♤Inside 《Nevra/Eldarya》

XV. NADA DE TÍ.

Nevae.

¿Por qué tenía ese afán por intentar hacerse el galán todo el tiempo? Solo quería cambiarme de guardia y él tomaba todo en broma.

Ahora estaba aun más molesta que antes, apreté los labios frunciendo el ceño, Nevra se aparto un poco confundido lo que aproveché para empujarlo del todo, respiré hondo y me dirigí a la puerta.

-No me ayudes, está bien-dije frenándome con la mano en el pomo-Lo haré por mi cuenta, y tienes suerte de ser mi jefe aun, porque sino te hubiese pateado hasta que te sangraras. Imbécil-escupí con ira marchándome.

Ni siquiera lo deje que me respondiera, estaba harta ya de tener que intentar hacerle entender las cosas como si fuese un niño, yo sabía que debía ir a la Absenta y el estúpido estaba encaprichado con no dejarme cambiar.

Si él no quiere tendré que hablar con Kero, esperaba que no se molestara por intentar cambiarme de nuevo, pero si eso no funcionaba deberé ser peor en la Guardia Sombra, así no tendría excusas y me cambiarían de inmediato.

Crucé el pasillo decidida en ir a la biblioteca, a partir de mañana estaría tan ocupada que si recuerdo hablar con el unicornio seria un milagro.

Llegando a la entrada principal del CG una vampiresa me interceptó emocionada jalándome el brazo, la miré sonriente y la abracé contra mi pecho.

-Que bueno que llegaste, te necesite mucho durante los almuerzos-me miro apartándose.

-Yo también te extrañé, esa reina esta loca-reí apretando sus manos.

-Oh, si. Nev ya me dijo que esa mujer tenía una personalidad absorbente-dijo colocando un mechón detrás de su oreja-¿Estas ocupada ahora? Allie y yo íbamos a tomar algo en la cantina y ya que estas aquí sería bueno que vengas con nosotras.

Miré la puerta de la biblioteca dudando unos minutos, pero qué interesa, podría esperar.

-De hecho iba a ver qué hacer-sonreí volviendo a mirarla-Vamos, suena a un buen plan.

Karenn enganchó su brazo con el mío arrastrándome derecho hacia la cantina, entre todas las mesas estaba esperándonos a lo lejos Alajea y Chrome, ella se sentó junto al lobo obligándolo a moverse un poco más para que yo arrastrara una silla con ellos.

-¿Qué tal su misión, Nevae?-preguntó Alajea cruzándose de brazos sobre la mesa.

-Fue agotadora-reí apoyando mis codos-Tuvimos que dormir en la selva dos días.

-Eso no es nada-rio Karenn- Cuéntanos ¿qué era lo que sucedía en Dihera?

-La isla estaba siendo envenenada.

-¿Cómo es eso posible?-dijo Alajea sorprendida.

-Al parecer una dríada había perdido la cabeza y estaba matando todo alrededor, alimentándose de la gente.

-Por el Oráculo-dijo Chrome asombrado-suena horrible. ¿Qué hicieron con ella?

-La maté-los tres me miraron consternados y me di cuenta que lo que había dicho había sido muy crudo-Cuando me estaba asfixiando con sus raíces sentí la voz del Oráculo y de inmediato la copa del árbol comenzó a prenderse fuego.

-¿El Oráculo te ayudó?-Karenn abrió la boca sorprendida-Sorprendente.

-Ciertamente-asintió Alajea-Entonces eres como famosa en estos momentos.

-Ni que fuera para tanto, quizás solo me quiso ayudar-omití el detalle del fragmento por si es que luego tenía problemas con la Guardiana del cristal.

-Bien, yo invito las bebidas para celebrar tu regreso-sonrió Chrome parándose.

-Sigue en pie la oferta de adoptarte-reí guiñándole un ojo.

-No lo soportarías ni dos días-oí la voz de Nevra caminando a mis espaldas.

-¿Y a ti quién te invitó a la conversación?-lo mire sobre mi hombro.

-Yo me invito cuando quiero-respondió sentándose en la silla vacía de Chrome.

-Agh, si este sujeto se queda mejor me marcho-señalé mirando a su hermana.

-Nev, queríamos hablar con Nevae-lo codeó-No la molestes.

-¿Echarás a tu propio hermano? Que desagradecida-la miró fingiendo estar ofendido.

-Pueden convivir los dos-sonrió Alajea colocando una mano sobre mi antebrazo.

-Si, Nevae, podemos convivir los dos-me miro sonriendo cínicamente.

-Cierra el hocico, ya te dije que no quiero nada de tu parte-lo señalé apoyándome en el respaldo de mi silla.

-Cuanta agresividad, preciosa-abrió los ojos sonriente.

-¿Aún no le has pedido perdón?-Karenn lo volteo a ver molesta-¿Acaso no me escuchas nunca?

-Si, ya hablamos, pero tu hermano es un caprichoso-gruñí cruzándome de brazos.

-Nevae es una niña caprichosa que cuando no le doy las cosas que quiere se molesta-rio colocando un brazo sobre los hombros de Alajea.

-Eres un vampiro idiota que no mira más allá de si mismo.

-Basta de halagos, linda-carcajeo mirándome de reojo.

-¿Qué fue lo que le pediste?-preguntó Karenn mirándome curiosa.

-Lo mismo que me piden todas, pero como no quise besarla se enojó conmigo-sonrió volviendo a su lugar.

-Suficiente, te partiré la cara-exclamé golpeando la mesa con la palma de la mano.

-¿Por qué tantos gritos?-preguntó Valkyon llegando hasta nosotros.

-Querido, ¿puedes llevarte a tu amigo el tuerto a otra parte?-sonreí estirando las manos para agarrarlo del brazo.

-¿Las está molestando?-preguntó mirándonos a las tres.

-¿Qué haces en mi silla?-dijo Chrome llegando a nuestra mesa con una bandeja con las bebidas.

-Si Valkyon, llévatelo-contesté mirando al grandulón-Chrome, mi cielito puedes sentarte en cuanto se marche la peste.

-Nevae, no seas tan cruel con Nev-dijo Karenn torciendo la boca.

-Vámonos amigo, no es digno que te quedes donde no te quieren-dijo Valkyon jalando del brazo al vampiro.

-Luego vendrás llorando para que te preste atención-exclamó Nevra marchándose.

Chrome tomó asiento dejando la bandeja en el centro de la mesa, cada una tomó la suya y al instante los tres me miraron curiosos, me reacomodé en mi silla dejando nuevamente el vaso en la mesa suspirando. Me obligué a relajar mi ceño que se mantenía fruncido en el centro haciéndome doler levemente la frente.

-¿Qué fue todo eso?-preguntó el lobo.

-Si, Nevae, ¿qué sucedió entre ustedes dos?-siguió Karenn.

-¿Por qué Karenn mencionó algo de que él te pidiera perdón?

-Ush, esta bien-cerré los ojos frotando mis sienes agotada-Para responder a tu pregunta Alajea, estando en la selva sin querer empujé su brazo lo que ocasionó que arruinara una poción localizadora de magia, él se enojó conmigo y me dijo que era una irresponsable e inmadura. Entonces yo me enojé con él y nos separamos en medio de la nada.

-Nevra es un cretino-acoto Chrome bebiendo un sorbo.

-Ni me lo digas-reí.

-Pero si hablaron, ¿por qué siguen así? ¿En verdad te molestaste porque no te quiso besar?-pregunto Alajea.

-No, mierda-fruncí el ceño-Al terminar de hablar le pedí que me ayudara para cambiarme de guardia…

-¿Qué? ¿Me vas a abandonar?-interrumpió Karenn.

-Tu siempre me ayudas para que tome el ritmo, pero-sonreí tomando su mano-Seamos sinceras, soy pésima en la Guardia Sombra.

-Solo un poquito-negó-Puedes mejorar.

-Tranquila, que de todas formas no quiere y por eso me enoje con él-suspiré apoyándome en el respaldar.
-¿Te dijo por qué?-preguntó Alajea.

-No, se puso a hacerse el galán y me enfurecí. No me importa lo que quiera, yo me cambiaré de guardia de todas formas-me encogí de hombros.

-Quizás él ve el potencial en ti-inquirirá Karenn.

-Si, claro. Sabes lo exigente que es el cretino de tu hermano, a penas ve a alguien flojo lo releva de sus actividades-dijo Chrome mirándola de reojo-Estoy de acuerdo con Nevae, es un capricho.

-Por otro lado, es verdad-asintió la vampiresa-Es muy raro que no quiera expulsarte.

-Nevra es un maldito caprichoso que se la ha metido en la cabeza molestarme solo porque le dije que es un inútil-resumí-No se hagan la cabeza, ya mañana lo solucionaré todo.

-Yo lo conozco y sé que algo debe haber en su cabeza para que no quiera que te cambies.

-Pero eso lo averiguas tú, luego Karenn-interrumpió Alajea-¿A qué guardia te quieres cambiar? ¿Obsidiana?

-¿Estás loca? Me matarán en dos segundos-reí dándole un trago a mi vaso-Sin embargo, estaría más cerca de mi futuro esposo. Pero no, suena tentador, pero me cambiaré a Absenta, mi guardia original.

-Estaremos juntas-sonrió Alajea aplaudiendo lentamente.

-Si, pero yo seré de los iniciales.

-No importa, te ayudaré a ponerte al corriente-me guiñó un ojo.

-Gracias.

Estuvimos dos horas sentados hablando de las cosas que me había perdido y yo les conté lo pesada que era Yirena y todos concordamos en que en efecto yo tenía razón.

Llegada la hora de la cena seguimos en nuestro lugar, al rato de estar charlando vi a los tres jefes de guardia pasar para comer, Valkyon y Nevra nos miraron unos momentos curiosos.

Al tiempo decidimos marcharnos, cuando caminaba por el pasillo dirigiéndome a mi habitación vi a Valkyon a lo lejos por lo que decidí alcanzarlo para pedirle una cosa, algo que había rondado por mi mente desde que salimos de la isla.

-Valkyon-lo llamé a solo dos pasos de él para que no siguiera caminando.

-Oh, Nevae-sonrió volteándose.

-Si, desgraciadamente-suspire apoyándome en la pared para recobrar fuerzas.

-¿Qué sucede?

-Necesito pedirte un favor-sonreí-Quiero que me ayudes a entrenarme, sé que no se hace esto fuera de la guardia y que debería de pedírselo a mi jefe pero supongo que el vampiro inservible te ha dicho lo que sucedió-asintió incómodo.

-Si, ya me contó-rascó su nuca-No sé si pueda entrenarte personalmente, no esta permitido.

-Por favor-alargué juntando mis manos sobre mi pecho.

-Deberías arreglarte con Nevra y pedírselo, después de todo sigue siendo tu jefe.

-No por mucho tiempo-hice puchero cruzándome de brazos.

-No me corresponde a mi entrenarte, lo sabes-se cruzo de brazos.

-Pero eres la persona más apta que se me ocurrió-abrí los ojos-No le voy a pedir al elfo, ¿qué hará? ¿Me enseñará a lanzarle pétalos de flores a mis enemigos?

-Bueno-Valkyon lanzó una risotada inclinando hacia atrás su cabeza-¿Por qué quieres que te enseñe?

-Esa maldita dríada casi me mata-achine los ojos mirando hacia otra parte-Si no hubiese sido por el Oráculo hubiese muerto.

-Lo pensaré, ¿te parece bien? Cuando tenga una respuesta te buscaré y te la diré.

Sonreí abriendo los ojos como si fuese el estúpido gato de Cheshire, me abalance sobre su cuello parándome de puntillas y estrechándolo contra mi.

-Eres el mejor-chille besando su mejilla.

-Si, Emmm… gracias-asintió apartándose sonrojado-Sobre Nevra…

-No.

-Aun no te dije nada-dijo riéndose.

-Sé lo que me dirás, que intente arreglar las cosas, pero no lo haré-me cruce de brazos volviendo a mi lugar-Él es un estúpido vampiro caprichoso.

-Pero sus razones debe de tener-enarco una ceja mirándome de costado.

-¿Ah, si? Pues no me las dijo y eso es lo que me molesta más que todo-me encogí de hombros.

-Él es raro…

-Es un imbécil, Valkyon, no raro-lo interrumpí.

-Bueno, es un imbécil, pero nunca hace algo porque si-reí ante su frase.

-Me cambiaré de guardia, prefiero soportar a Ezarel que a él.

-Nevae, dale tiempo para que pueda darte sus razones-dijo colocando una mano sobre mi hombro de forma comprensiva.

-Ush, ¿por qué tienes que ser tan lindo? Me ablandas el corazón, así no se puede-me quejé mirándolo-Esta bien, le daré el tiempo que me tome convencer a Miiko para cambiarme.

-De acuerdo-sonrió agitando mi cabello con una mano-Descansa, pequeña.

-Adiós, Valkyon-sonreí volviendo hacia mi habitación.

Caminaba por los pasillos de regreso a mi cuarto, estando a unas puertas de distancia vi la silueta apresurada del vampiro que intentaba acercarse a mí y le resté importancia caminando, cuando llegó a mi lado me jalo del brazo para que lo mirara y sonrió apoyando su antebrazo en la pared.

-¿Sigues molesta porque no te quise besar?

-Lo siento, Valkyon-murmuré mirando hacia arriba-No, estúpido, estoy molesta porque no puedes tomarte nada en serio-lo empujé abriendo la puerta.

Nevra colocó su pie en la ranura evitando que la cerrara del todo, la empujó un poco y me miró sonriente.

-Nevae, te prometo que tendrás otra oportunidad de tocar estos labios-dijo estirando su boca.

-Nevra, tus promesas son tan vacías como tú-sonreí empujando su cara tan fuerte como pude y azotando la puerta en su cara-Si vuelves a intentar entrar en mi cuarto te partiré la cara.

Oí su risa del otro lado de la puerta y luego se fue, me gire en dirección a Krima que ya dormía tranquila en la cama, me desvestí por completo para poder apreciar la marca en mi espalda y ahí estaba otra vez, todo el día de hoy había intentado no pensar en ello pero volvía a mi cabeza como un martirio constante.

Mañana buscaré más sobre la profecía.