Descendientes - El juicio de la Reina Blanca

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-EL VALOR XXX-







— con un poco de remodelación seguro será un lugar habitable —masculle viendo mi alrededor, sin contar el montón de aves que nos rodeaban.

Fue muy pronto en que de la nada algo rompió el silencio en que nos encontrábamos y las puertas del castillo se abrieron por completo y una docena de cartas rojas enormes entraron con lanzas rojas en manos y entre ellas y una figura muy bien reconocida.

— NO TE ATREVAS A TOCAR A MIS HIJOS —

— NO TE ATREVAS A TOCAR A MIS HIJOS —

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Fruncí mi ceño.

— Madre —anunció Tristán—te dije que vendría —masculló a mi lado con una sonrisa, fue entonces cuando quise volver mi mirada a la reina, pero ella ya venía en nuestro sentido, corriendo con cara de angustia y abrazo furtivamente a Tristán, cruzando por mi radar.

Tristán correspondió a su abrazo.

Madre e hijo, eh.

Jugué con la daga en mis manos, mientras veía cómo los soldados blancos tomaban al Sota y se lo llevaban en contra de su voluntad— déjenme tontos soldados blancos —gruñía con desdén intentando zafarse pero era imposible.

Fue entonces cuando divisé como la reina ordenaba la detención de tal acto— Ilosovic Stayne —y su voz cambiaba por completo, abrí mis ojos aún más por la manera de su expresar—no solo atacas a la corona, sino que también intentas llevarte a mis hijos, no tienes perdón alguno, Guddler's Scut —

Alcé mi ceja— ¿Guddler's Scut? —masculle hacia Tristán.

A lo que él respondió en un mismo susurro— trasero de ladrón —tradujo de inmediato.

Hice amago de entender y volví al silencio, la reina Mirana miraba desafiante al Sota y con cautela se acercó a él— no mereces siquiera el puesto de Sota que tienes, ni tampoco la vida —un escalofrío recorrió mi cuerpo en el momento en que llegó cerca de él— te ahogare hasta que mueras en un Gummer Slough y luego te cortaré la cabeza y se las daré de comer a los pájaros Jubo-Jubo —las aves graznaron en aceptación— Slurking urpal slac... —

Fruncí mi ceño, pero Tristán la detuvo al hablar— Madre, no uses ese vocabulario —

Pero la reina volvió su mirada a su hijo y lo fulmino, retrocedí— ¿que estás tratando de decirme? —Tristán rio nervioso y cayó de inmediato.

Entonces ella me miró, aún estaba enojada, manteniendo sus manos alzadas hacia que sus dedos se movieran muy constantemente y ahora lo podía ver, la piel alrededor de sus ojos se había oscurecido por completo y mantenía su mandíbula tensa, desvíe mi mirada— llévenselo —dijo sin más a los soldados blancos.

Lo siguiente fueron los pasos de los soldados blancos saliendo y los soldados rojos teniendo a las aves atrapadas y llevándolas igualmente.

— Ryan —la reina me llamaba, dirigí mi mirada hacia ella, pero fue entonces cuando en menos de lo que pensé se abalanzó sobre mí y me abrazó con fuerza. Abrí mis ojos de par en par— pensé que algo malo te había sucedido en cuanto vi a Blake llegar solo —

— estoy... Estoy bien —admití con mucho esfuerzo ya que su abrazo me estaba llevando el alma.

Ahora creo que no se veía tan delicada como antes, se separó de mí y me reviso el cabello y el rostro, procediendo a mis brazos, como si me estuviera examinando— ¿seguro? ¿no tienes ningún rasguño? ¿nada que te duela? puedo darte algo para que te mejores —

Ahora creo que no se veía tan delicada como antes, se separó de mí y me reviso el cabello y el rostro, procediendo a mis brazos, como si me estuviera examinando— ¿seguro? ¿no tienes ningún rasguño? ¿nada que te duela? puedo darte algo para que te ...

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Estaba preocupada por mí.

Ahora lucía dulce nuevamente.

Tristán se acercó con una sonrisa en sus labios— es una larga historia madre, pero estamos bien —respondió con una sonrisa.

La reina por su parte frunció su ceño a su hijo y procedió a revisarlo también— no son graciosos estos juegos —

— tú dijiste que podíamos venir —

— no tenía idea que Ilosovic estaría aquí —se excuso.

— supongo que es la prueba de un príncipe —admití, se hizo un silencio.

Tragué fuerte frente a la mirada de los dos, parecían sorprendidos, pero ella se acercó a mí atónita— entonces..¿aceptarás el puesto de príncipe oficial del país de las maravillas? —rasque mi nuca y asentí— oh, Ryan querido —me volvió a abrazar.

— si que está feliz —comentó Tristán a un lado.

Su madre se separó nuevamente de mí y tomó a Tristán con una mano y la otra tomo mi mano, mirándonos con orgullo dijo— mis príncipes valientes, no cabe duda que serán maravillosos monarcas en este lugar —dejó escapar una risita y volvió a abrazarme con Tristán también.

El Príncipe Rojo: La prueba de un príncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora