Descendientes - Perdido en el bosque encantado

37 3 1
                                    

-EL VALOR XVI-



— cruzaremos la orilla del bosque encantado y luego llegaremos al desierto rojo, de esa manera llegaremos más rápido a Salazen Grum y posteriormente al castillo Crims —indique con orgullo.

Me tomó toda mi infancia aprenderme todo sobre el país de las Maravillas y pronto también podría enseñarle a Ryan, poco a poco, disimuladamente y así poder introducirlo en el país de las Maravillas.

Soy un genio.

Miré a Ryan una vez que me percaté de que no había dicho palabra alguna.

Pero, él no estaba a mi lado. Fruncí mi ceño ¿Todo este tiempo estuve hablando solo?

— ¿RYAN? —hacía algunos instantes que habíamos entrado al bosque encantado, pensé que Ryan iba a mi lado.

Pero no tenía respuesta.

— ¿Sabes a donde fue, Terrence? —cuestione mirando a todos lados.

— mientras usted hablaba, su alteza, el príncipe Ryan se desvió hace unos tres hongos gigantes atrás —

— ¿Tres hongos? —

¿Cómo no me di cuenta?

— ¿por qué no avisaste antes? —masculle con desdén haciendo que Terrence girara para ir en busca de Ryan, si lo perdía mi madre me mataría.

Trague fuerte a medida que Terrence apresuraba su paso e iba por donde alguna vez Ryan fue.

Y a medida que me adentraba entre los hongos gigantes, el humo se iba haciendo más y más claro.

Eso era una señal de que Absolem estaba cerca.

Hice que Terrence se detuviera— será mejor seguir a pie, con este humo no se sabe a quién podríamos lastimar —masculle con recelo.

— ¿Quiere que me quede aquí? —regrese mi vista a Terrence y sonreí de lado— sabía que entenderías —cabía decir que a Absolem no le agradaba en lo absoluto los caballos.

Así que dejé a Terrence amarrado a un enorme hongo cerca de la salida del bosque y con una pequeña caricia me despedí de Terrence.

Ciertamente, creo que el lugar más misterioso siempre ha sido el jardín encantado.

— mi señor —me sobresalte.

Tome mi pecho y respire hondo regresando mi vista a Terrence con cierto odio.

— Terrence —

— sus espadas, mi señor —

Cierto— gracias —volví con Terrence y tomé las espadas del equipamiento.

Después de un casi mini-infarto estaba listo para volver a mi camino.

El suelo con tan abundante niebla aún tenía las huellas de Blake, seguramente se fue guiado por algo que se le vio interesante.

Pero, ¿Qué le podría interesar? Sí, todo aquí seguramente le daría miedo.

— Ryan —dije a voz dudosa.




RYAN

¿Por qué todo estaba oscuro? ¿Dónde estaba Tristán?

¿Dónde estaba yo? ¿Dónde estaba Blake?

Me levanté del suelo con un dolor de espalda y terminé por ver totalmente nublado, había mucha niebla.

Frote mis ojos, tal vez sería yo, pero me equivoque.

Agh. De verdad me dolía la espalda, hice un amago con el rostro.

— Blake —canturre con fastidio— vamos amigo, si vienes te daré zanahorias duplicadas —

Si llegara a perder a Blake, Andy seguramente me mataría.

Suspire pesadamente.

— Blake, ven caballo, caballo —

Esto sería inutil.

curioso curiosesco —esa voz.

¿De dónde venía esa voz?

Parecía la de un niño.

cerca o lejos —¿Donde estaba?— abajo o arriba

— muéstrate —esto era el colmo, estaba perdido y ahora encontraba una voz de un niño.

— oh, aún no sé controlar eso —

Paré en seco, entonces era... un...

— ¿Fantasma? —cuestione con un nudo en la garganta.

FANTASMA ¡¿Donde?! —fueron cuestiones de segundos en que una bola gris cayó sobre mí haciéndome caer.

Aturdido, cerré mis ojos, pero sentía que algo se removió sobre mí— ¿Que rayos? —masculle aturdido.

Y ahí, vi nada más y nada menos que una bola de pelos sobre mí, estaba temblando sobre mí, fruncí mi ceño, pero a medida que se movía podía ver como unas orejas se movían.

Fruncí mi ceño— señor, dígame que el fantasma se fue —

Era un gato, parecía asustado en mis piernas, parecía un pequeño gatito gordo en mis piernas.

— eres un gato —masculle casi sin poder creerlo.

Fue entonces cuando su cola se dio a ver y también una sonrisa enorme.

— por supuesto que soy un gato —exclamó con emoción— me llamo Chester —

— por supuesto que soy un gato —exclamó con emoción— me llamo Chester —

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era un gato pequeño.

— Chester —masculle sorprendido.

— ese es mi nombre, señor —un gatito muy educado.

El Príncipe Rojo: La prueba de un príncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora