XVII. DEMOSTRACIÓN

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Nevae


A penas me bajé de la cama me hice una trenza desajustada y fui a buscar a Leiftan, se supone que deberíamos coordinar los horarios para comenzar a entrenar a Krima, pero no tengo idea de dónde podría estar.

Entré en la Sala del Cristal pero allí solo se encontraban Miiko y Jamón.

-¿Qué pasa Nevae?-dijo ella sin mirarme.

-¿Saben dónde puede estar Leiftan?-sonreí nerviosa.

-Leiftan entrar en cantina, Jamón ver recién-asintió señalándome.

-Gracias-agité mi mano marchándome.

Krima apareció a mi lado, ambas caminamos por el pasillo, ella cada tanto pegaba unos saltitos intentando morderme el brazo juguetonamente, al no alcanzarlo gruñía y lo intentaba con el otro, yo reía balaceando los brazos como estúpida mientras seguía caminando.

Llegando a la puerta de la cantina oí la gruesa voz de Valkyon y con una sonrisa entré seguida de mi familiar, en una mesa estaban sentados los chicos, cerca de la barra de Karuto, más cerca de la puerta estaba Alajea con unas chicas de Absenta y a lo lejos, a unas cinco mesas de los jefes de guardia estaba Leiftan sentado leyendo unos papeles solo.

Respiré hondo y me encaminé hacia él, saludé a la sirena y casi llegando a la mesa Valkyon agito la mano saludándome a lo lejos, le devolví el saludo girándome para posicionarme frente a Leiftan con una enorme sonrisa.

-Hola, Leiftan, ¿estas ocupado?

-Nevae, ¿Qué tal estas?-sonrió elevando la mirada-No, para nada, toma asiento.

-Gracias-moví la silla frente a el cruzando mis manos sobre la mesa.

-¿Ya has desayunado?-negué-Yo te invito, espérame-se paro rápidamente sin dejarme responderle .

Me quedé mirando mis manos frente a mí, Krima se puso a morder mis botas por lo que me agaché a tirarle las orejas para que se detuviera, ella elevo la mirada intentando mordisquearme la mano.

De repente alguien se sentó delante de mí y eleve la mirada encontrándome con Valkyon sonriente.

-Hola Valkyon.

-¿Por qué no te sentaste con nosotros hoy? Nevra se puso triste-señalo su mesa.

-Ush, si, porque no tiene a quien molestar-rodé los ojos-Tengo cosas que charlar con Leiftan.

-¿No nos estarás queriendo evitar?-enarcó una ceja ladeando su cara.

-Nunca intentaría evitarte mi cielo-reí estirando de forma dramática mis manos para tomar las suyas.

-Espero que así sea, cuando termines de comer búscame en los jardines que quiero hablar contigo-dijo parándose entre risas.

-No me digas que me lo propondras-abri los ojos sonriente-Tendrás que esperarme para que me ponga mas linda.

-Basta con eso-negó riéndose-Te veo luego.

-Adiós-agité la mano.

A los segundos Leiftan llego con una charola que colocó frente a mí, tenia un tazón de frutas con avena y una enorme taza de te verde, sonreí mirándolo cruzando mis manos nuevamente.

-Es muy amable de tu parte, no tenias que hacerlo.

-Por favor, yo no he tenido el placer de darte la debida bienvenida-sonrió-Tómalo como un obsequio.

-Gracias, adoro el te verde-reí tomando la taza-Tampoco te lo iba a despreciar.

-Eres muy amable-rio asintiendo y moviendo a un lado sus papeles.

-¿Por qué desayunas solo?-ladee la cabeza.

-No suelo tener compañía, normalmente me encuentro haciendo cosas de la guardia.

-Oh, yo te estoy molestando-reí dejando la taza en su lugar.

-No, para nada. Técnicamente estas aquí por algo de la guardia.

-Me ofendes-coloque una mano en mi pecho de forma dramática-es como si dijeras que estas hablando conmigo solo por trabajo.

-No, no-negó apresurado-Eres divertida, me agradas.

-Causo ese efecto en las personas-asentí colocando un mechón tras mi oreja.

-Bien… -suspiró-Tu familiar.

-No sé cómo se entrena a un familiar-la mire de reojo.

-No es tan difícil usualmente, pero se supone que los BlackDog no son familiares entonces esta sería la primera vez.

-Mierda, suena difícil-dije torciendo mi boca-De todas formas ella es calmada, sólo hizo eso porque se lo pedí.

-Bien, probémoslo-sonrió cruzándose de brazos.

-¿Cómo?-enarque una ceja.

-Dile que haga algo-señalo.

Miré a mi alrededor, no tenia idea que podía hacer, hasta que mi mirada se cruzó con la de él al fondo de la cantina y enseguida lo supe.

-Krima-ella me miró.

Le quité una pluma a Leiftan de su lado de la mesa y escribí en una servilleta una nota estirándome para colocarla en su hocico.

-Llévale esto a Valkyon-sonreí palmeando su cabeza.

Ella se marcho en una nube de humo y ambos nos giramos a mirar al grandulón del otro lado de la sala, Krima apareció a su lado asustando un poco al elfo y provocándole una risilla a los otros dos. Valkyon tomo la nota leyéndola con una risilla y me miró divertido asintiendo, al instante me gire a ver a Leiftan frente a mí con una sonrisa de suficiencia adornando mi rostro.

-¿Qué tal?-alargué enarcando una ceja.

-Eso no es nada, cualquier familiar hace eso-rio inclinando su cabeza-Intenta otra cosa.

-¿Qué quieres que haga?-suspiré frustrada.

-Que asuste a alguien-sonrió apoyando su mejilla en su mano-Como la primera vez.

-Eso me traería problemas con Miiko-negué-estamos en un lugar público.

-No importa, yo le diré que fue para entrenar-balanceo su mano despreocupado-Quiero probar si es verdad que lo hizo porque se lo ordenaste o lo hizo por si misma.

-Es peligroso…

-Asusta a alguien que sepa que no va en serio-acotó.

-Bien-respire hondo-Krima-ella aprecio a mi lado-Ve con Nevra, asústalo un poco. Ya sabes que hacer, linda.

La cachorra volvió a desaparecer y los dos volvimos a girarnos en nuestros asientos, expectantes a la situación.

Krima apareció junto a la silla del vampiro, la nube violeta la cubrió aumentando su tamaño, al desaparecer sus ojos se volvieron de un lila brillante, llameaban furiosos al igual que su cola, Nevra se giro abriendo los ojos asombrado, me volteó a ver molesto y yo me encogí de hombros riéndome. Ella le gruñó lanzando un ladrido fuerte que llamo la atención de más de uno, un par se pararon rápidamente yéndose a toda velocidad mirando repetidas veces hacia atrás.

-Nevae-exclamo el vampiro mirándome nuevamente.

-Aun no le digas que pare-murmuro Leiftan sin quitarle los ojos de encima.

Mi familiar dio dos pasos hacia él sin dejar de gruñirle, los tres jefes de guardia se comenzaron a poner nerviosos, apreté mis labios preocupada por los problemas que esto me traería, mire de reojo a Leiftan que aun seguía concentrado en la perra.

-Krima, listo. Ven aquí-exclamé.

Ella volteó a verme, dio dos pasos hacia atrás nuevamente dejando de gruñir, la nube violeta la cubrió regresando a su tamaño normal y de inmediato desapareció volviendo a llegar a mi lado, palmee su cabeza mordiendo mi labio mirando a Leiftan frente a mi.

-Princesa, cambia de forma y ve a jugar con los demás familiares al jardín-dije agitando sus orejas.

Ella me hizo caso desapareciendo de inmediato.

-Listo, ahí lo tienes-tome la taza con ambas manos.

-Al parecer dices la verdad-asintió asombrado apoyándose en el respaldo-ella en verdad te hace caso.

-Krima no es mala-reí-Ahora no dejo de pensar en las consecuencias de esta demostración-agache la cabeza.

-No te preocupes-negó él-Ahora mismo iré a hablar con Miiko para decirle antes que nadie.

-Bien, ¿cuando comenzaremos con los entrenamientos?-tomé un bocado del tazón.

-Mañana luego del almuerzo, ¿te parece bien?-asentí-De acuerdo, ahora iré con Miiko para darle mis observaciones, nos vemos luego.

Agite mi mano sonriente mientras masticaba, él me regalo una sonrisa marchándose.

Mire el tazón frente a mí, tenia mucha hambre mierda, sobre todo este té sabe aun mejor de lo que recordaba. ¿Acaso en Eldarya el té es mejor?

La silla frente a mi se volvió a correr dándole paso a un molesto vampiro con el ceño fruncido, sonreí de lado cruzándome de brazos sobre la mesa mirándolo, su aura se veía bastante furiosa y eso me causaba aún mas risa.

-¿Por qué hiciste eso? ¿No dijiste que no lo volverías a hacer?-preguntó imitando mi posición.

-Era una demostración-me encogí de hombros dándole un sorbo al té.

-¿De qué? ¿Quieres demostrarle a los demás miembros que tu familiar es peligroso? ¿Acaso no dijiste que no lo haría otra vez porque las separarían?

-Cálmate, Leiftan me pidió que le mostrara lo que le pedí que hiciera en el mercado-sonreí volviendo a comer un poco.

-¿Y por qué ese idiota te pidió que me hicieras eso?-dijo moviendo ligeramente su cabeza.

-Entrenaremos a Krima-suspire-y yo le dije a ella que fuese contigo.

-¿Tu propósito era llamar la atención?-frunció el ceño molesto.

-No, mi propósito era demostrarte que en cualquier momento te partiré la cara-sonreí inclinándome hacia él-y deja de hablar de esa forma, no te queda bien hacerte el ser superior.

-Tu eres parte de mi guardia, técnicamente soy superior a ti, soy tu jefe-dijo apretando la mandíbula.

-Si, técnicamente….-alargué apoyándome en el respaldo-Hasta dentro de unos días.

-Te dije que no te irías de mi guardia-sonrió molesto.

-Ya lo veremos-reí balanceando una frambuesa-Ahora, ¿puedes irte que interrumpes mi tranquilo desayuno?

-No puedes darme órdenes-negó apoyando su codo en la mesa-Me quedaré todo lo que quiera.

-Yo en verdad creo que eres masoquista-asentí comiendo la fresa-No te cansas de que te mande a la mierda.

-Eres demasiado valiente para dirigirte así a tu jefe de guardia-enarco una ceja-Eso supondrá un castigo.

-Déjame que te lo diga una vez más-reí negando levemente-Yo no volveré a aparecer por tu guardia hasta que logre cambiarme.

-No lograras esconderte.

-No necesito hacerlo, fíjate-negué-Me vales tanta mierda que hasta me paseare frente a ti y tu guardia-me paré inclinándome hacia su rostro-y se que no harás nada.

Nevra se quedó mirándome unos momentos, sí, estaba lo suficientemente cerca como para distraerlo, confundirlo, como siempre hacía. Él respiro hondo mirándome a los ojos y apretando los labios de paró molesto.

-Ya veras que te equivocas-me señaló marchándose.

Miré alrededor notando el lugar casi vacío, la aparición de Krima había causado esto, reí volviendo a comer sin prestarle atención a nada.

Al raro cuando había terminado salí al jardín en busca de Valkyon, él estaba sentado en una de las bancas a los lados con su familiar en su regazo, este hombre es tan adorable incluso intentando no serlo.

Me acerqué sonriente llamando su atención, él dejó a Amaya en el banco y se paró sonriente agitando mi cabello de forma fraternal.

-Arruinas mi peinado-exclamé apartando su mano.

-Que buen alboroto causaste en la cantina-me miró enarcando una ceja-Ezarel casi se muere del susto.

-Sólo estábamos haciendo una demostración-sonreí colocando una mano en mi cadera.

-Nevra estaba muy molesto, no deberías hacer eso.

-Leiftan me ayudará a entrenar a Krima, además no me interesa lo que a ese bastardo le moleste-bufé.

-Anoche me dijiste que intentarías escuchar sus razones.

-Dos minutos después intentó entrar a mi habitación con esos aires de casanova irritantes y no pude cumplir mi palabra-me miro reprochándome-Lo siento Valkyon, él me resulta tan insoportable en estos momento que por más que lo intente no puedo evitar mandarlo al cuerno.

-Lo importante es que lo intentes-suspiró-Sé que él no quiere comportarse de esa forma contigo.

-Pero lo hace-me crucé de brazos.

-Si, bueno. También es como un niño, no puede controlar algunas de sus actitudes.

-Valkyon…

-Trata de no ser tan dura con él Nevae-me interrumpió.

-¿Por qué te interesa tanto?-cuestioné elevando una ceja.

-Yo sé por qué hago las cosas-asintió sonriendo.

-No quiero seguir hablando de Nevra-negué colocando mi mano sobre su hombro-Dime, ¿aceptas mi propuesta?

-Por algo te traje hasta aquí-sonreí abrazándolo emocionada-pero esto no será fácil-rio apartándome lentamente-Soy muy exigente y tú debes prometerme que harás lo que te diga sin rechistar.

-Lo prometo, papi Valkyon-asentí levantando la mano derecha.

-¿Papi?-frunció el ceño-Olvídalo, no quiero saber. Mañana luego del desayuno entrenaras una hora y luego irás a tu guardia.

-No volveré a ese lugar, no te preocupes por el tiempo-reí mirando hacia donde estaban los demás familiares.

-Quizás a ti no te interese, pero yo soy jefe de guardia y debo hacer cosas también-se cruzo de brazos sonriente-Además, debes volver  quieras o no.

-No te prometo nada.

-Bien, debo irme buscar unas cosas-suspiro agitando mi cabello-Sólo para saber, ¿Qué tan buena resistencia tienes?

-¿Ubicas el cinco?-asintió-Bueno para abajo, con un negativo adelante.

-Tengo mucho trabajo que hacer-agacho su cabeza agotado- Nos vemos mañana.

-Es una cita-exclame riéndome mientras le agitaba la mano.

♤Inside      《Nevra/Eldarya》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora