…
Nevae
El último grano de arena cayo hacía un buen rato, pero por alguna razón no me había movido de mi lugar, Krima seguía durmiendo junto a mi y Shaitán no estaba, el cielo ya comenzaba a verse de color turquesa brillante.
Saqué el libro que me había comprado antes de venir para dibujar y me senté junto al cuerpo dormido de Nevra, coloque el cuaderno sobre mi regazo comenzando a dibujarlo. Mis modelos del día anterior habían sido los familiares, pero hoy tenía ganas de dibujar a alguien de verdad y el vampiro tenía buenas facciones.
Comencé dibujando sus ojos y su nariz, marcando sus pestañas y la cicatriz en su ojo izquierdo, me detuve mirando la forma de sus labios, relajados en una línea recta, y luego me dirigí a su mentón, tenía la mandíbula marcada y definida, su cabello caía sobre parte de sus orejas y su cuello, sin cubrir del todo su nuez.
Había colocado ambas manos debajo de su cabeza en forma de almohada, cosa que fue lo más difícil de dibujar pero entre trazos finos para la forma base y luego unos más marcados logré que se viera bien. El resto de su cuerpo me resultó fácil de dibujar, normalmente ponía más atención a los rostros y los hacía detallados, el resto tenia menos detalles y eso lo volvía rápido de dibujar.
Al terminar mi dibujo mire al sujeto y luego a la hoja, solo me faltaban los detalles de luces y sombras, preferí hacerlos con línea como se hacía en los grabados, este método para mi era mas fácil y rápido, además que con la tinta se logran texturas excelentes. Cuando finalmente termine mire mi obra maestra y no pude evitar reírme al pensar en la escena del Titanic y la frase dibújame como a tus chicas francesas, imaginándome al vampiro diciéndolo.
Deje mi cuaderno a un lado marcando la pagina con la pluma para no perderla y me pare para despertarlo, al estar recostado de lado sentí que era la ocasión perfecta para volver a tocar su trasero de nuevo, me coloque a sus espaldas estirando mis manos sujetando ambas nalgas.
Nevra se paro de inmediato sentándose con la mirada adormilada, reí empujándolo y sentándome a su lado.
-¿Podrías dejar de hacer eso?-murmuro con voz ronca.
-No puedo evitarlo, las dejaste libres para mí-alargue sonriente-Además, se que te gusta.
-No es normal despertarse manoseado-negó restregando sus ojos.
Me miró suspirando y yo me quedé unos minutos observando sus ojos, el que solía estar cubierto por el parche simplemente estaba blanco con una cicatriz que cruzaba desde su ceja hasta la mejilla, ni siquiera resultaba incomodo o feo de ver, de alguna forma se veía misterioso e interesante.
-Vaya, tu ojo se ve… lindo-murmure estirando su mano para mover su cabello.
-Había olvidado que me quite el parche-abrió los ojos alarmado tomándolo con rapidez.
-Ey, no hace falta-sonreí-Hablo en serio.
-No me gusta incomodar a las personas con esto-negó.
-Pues que las personas se vayan a la mierda-reí-Creo que se ve genial, en serio. Además, debemos aceptarnos como somos para que el mundo nos acepte. Si niegas tu persona, ¿quién podría quererte en su totalidad?-sonreí-Es como lo que te dije ayer.
-Lo que sucede, Nevae, es que no todos piensan de la misma manera y para evitar charlas o miradas estúpidas prefiero utilizarlo-suspiro colocándoselo-Además, a las chicas les gusta-sonrió de lado.
-Como quieras, de todas formas se ve bien-me encogí de hombros-No es como si lo tuvieses cocido, yo que se.
-Ya es la mañana-miró el cielo-¿Por qué no me hablaste antes?
-Lo olvidaba-reí parándome -Te veías muy cansado así que te dejé dormir un poco más, yo no tengo sueño ya estoy pasada de vuelta.
-Gracias, supongo.
-No hay de qué princesa-palmee su espalda volviendo a la popa con Krima.
El sol poco a poco se colocaba en su punto máximo, yo y mi familiar tomábamos sol relajadas mirando el mar, estas vacaciones eran fantásticas por el momento, aunque pensaba que volver al CG me supondría una agotamiento para el que no estaba preparada aun.
Ni siquiera tenía idea de que íbamos a hacer a esa isla, quizás debíamos hacer obras de caridad o cuidar un par de ancianitos, pero lo cierto era que ni siquiera me interesaba.
Luego de una hora más navegando vimos a lo lejos una montañita y Nevra exclamó que estábamos por llegar, Krima se paro moviendo su cola, coloqué una mano en su lomo sonriendo. Estábamos emocionadas por ver un lugar nuevo.
El vampiro se bajo cuando llegamos al puerto, allí nos esperaban una guardia para escoltarnos, cuando el ataba el bote para bajar me hinque junto a Krima para pedirle que cambie su forma para no asustar a los habitantes.
El puerto estaba repleto de gente, en su mayoría eran tiendas de mercaderes con productos marítimos, la variedad de faerys era la misma que la de Eel, habían un par de elfos y trolls en los puertos, el resto eran criaturas que no podía identificar, muchos parecían totalmente humanos por lo que estaba realmente confundida.
Sujete a Krima en mis brazos esperando a que bajara el jefe de mi guardia, mire a los sujetos que se supone que nos escoltarían, analizándolos de arriba abajo, tenían la piel azulada y un par de cuernos de carnero, sus ojos eran alargados y de facciones finas, incluso sus vestimentas eran de una paleta de colores turquesas, con un aire criaturas marinas.
Nevra se bajo del bote y comenzamos a caminar detrás de los soldados por la cubierta del puerto, comenzamos a atravesar la selva de la isla, entre ellos habían asentamientos de casas pero no eran más de dos o tres por lugar, cada una estaba bastante alejadas de las otras y en su mayoría las casas estaban fundidas con los árboles o sus paredes eran cubiertas por enredaderas y flores.
El camino bajo nuestros pies poco a poco comenzó a llenarse de caracolas, me hinque tomando una como recuerdo, la guarde en mi bolsillo y seguí caminando apresurada para llegar al lado del vampiro.
Frente a nosotros se alzaba una especie de castillo con aire medieval, de cortinas y ventanas en tonos pastel, incluso sus torres con la luz del sol lucían de un color durazno tornasolado, con destellos celestes. Entramos por una puerta de un tamaño colosal, el lugar tenía dos columnas de mármol blanco a unos metros de la entrada, que descendían en tres escalones hacia un piso normal, la sala era de forma ovalada junto a una escalera de caracol que subía al segundo piso.
Los soldados siguieron su camino esquivando la escalera atravesando esa sala, llegamos a otro salón con ventanales a ambos lados, las cortinas estaban atadas permitiendo que pasara toda la luz solar, al fondo había un escritorio con un par de libros ordenados y junto a este, a un par de metros mas adelante una especie de trono pequeño con flores a sus lados y caracolas, sobre este estaba sentada una mujer de cabello largo y de color negro, traía un vestido semi transparente de mangas largas. Nos miro sonriente colocando una mano en su mentón, posando sobre nosotros sus ojos verdes casi transparentes.
-Llegaron-exclamo-Sean bienvenidos a la isla de Dihera-se paro acercándose a Nevra.
Él sacó rápidamente de su bolsillo derecho el pergamino que Miiko nos había entregado antes de partir, la mujer lo tomó entre sus manos leyéndolo con cuidado, lo enrolló nuevamente lanzando una paradita picara al vampiro.
-Bien, los hemos llamado por una creciente muerte de la naturaleza en el lado sur de la isla, enviamos hace unos días a unos guardias para investigar y aun no hemos recibido señales de ellos. Estamos preocupados y no sabemos que hacer.
-Tranquila señorita, estamos aquí para investigar y ayudarles en lo que sea posible-asintió Nevra de forma formal.
-¿Señorita? Llámame Yirena-sonrió-la reina de Dihera.
-Bien, Yirena, si los guardias nos indican nos pondremos a averiguar que sucede enseguida-asintió.
-Oh, no. Han estado dos días navegando para llegar, como mucho descansen unas horas y luego los guiaremos hasta el lugar-negó colocando las manos en su pecho.
Asentimos al mismo tiempo, en ese momento ella poso su mirada en mi sonriendo y caminando hasta mi lugar para sujetar mis manos, cuando vio que sostenía a Krima paro en seco cambiando su sonrisa a una mueca fingiendo felicidad.
-Que bueno ver una cara femenina nueva, será divertido que desayunemos juntas mañana.
-Es un placer, Yirena-sonreí-Aceptare con gusto su invitación.
-Perfecto-miro a los guardias haciéndoles una señal-Llévenlos a sus cuartos-nos miro-Ahora serán mis invitados especiales, ¿de acuerdo?
Ambos asentimos y nos marchamos junto a los sujetos del inicio, subimos las escaleras llegando a un enorme pasillo lleno de puertas como en el CG. De un momento a otro comencé a balancear mis piernas tambaleándome de un lado a otro mientras caminábamos, los guardias nos dejaron en dos habitaciones continuas marchándose.
Baje a Krima juntando mis rodillas nerviosa, Nevra freno antes de entrar a su cuarto y se apoyo junto a mi en el marco de la puerta.
-¿Qué te pasa? ¿Estás bien?-dijo preocupado tocando mi hombro.
-Me estoy-respire hondo intentando erguirme-haciendo pipi.
-Pensé que era algo importante-negó enderezándose.
-Lo es-lo mire alarmada-si no consigo un baño pronto aquí ocurrirá una tragedia.
Nevra abrió los ojos y de inmediato me cargó en sus brazos corriendo hasta la puerta junto a su cuarto al final del pasillo, me empujo al baño y cerro la puerta de un azotón.
-¿Sabes que no era necesario que me cargaras? Con que me dijeras donde estaba hubiera sido suficiente-exclame riéndome desde el baño.
-No puedo permitir que nos hagas pasar vergüenza en un pueblo vecino-respondió detrás de la puerta.
-Que exagerado-negué.
Salí del baño y me tiré en la cama junto a Krima en su forma original, ni siquiera le había prestado atención al lugar, simplemente me tire a dormir totalmente agotada.
Cuando desperté nuevamente era de noche, abrí la puerta de mi habitación y fui a la continua para buscar a Nevra, al no encontrarlo decidí bajar a la sala, me tope con una chica de cabello plateado que caminaba con una bandeja y la pare colocando una mano en su hombro.
-Disculpe, ¿ha visto a el chico que venía conmigo? -frunció su ceño-Un sujeto con pelo negro y un parche que se la pasa haciéndose el galán con todas.
-Está en la biblioteca-asintió sonrojada-Por la estancia donde esta el trono a la derecha, una puerta color crema.
Asentí volviendo a caminar hasta donde eme dijo, abrí la puerta de la biblioteca encontrándome dos paredes con estantes de libros que daban hacia el techo, Nevra estaba sentado bajo una lámpara en una esquina leyendo un libro de cubierta café.
-¿Por qué no me hablaste para almorzar? -pregunte sentándome a su lado.
-Estabas muy cansada-respondió sin quitar la vista del libro.
-Ahora muero de hambre-suspiré.
-Nevae, deja de quejarte-me miro al fin.
-¿Almorzaste con la reina a solas?-lo codee sonriéndole de lado.
-Si.
-Ella ya te quiere hincar el diente, estoy segura-sonreí-Ahora falta que tu le eches el ojo.
-No hace falta. Estamos aquí por una misión, luego de cumplirla veré si hago algo o no.
-¿Desde cuando eres tan centrado?
-La misión es lo primero-me miró colocando su mano en mi mentón y dejando el libro a un lado-Luego veré si tengo tiempo de hincar el diente, como tu dices.
-Al menos estoy feliz de que no siempre pienses en mujeres-reí.
-No soy tan superficial-negó apartándose.
-Bueno, siempre aparentas ser algo superficial-me encogí de hombros.
Una de las sirvientas apareció en la puerta golpeando despacio, ambos la miramos al instante y ella nos dijo que la cena estaba servida, nos llevaron a el salón comedor, ambos nos sentamos a cada lado de la mesa dejando la silla de cabecera vacía para Yirena.
-Hay algo que me tiene molesta-inicié. Él me miro esperando que continuara sirviéndose un poco de vino en su copa-¿Por qué diablos soy tan mala en tu guardia?
Nevra rio levemente estirándose para servirme a mi también.
-No tengo explicaciones para eso, o eres o no eres.
-Pero te juro que lo intento y nada me sale bien-suspire.
-Quizás estas echa para convivir con Ezarel-enarco una ceja.
-Ni loca-me apresure a decir-Cuando decía que lo terminaría matando hablaba en serio.
-Eres tan dramática-negó riendo.
-Veo que la charla animada comenzó sin mi-dijo Yirena entrando por la puerta-Se ve que se llevan bien, ¿desde hace cuanto que se conocen? Hacen una linda pareja.
-No, por el Oráculo-negué colocando una mano en mi pecho mientras ella se sentaba.
-Oye, no me ofendas-me señaló el vampiro.
-¿Se supone que son…?
-Amigos-acote rápidamente.
-Nevae es la nueva recluta del CG y esta en mi guardia-resumió él.
-¿Nevae?-me miró-Hasta sus nombres son parecidos-rio alzando un poco sus manos.
-Ella esta enamorada de uno de mis amigos.
-¿Cómo puedes rechazar a este hombre?-preguntó ella señalando al vampiro que hacía cara de herido.
-Somos amigos-sonreí.
-Sólo se hace la difícil-murmuró Nevra.
-En fin, Nevra, ¿cómo están las cosas en Eel?-ella entrelazo sus manos apoyando sus codos.
-Bastante bien, estamos reconstruyendo unos refugios nuevos y la guardia crece cada vez más-asintió bebiendo de su copa-La mía siempre está entre las mejores.
-Teniéndote de jefe no me imagino cómo no seria posible-asintió-La mayoría de las chicas quisieran reclutarse en la tuya.
La cena prosiguió con la reina haciéndole comentarios cada dos minutos a mi jefe sobre su belleza o lo bueno que era en su trabajo, cuando mucho yo podía acotar dos o tres palabra y luego volvían a ignorarme estrepitosamente. A Nevra le gustaba recibir atención, más si era de parte de una mujer hermosa como era Yirena, pero dadas las circunstancias decidí comer en silencio escuchándolos charlar.
Después de todo yo no moriría por un poco de atención.
Cuando terminamos de cenar me disculpe con ambos y fui a mi cuarto, tenía tantas ganas de utilizar la tina que tenían que prepare mis cosas con rapidez entrando antes que cualquiera me ganara. Llene la bañera con agua súper caliente pero antes de entrar en ella comencé a revisar las gavetas debajo de la pileta para buscar algunas sales de baños, encontré dos frascos, uno amarillo y otro violeta, el primero eran sales olor a limón y el segundo lavanda. Vertí una gran cantidad y cuando volví la mirada para dejarlo en su lugar vi uno de esos líquidos que hacían es puma.
Ni siquiera lo pensé dos veces y le eche, en mi casa no teníamos una bañera y solo podía hacer estas cosas cuando íbamos de viaje a otro lugar.
Me sumergí lentamente dejando los brazos afuera del agua, me estire hasta la orilla donde había colocado los cigarros y me encendí uno recostándome contra la pared. Luego de unos minutos en los que ya me había terminado de remojar como a una sardina, oí los pasos torpes y un conjunto de dos risillas cómplices, luego la puerta de junto azotarse.
Me mire en el espejo riéndome levemente, sabía que lo haría, es tan predecible, por eso principalmente los deje solos, además de que la brisa salada había dejado mi cabello echo trizas.
Salí del baño con una toalla envuelta en mi cuerpo mientras batía un poco mi cabello para que cayera el exceso, al entrar a mi cuarto oí los estruendosos y nada discretos gemidos de la reina en la habitación continua.
Decidí vestirme con rapidez y baje con Krima a la biblioteca, había dormido todo el día y por mas que lo intentara estoy segura que esos ruidos no me dejarían dormir.
Encendí la lámpara que estaba sobre el sofá debajo de la ventana y comencé a buscar algún libro que no estuviera en un idioma desconocido, entre todas esas portadas encontré al Retrato de Dorian Gray, el libro favorito de mi madre. Sonriente lo tome entre mis manos y me senté bajo una mezcla de la luz de la luna y la lámpara.
En algún momento de la madrugada me quedé dormida con las rodillas flexionadas, el libro entre ellas y Krima a mi lado.
Una mano me balanceó insistente, abrí los ojos encajando un puño a quien estaba frente a mi, para mi sorpresa le había pegado a mi jefe y no a mi primo como solía ser.
-¿Qué te pasa? ¿Por qué me golpeas?-exclamó colocando una mano en su mejilla.
-Me asustaste-respondí con voz ronca enderezándome.
-Tampoco tenías que golpearme así.
-Y tú no tenias que despertarme así.
-Estamos a mano-asintió bajando su mano-Te fui a buscar a tu cuarto pero no estabas. ¿Por qué dormiste aquí?
-¿Acaso hace falta que te responda?-eleve ambas cejas mirándolo con molestia.
-No seas tan exagerada-negó evitando hacer contacto visual conmigo.
-Exageración mis nalgas-cerré el libro dejándolo a un lado-Cuando salí de ducharme mi habitación era una sinfonía porno-me pare colocando las manos en mis caderas.
-Eso lo dices porque estas celosa-sonrió de lado.
-Lo digo porque no pude dormir en una cama-me cruce de brazos-Como sea, de todas formas sabía que no podrías resistirte tanto tiempo, esa mujer es hermosa y tu eres tan débil como un adolescente-reí pasando a su lado.
-Yo si puedo resistirme a veces-estiro su mano sujetándome del brazo-No siempre soy tan débil, en este momento soy tan fuerte como para no besarte.
Enarqué una ceja intentando disimular mi sonrojo y lo sorprendida que estaba ante aquella frase.
-Además, sabes que si lo haces te ganaras otro puñetazo-sonreí quitándome de su agarre-y esta vez no fallaré en mi puntería.
Camine hasta la puerta ignorándolo por completo, aquello en verdad me había sorprendido y estaba segura que sólo lo hacía para que yo bajara la guardia.
-¿A dónde vas?-pregunto a mis espaldas.
-Yo tengo una invitación a desayunar con Yirena, tú ya te la desayunaste-sonreí mirándolo sobre mi hombro-Así que ¿Por qué no mejor vas a jugar al investigador y luego me vienes a buscar?
Salí sin dejarlo responderme, no estaba enfadada por no dormir en mi cuarto, solo estaba enfadada por cómo me había despertado, odio que me levanten de mala manera, eso sólo logra que me ponga de mal humor.
Llegue a la sala donde ayer habíamos cenado y la reina ya estaba esperándome sentada, lucía aun mas radiante que la noche anterior, supongo que es el poder de una buena noche, si es que se entiende lo que quiero decir.
-Nevae, que bueno que llegas-sonrió cuando tomaba asiento a su lado-Pensé que habías olvidado mi invitación de ayer.
-Jamás la dejaría comiendo sola-sonreí arrimando mi silla a la mesa.
-Trátame de tu-me guiñó un ojo.
-Esta bien.
-Cuéntame, ¿cómo te va con los entrenamientos? Nevra es un excelente jefe de guardia, seguro que te ayuda mucho a integrarte-se inclino levemente hacia mi.
-La verdad es que yo soy demasiado mala en los entrenamientos y él no me ayuda, lo hace su hermana.
-Pero de todas formas se ve que se tienen mucha confianza.
-Yo suelo ser muy confianzuda con la gente, a penas llegue ya comencé a almorzar con él y los demás jefes de Guardia. Los chicos son muy agradables-sonreí pinchando un trocito de fresa que tenía en el cuenco frente a mi.
-Sin duda, he oído maravillas de ellos, de la guardia de Eel en general-sonrió-Debe ser un honor estar allí y más en la mejor guardia de todas.
-Digamos que sí-torcí mi boca.
Ya sabía a qué venía todo esto.
-¿Y tu jefe tiene novia?-se apoyo en su codo derecho mirándome atenta.
-No, Nevra es un alma libre-reí-Según su hermana no tiene a nadie en especial.
-¿Cómo se comporta cuando le atrae alguien?
Mire mi cuenco casi vacío, incómoda tome el vaso de jugo frente a mi tomando un largo trago para poder marcharme rápidamente.
-No lo sé Yirena, hace solo cinco días que he llegado-sonreí-por eso quiero hacer esta misión bien.
Asintió, mire por la ventana fingiendo prisa y me paré.
-Hablando de eso, debo ir a ayudar a mi jefe. Ha sido un placer desayunar contigo-sonreí juntando la silla-Ya me voy. Que tengas linda mañana.
Sin dejarla responderme salí hasta la puerta, allí se encontraban dos guardias custodiando la puerta, me acerque y les pregunté por Nevra, ellos me señalaron un camino que se adentraba en la selva y junto a Krima comenzamos a caminar sin dirección.
Llegados los diez minutos perdidas me agache para quedar a la altura de ella y le pedí que intentara localizarlo, la perra comenzó a correr hacia la derecha y yo la seguí como pude. A lo lejos vi la silueta del vampiro apresurando mi paso para llegar junto a él.
-Que bueno que te encuentro-suspire llegando a su lado.
-Pensé que desayunarías con Yirena-enarcó una ceja.
-Prácticamente me atraganté con la comida para poder alcanzarte-respire hondo apoyándome en la corteza de un árbol.
-¿Y eso por qué?-rio confundido.
-¿Estas bromeando?-lo mire-Desde anoche que no para de lamerte las patas y esta mañana me atacó con preguntas sobre ti-exclamé alzando los brazos-Pensé que si no te encontraba me internaría en este lugar hasta el anochecer sólo para no tener que volver a hablar con ella.
-No seas tan exagerada-negó volviendo a caminar.
-No exagero-me puse delante de él-Si hubieses esperado hasta una noche antes de irnos al menos no tendría que lidiar con la presión de evitarla.
-No puedo evitar los efectos que causo en las mujeres-sonrió coqueto.
-Para la próxima contén tus “necesidades” hasta que nos vayamos-bufe volviendo a caminar-Mejor, directamente no intentes nada la próxima vez.
-Me resultan tan adorables tus celos-alargó caminando detrás de mi.
-Que no son celos, carajo-exclamé despeinándome-Intento cuidar mi salud mental.
-Como digas, preciosa-rio por lo bajo.
-Te dije que esa palabra ahora sonaba vulgar-gruñí sin mirarlo.
-Nevae, admite de una vez que te atraigo-exclamó detrás de mi.
Ignoré lo que decía y me agaché hasta quedar a la altura de Krima, ella balanceo su cola ansiosa.
-¿Vamos a jugar?-soltó un ladrido emocionada-Vamos.
Ambas comenzamos a correr dejándolo atrás, llegado un momento tome una vara del suelo y la balancee de un lado al otro mientras ella me la intentaba quitar pegando saltitos, cuando me aburrí de eso volvimos a correr un poco más adelante como jugando a la pilladita, ella trataba de alcanzarme y yo la esquivaba escondiéndome detrás de los árboles.
De un momento a otro la vegetación desapareció, el suelo verde bajo nuestros pies ahora era seco y gris, Krima se paró en seco a mi lado y ambas esperamos al vampiro.
-Pareces una niña pequeña-negó llegando a mi lado.
-Este es el lugar. Mira-señale.
Los troncos de los árboles estaban negros, como si hubiesen sido quemados, no habían hojas y el suelo era árido, como si nunca hubiese caído una gota de agua por allí. Todo lo muerto estaba en una perfecta línea que lo dividía de lo que estaba verde y fresco, voltee a mirar a Nevra para saber qué hacer y él soltó un suspiro agotado.
-Esta anocheciendo, deberemos acampar-se descolgó la mochila que llevaba en su hombro.
-¿Estas loco? En este lugar-señalé nuestro alrededor.
-Estamos muy lejos del castillo, para cuando lleguemos habrá amanecido nuevamente-señaló-Tranquila traje lo necesario para quedarnos aquí, también les avise a los guardias.
-Para que tu noviecita no se preocupe-rodé los ojos sentándome sobre un tronco en el suelo.
-Solo me das mas motivos para que piense que estas celosa-rio agachándose con la mochila.
-Cállate de una vez y dame algo para comer, me estoy muriendo.
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♤Inside 《Nevra/Eldarya》
FanfictionEn la mayoría de historias de fantasía vemos un héroe, quien es el encargado de restaurar todo y ayudarle a todo el mundo. Yo llegué a este lugar por un capricho y tuve que quedarme por la simplesa que éste comprende. Me encariñé con muchas personas...