas tomando su mano derecha con discreción y girando colocando todo mi peso en mis piernas, como resultado el sorprendido vampiro rodó sobre mi espalda cayendo al suelo al instante en que le guiñaba un ojo corriendo nuevamente.
-Gracias-le grité a lo lejos divertida por lo que era capaz de hacer en mis sueños.
Entonces viéndole el lado positivo, pude besar a uno de ellos, en un sueño y uno que no era mi ruta, pero pude cumplir una de las fantasías de una fanática.
Esto es lo más cerca que podría estar de algo similar.
Salimos por la puerta principal directamente hacia el mercado, el Perro Negro había optado por disminuir su prominente tamaño reduciéndose a un pequeño cachorro. Los habitantes nos dejaban pasar entre empujones y algunos gritos, en mi interior todo esto era tan divertido, algo así como un sueño lucido.
Giramos en la esquina de una tiendilla escondiéndonos entre los desperdicios de un recoveco semi oscuro. En el refugio el sol estaba posado en lo más alto de todo, abrazando Eldarya con un calor demasiado potente, aunque no tanto como en la vida real.
El cachorro que ahora tenia como familiar se sentó junto a mí suspirando mientras agachaba su hocico reposándolo sobre sus patas delanteras.
Las pisadas apresuradas de la guardia se sintieron a lo lejos, el perro comenzó a gruñir molesto a lo que decidí calmarlo colocando una mano sobre la coronilla de su cabeza.
En cuanto todos pasaron corriendo hacia la puerta de entrada sentí que volvía a respirar y volví la vista al cachorrito que estaba a mi lado sonriéndole.
-Decirte Perro Negro no me gusta-murmuré viéndolo como ladeaba su cabeza atento a lo que decía-Me gusta el nombre Krima, significa carmesí en esperanto.
El cachorro movió levemente su cola mirándome, señal que tomé como aprobación del nombre.
Me paré lentamente acercándome hasta la entrada de nuestro escondite y mirando hacia ambos lados, no había rastro de ningún soldado de Eel, me giré a ver a mi acompañante estirando mi mano para que me alcanzara. Enseguida se paró corriendo hasta mí, lo cargué y comenzamos a perdernos entre la gente.
Las tiendillas del mercado eran asombrosas, jamás había visto tanto en los juegos pero supongo que se lo debía a mi incontrolable imaginación, paseamos viendo joyas, telas, algún que otro artefacto extraño y desconocido hasta que posé mi vista en una en específico que tenía plantas y hierbas. Camine rápidamente hasta colocarme frente al mantel del terciopelo cian que adornaba las macetas con flores de caléndula, lavanda, lirios y algunas rosas. Del lado izquierdo del puesto había una especie de estantería con esencias de flores, cosas que siempre desee comprarme, y del lado izquierdo una estantería del mismo tamaño con aceites. Por supuesto que estarían aquí, es un sueño, esto es la manifestacion de mis deseos.
-Veo que le llaman la atención las lavandas señorita-me dijo el vendedor que realmente era una criatura que jamás había visto.
-Las plantas en general me parecen una majestuosidad, pero la lavanda es mi favorita-le sonreí cortésmente acariciando el lomo de mi cachorro.
-Cierto es. Pienso lo mismo-asintio.
-También esta me llama la atención- señalé uno de los frascos de cristal.
La planta lucía más bien como una raíz seca que por alguna razón que desconocía llamaba mi atención en sobre manera, el sujeto se inclinó levemente sobre su mesa mirando con atención la que le acababa de señalar y tomó el frasco con cuidado examinándolo detenidamente.
-Ésta planta es una Mandrágora officinarum, sus raíces secas tienen un alto nivel de toxicidad, pero si se utiliza bien puede ser una asombrosa planta que puede servir como anestésico.
Abrí los ojos sorprendida, entre mis anotaciones personales no contaba con esa información y la verdad que ahora inducía un poco más mi curiosidad hacia la familia de las mandrágoras.
Antes de poder contestarles dos manos me sujetaron con fuerza por los hombros espantando levemente al señor frente a mí, giré de a poco mi cabeza encontrándome con la sonrisa forzada de uno de los jefes de guardia más lindos. Valkyon.
-Te estaba buscando querida-alargó apretando mi brazo izquierdo.
-Me estás haciendo doler-fruncí el ceño molesta porque ya me había encontrado.
Una cosa era evitar a Ezarel o a Nevra, incluso a Jamón y a Miiko, pero este sujeto tenía músculos en los músculos, si intentara la maniobra de hace un rato con Nevra me partiría la espalda y las piernas. Por más que fuese un sueño sonaba a locura. Disparates.
-Es la emoción por encontrarte-rio mirando al vendedor-Vamos.
Me giré hasta el señor del puesto sonriéndole mientras agitaba mi mano.
-Nos vemos, pronto volveré por esa mandrágora-exclame mientras nos alejábamos.
Al llegar a la entrada del CG bajé a Krima al suelo esperando con eso zafarme del agarre del vikingo detrás de mí, él enseguida tomó mis muñecas con fuerza empujándome hacia la sala del cristal.
-Se nota cuan emocionado estabas-me burlé mirándolo de reojo.
Él ni siquiera esbozó una mueca, mantenía la mirada firme hacia adelante mientras caminaba empujándome con Krima siguiéndonos de cerca.
-Oye, respóndeme. ¿Cómo se supone que nos vamos a enamorar si no me hablas?-insistí llevándome como contestación un jalón de mis manos.
Frente a nosotros aparecieron Nevra y Ezarel sonrientes, éste primero estaba algo agitado e incluso tenia una pequeña capa de sudor sobre su cara. He de admitir que las chicas que son ruta Nevra no tienen nada que envidiarle al resto, desde esta perspectiva lucía como un cuadro renacentista recién pintado al fresco.
-Valk, la atrapaste-sonrió el vampiro señalándome.
-Este parásito casi se nos escapa-gruñó Ezarel cruzándose de bazos mirándome de reojo.
-Cierra el hocico, duende. ¿Qué falta de modales son esos?-lo interrumpí con el ceño fruncido y una sonrisa burlona en mis labios.
-¿Sobre todo tiene el descaro de hablar?-enarcó una ceja.
-Desgraciadamente tú también-suspiré al instante que Valkyon volvía a empujarme para seguir caminando.
-Miiko está molesta esperándonos en la sala del cristal-Dijo Nevra colocándose a un lado de mi carcelero.
-No estaría tan molesta si no hubieras dejado escapar a la prisionera por un beso-gruñó Valkyon indiferente.
-Los encantos femeninos son mi debilidad-se rio.
-Hay pacifistas que murieron por más, lo tuyo es mero egocentrismo masculino-respondí entrando en su conversación.
-¿No hay una forma de callarla?-preguntó el duende molesto.
-Yo sugiero que el del parche me haga callar-reí mirándolos sobre mi hombro.
-Creo que tiene buenas ideas-murmuró Nevra.
Valkyon me empujó una vez mas al momento en que entrabamos a la sala del cristal ignorando la frase de su compañero, frente a nosotros estaba la kitsune mas molesta que antes, junto a ella estaba Leiftan con su típica cara de ángel y Jamón.
Me dejaron frente a estos tres mientras ellos se colocaban a mis espaldas formando un círculo para evitar que me escapara nuevamente, Jamón camino pausado hasta la entrada quedándose firme bloqueando la puerta de manos cruzadas. 
-¿Por qué vuelven a traer a esta humana a aquí? Pedí que ustedes vinieran, no que la trajeran consigo-exclamó Miiko aumentando las llamas de su báculo-Nevra no puedo creer que se te escapara una miserable humana, suerte que Valkyon pudo localizarla a tiempo, a saber que se llevará de la sala del cristal.
-No tengo nada que llevarme de ustedes-interrumpí molesta.
-Silencio-me miró-Llévenla a los calabozos de inmediato, luego veremos qué hacer con ella.
-La mejor idea es matarla-señaló Ezarel cuando me colocaban las cadenas.
-Incluso aquí eres irritante-lo miré alzando una ceja-cuando muera vendré a verte y te tiraré de los pies cuando duermas-carcajee siendo empujada por Valkyon nuevamente.
-Al menos tiene sentido del humor-susurró Nevra a lo lejos.
Me llevaron hasta los calabozos en el subsuelo de la guardia, tan solo pensar cuantas escaleras me quedaban para llegar al final me hacía doler los pies, para la próxima debería investigar un poco más sobre los sueños lucidos para evitar caminatas así.
Cuando al fin llegamos abajo un aire salado golpeo mi rostro, olía a mar totalmente, desde el suelo se desprendía una especie de humedad extraña que dejaba la pequeña cueva subterránea caldeada.
Osando una vez más de su fuerza mi futuro marido me empujo dentro de la jaula con brusquedad, donde me quitó las cadenas no sin antes colocarme otras en los tobillos que pertenecían a la jaula. Azotó la reja y con una mirada seria se marchó.
-Querido, tráeme agua que las escaleras ya me dieron sed-silencio-Que pésimo servicio tienen por aquí-bufé sentándome en el suelo.
Krima apareció a mi lado emergiendo de las sombras de la cueva, esta vez traía su forma original, se sentó a mi lado suspirando y me miro de reojo.
-Que agotador debe ser tu-reí de lado acariciando sus orejas.
-Otra vez debo sacarte de las garras del lobo-oí a mis espaldas.
Me paré de inmediato junto a Krima y voltee a verlo, Lance o “Ashkore” estaba del otro la jaula con las manos en su cadera, suspiré asintiendo mientras miraba mis pies encadenados.
-Ya ves. Este sueño no me deja controlarlo todo.
-¿Sueño?-cuestiono confundido-Nevae, esto no es tu sueño. Tú estas aquí porque eres la elegida. Gracias a ti podremos destruir toda la guardia de Eel y tener el control de Eldarya.
Fruncí el ceño acercándome a los barrotes.
-¿Controlar Eldarya? Eso no sucede en el juego-elevé una ceja-Se supone que soy la elegida por el oráculo.
-¿Acaso no me estas escuchando?-bufó hastiado-Tú nos ayudarás a destruir el Cuartel General, Nevae.
¿Destruir el CG y obtener el control del Eldarya? Esto en ningún momento sucede en el juego, se supone que Gardienne, o sea yo, debe ayudar a reconstruir el cristal, no a destruir todo.
Pero ahora que lo pienso tampoco he despertado ya y llevo mucho tiempo soñando como para que mi madre no aparezca gritándome para bajarme de la cama, y los olores, el calor, las cadenas, son todos tan reales.
¿Yo en verdad estoy soñando?

♤Inside      《Nevra/Eldarya》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora