Capítulo XXVII.

174 24 3
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Siempre pensé que las cosas suceden por algo sin importar la razón, tampoco es que me paso la vida preguntando el porqué de todo como una filósofa ya que me encanta vivir el momento evitando buscar una respuesta que muchas veces no me interesa. Pero en ésta ocasión, me gustaría saber cómo mierda mi mejor amiga muerta, o mejor dicho resucitada de los confines del más allá, se encuentra sentada frente a mí con una sonrisa en su rostro; «y no quiero imaginar como estará el mío». Quizás debe estar desfigurado con los ojos más grandes que un cráter y habré envejecido mil millones de años en cinco segundos, porque de verdad... ¿Qué puedo decir? No tengo palabras.

Sin embargo, puedo fiarme de las expresiones corporales y faciales que están impregnadas en mi familia para darme una idea del asunto: mi padre está pálido calculando cada movimiento que realiza Sky porque se nota que desconfía de ella, Ian y Caín están mirándose entre sí a punto de desmayarse; con la espalda recta y tensa, mi madre está ayudando a Chloe produciendo aire con un papel porque parece que está por dar a luz. Este tipo de noticias no le hacen bien al bebé, a nadie en realidad.

Después está Nicolas, sosteniendo la mano de su novia con el ceño fruncido, mientras mis suegros también observan la situación muy incómodos y con ganas de desaparecer del lugar con un chasquido de dedos. Aaron, al igual que su mejor amigo realiza la misma acción, con la diferencia que está tomando mi mano con fuerza simulando darme ánimos, pero sé muy bien que es una manera de quitar el estrés. Y por último tenemos a Elías y a mi gemelo: el primero del dúo mira a su amiga con la boca abierta, sabiendo de mi parte que está esperando que le dé una respuesta a la locura que estamos viendo; y mi Thomas parece el más contento, ido de lo que pasa por nuestras mentes sin quitar su sonrisa y mirada radiante de la resucitada de la noche.

Ustedes estarán preguntándose cómo pasó esto y porqué no me siento feliz de ver a Sky en carne y huesos después de un mes. No les mentiré, no me siento feliz: me siento confundida y al borde de las lágrimas por la situación. No logro encontrar lógica a todo esto.

No entiendo cómo pudo aparecer mi amiga muerta en la puerta de mi casa. No entiendo porqué mi hermano presenta satisfacción pura en su rostro en vez de mostrar, aunque sea, un poco de confusión; tampoco entendiendo la actitud de mi madre por estar a la defensiva cuando le pregunté a solas, en la cocina, qué probabilidad hay que una persona pueda resucitar "milagrosamente" luego de un mes al ser mordida. No hubo respuesta salir de su boca.

Y eso, amigos míos, duplicó mi confusión. 

—¿Por qué todos me miran así?

Oír la voz melosa de Sky me dio escalofríos y terror. Toda mi vida me alegré de escuchar su risa contagiosa, hasta sus gritos que casi me hacen sangrar las orejas; pero ésta vez, su voz me causó pavor.

¿Entienden que hace un mes no escucho esa melodía y de la nada se palpa en mis oídos, no?

—¿Mirarte cómo? —pregunta Ian caminando para ponerse detrás de Chloe y sentir el aire correr por su rostro pálido, pero no es suficiente, entonces con mi dedo índice lancé una breve brisa que lo hizo temblar.

Recuerdos Encontrados ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora