2. Rumores de Greek Gods

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Faith:

—¿Cómo me veo?.—Le pregunto a mi hermano.

Keegan sigue mirando su móvil. ¿Por qué esta tan enojado?

—¡Keegan!

—¿Qué quieres, Faith?

—Mírame.

Los ojos de mi hermano finalmente dejan el móvil y pone sus ojos sobre mí, me arrepiento enseguida al ver sus cejas juntas.

—¿Por qué llevas corbata y esa blusa?.—Keegan pasa la mirada por mi cuerpo, odiándome.—¿Y una falda..? ¡Esta hasta arriba de los muslos!

—Keegan...

—Querías mi opinión ¿No? Además.. vas a trabajar con el enemigo y se te ocurre preguntarme como te ves.

—¿El enemigo? .—Lo señalo.—¿Si te das cuenta que ellas son chicas y ustedes chicos, no?

—¿Y que con eso?

Realmente es idiota.

—Que no tienen por qué perder clientes. ¿A quién perderías?

—A Lesbianas sí.

—¿Sabes qué? Hay tanto errores en esa frase que no me tomare el tiempo de responder.

—Las bisexuales.—Se corrige Keegan.—Como sea, de alguna forma nos quitaran clientas.

—Si tanto tú y los chicos tienen miedo, entonces mejoren sus coreografías y las presentaciones.—Le aconsejo.—Y ahora...

Paso las manos por mi cuerpo arreglando mi ropa.

—Olvidare que vi eso.—Keegan suspira.—¿Por qué necesitan usar un uniforme?

—Políticas de Rosie Sidwell.

—¿Quien?

—La dueña del lugar .—Aclaro.—Y mi jefa.

—Debería demandarla por obligarte a usar eso.

—Piensas que The Angeles les quitara la clientela y aun así te preocupa demandarla.—Digo con burla.—¿Quién es loco ahora?

—Sigues siendo tú, hermanita.

Niego, el regresa su mirada al móvil.

—Necesito preguntarte algo.

¿Ah?

—Harley... ¿Qué pasa con ella y ese tal enfermero?.—Y ya salió, ahora que le digo, joder.—Ella y el.. ¿Acaso están saliendo? Si están saliendo...

—Solo fue un café, paranoico.

Mierda.

—¿Qué? y lo sabias y no me has dicho.

—Si no te dije nada es porque ella me lo pidió, porque al igual que yo sabe lo paranoico que eres.—Suelto un suspiro.—Además ella es mi amiga.

—Y yo tu hermano.

—Keegan...

—¿Por qué? ¿Por qué está saliendo con él?

—No están saliendo, él le dijo que se veía bonita y le invito un café, ella acepto. Esa no es una cita.

—¿Por qué debe decirle a mi mujer que se ve bonita?

—Ella ya no es tu mujer, Keegan.—Lamento haberlo dicho tras ver la reacción de mi hermano.

Dejo escapar un suspiro y me acerco a él.

—Escucha, Keegan.. ¿Por qué no..?

—¿No qué?

Greek Gods: El Deseo de HermesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora